Agenda del día

09/02/2020

Agenda de la Mañana

Agenda de los diarios

 

Cristina presentó su libro en Cuba: pidió una quita al FMI y un nunca más de la deuda

 

 

Clarín: Desde Cuba, Cristina le reclamó al FMI una quita sustancial para la deuda. 

La vicepresidenta presentó su libro en La Habana. Y, delante del presidente del régimen cubano, Miguel Díaz-Canel, planteó que el Fondo Monetario debería revisar sus restricciones para negociar un descuento en el monto total de la deuda. Lo dijo en la semana en la que Alberto Fernández consiguió un gesto de Trump y de Europa para acordar con los acreedores.

La Nación: Cristina criticó al FMI y pidió una quita de la deuda. 

Presentó su libro en Cuba y acusó a sectores de la Justicia de actuar como ?mafiosos?

Página 12: "Tiene que haber un nunca más de la deuda". 

En su primera aparición en el exterior desde que es vicepresidenta, Cristina Kirchner analizó los efectos del ?lawfare con componentes mafiosos? sobre ella y su familia, destacó que el acuerdo de Macri con el FMI fue ilegal y reclamó que se investigue la megadeuda tomada por el PRO para que no se repita.

Perfil: Discurso en Cuba. 

La vicepresidenta habló de persecución y denunció el lawfare.

Popular: Cristina propuso un ?nunca más? de la deuda. 

En la presentación de su libro, dijo que el FMI debería dar ?una quita sustancial?.

Agenda Política

 

Solá también negó que haya presos políticos y se agita más la interna K.

El canciller salió en defensa del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para quien en el país no hay presos políticos.Es la postura del Presidente y la interna estalló porque los contradijo la ministra Gómez Alcorta, ex defensora de Milagro Sala. De Vido se sumó a la polémica. (Clarín - La Nación - Perfil)

Cristina interviene en la AFIP: cambios en áreas claves de las causas judiciales.

Hizo echar a investigadores del juicio a Cristóbal López. También desarmaron una unidad especial dedicada al caso de la corrupción en la obra pública. Volvió Echegaray y hay cruces con Marcó del Pont. (Perfil)

Agenda Económica

 

Los bonistas reclaman datos más precisos de los planes del Gobierno.

Tras el respaldo político que el gobierno de Alberto Fernández recogió en Europa, el proceso de reestructuración de la deuda ingresará en una semana clave en la cual los inversores aguardan más detalles del plan económico del Gobierno. Una misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) viajará a Buenos Aires, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, presentará los lineamientos de su plan para la deuda en el Congreso. (La Nación - Página 12)

La Entrevista

 

Axel Kicillof, Gobernador de Buenos Aires.

"Una solución de la deuda evita un 2001"

(Perfil)

Tema a seguir

 

Guzmán en el Congreso.

El miércoles dará una señal de equilibrio fiscal. (Clarín)

La Ciudad en Tapa

 

Prefectura dejará de vigilar Puerto Madero.

La Policía de la Ciudad se hará cargo de la prevención del delito en Puerto Madero, donde reemplazará a la Prefectura Naval. El cambio no será abrupto, sino por etapas, pero ya fue decidido en conversaciones del Ministerio de Seguridad de la Nación con las autoridades porteñas. (La Nación)

Vecinos de Villa del Parque cortaron las vías por falta de luz y agua.

(Crónica)

Internacionales

 

La economía impulsa la reelección de Trump.

Fue una semana perfecta para las aspiraciones reeleccionistas de Donald Trump. Fortalecido por la absolución del Senado en el juicio político, el récord en su nivel de apoyo y los problemas de los demócratas para definir el resultado en la primera votación de su interna, el presidente recibió anteayer otra buena noticia: el mes pasado se crearon 225.000 empleos en Estados Unidos, muchos más de los esperados, y la desocupación se mantiene en solo 3,6%. Fue otra señal de la solidez de la economía norteamericana, que será una de las mejores aliadas de Trump en la campaña para las elecciones del 3 de noviembre próximo. (La Nación)

Columnas

 

Joaquín Morales Solá
Un estilo que fracasó otra vez

A Axel Kicillof le gusta chocar siempre contra la pared. Ve que un bloque sombrío de cemento está cerca, pero no lo evita hasta que es demasiadotarde. entonces, termina entregando hasta lo que no tiene. Un buen político nunca resuelve las cosas de esa manera. Son las lecciones que aprendió también de su jefa política, Cristina Kirchner, que concluyó su presidencia con un innecesario default selectivo y aislada del mundo. En los últimos días, el heredero político de Cristina volvió a estrellarse contra un muro. prep oteó primero con la amenaza de no pagar un vencimiento de 275 millones de dólares y les mandó a los acreedores un acuerdo (supuesto) para postergar el plazo hasta el 1º de mayo.
No les precisó nada más. No dijo cómo pagaría después de mayo ni qué haría con la deuda global de la provincia. Todos creían que el primer default de la nueva era peronista sería el de una deuda contraída por el exgobernador peronista Daniel Scioli. El vencimiento de Kicillof es un compromiso que venía del año 2011. No lo conocen a Kicillof.
El actual gobernador ya había hecho lo mismo, cuando era ministro, con la deuda del Club de París. La deuda con ese club es entre Estados, en la que no intervienen ni acreedores privados ni los organismos multilaterales. Son compromisos que los arreglan más la diplomacia y la política que la economía. Kicillof advirtió primero que no pagaría nada, pero al final pagó casi el doble de la deuda preexistente. Pagó, por ejemplo, un 60 por ciento más en punitorios. Nunca se pagan punitorios en las deudas entre Estados. Pagó también intereses desmesurados. O, más bien, el país los está pagando. Sucedió algo parecido con Repsol después de la confiscación de YPF. Kicillof empezó anunciando que Repsol debería pagar por daños ambientales (?No cobrarán nada?, anunció), pero terminó pagando a la empresa española cerca de 8000 millones de dólares, computados los intereses de los bonos que entregó a la petrolera. La mitad de YPF, que era lo que significaba la expropiación a Repsol, nunca valió semejante fortuna. Según los valores actuales, el 50 por ciento de YPF no llega hoy (menos en aquel momento) a los 3000 millones de dólares.
El default selectivo se produjo cuando Kicillof se negó a firmar un acuerdo con los holdouts que litigaban en Nueva York en el despacho del juez Thomas Griesa. Cristina y Kicillof los llamaban fondos buitre. Por pedido del Gobierno, bancos argentinos habían hecho las veces de mediadores entre esos fondos y la administración de Cristina. Existía redactado un acuerdo, pero llegó Kicillof y rompió los papeles. Menos mal que se fue poco después. El ministro que lo sucedió, Alfonso Prat-gay, consiguió una quita en el valor de esos bonos, que Kicillof hubiera pagado íntegramente. En días recientes, cuando fracasó su imposición de un acuerdo, no hizo una nueva oferta. Decidió pagar en el acto el valor total del vencimiento; es decir, los 275 millones de dólares.
La nueva bravuconada de Kicillof conllevó dos errores. En primer lugar, no tuvo en cuenta que el vencimiento era pequeño. Cuando la deuda no es grande, el problema es solo del deudor. Una deuda abultada, en cambio, significa un conflicto para el deudor y para el acreedor, porque este corre el riesgo de no cobrar nada. El segundo error fue no consignar cómo seguiría la historia después de mayo. Alberto Fernández advirtió después que la Nación no está en condiciones de hacer lo que hizo Kicillof (pagar lo que debe), pero lo dijo con palabras serenas y realistas. Es cierto que la Argentina no está en condiciones de pagar su deuda si no cambian sus condiciones actuales. Incluso, hay economistas privados, que nunca militaron en el oficialismo actual, que señalan que la deuda nacional es inviable sin una quita. Podría ser una quita explícita o implícita, pero debe haber, sostienen, una disminución del volumen de la deuda. El zigzag de Kicillof no fue un buen precedente para la deuda nacional, es verdad, pero hubiera sido peor un default de la provincia de Buenos Aires en medio de la negociación de la deuda nacional. 

Jorge Fontevecchia
Consejo de Asesores

Desde que fue fundada en 1843, The Economist, probablemente la publicación más influyente del mundo, tiene un Consejo Asesor totalmente separado de los accionistas y del directorio de la empresa, que anualmente se reúne a comer con el director de la redacción para renovarle su mandato o elegir a su sucesor. Cada uno de los miembros del Consejo paga su comida, no recibe ninguna retribución y, desde hace 177 años, cada vez que un miembro muere los restantes eligen a su reemplazante.
Con distintos métodos y fines, instituciones educativas y organismos públicos, pasando por empresas con impacto social, tienen un Consejo de Asesores independiente, también separado del área ejecutiva de la organización para aportar una mirada distinta sin las contaminaciones del día a día ni ser personalmente beneficiado o perjudicado económicamente con la evolución de la organización.
Perfil cuenta hoy con re- vistas, su diario en papel, 17 sitios digitales, el canal NET TV y la radio Perfil, y conduce un instituto terciario aprobado por el Ministerio de Educación, destacado como caso de éxito por la Unesco y que acumula antecedentes ante la Coneau para pasar a ser instituto universitario.
Perfil asume que su principal función no es la producción de información sino de conocimiento, porque la información hoy es una commodity y es el conocimiento el resultado de la elaboración de esa materia prima. Y aunque todas relacionadas con la producción de conocimiento, la diversidad de áreas en que Perfil actúa justifica contar con un Consejo de Asesores.
Perfil también siempre abogó por reproducir en Argentina estándares internacionales de los grandes medios de comunicación y cuenta desde hace 15 años con un ombudsman con mandato por cinco años, cargo que ya ocuparon Nelson Castro, Andrew Graham Yooll y actualmente desempeña Julio Petrarca; y defensora de Género, función que ya cumplió Diana Maffía y ahora ejerce Mabel Bianco, recientemente incluida por la BCC en la lista de las cien mujeres más influyentes e inspiradoras del mundo.
Siguiendo la inspiración de The Economist, el Consejo Asesor se reunirá y compartirá una comida, en nuestro caso mensual, a excepción de los meses de vacaciones, intercambiando ideas junto a periodistas y directivos de Perfil en total off the record.
Un laboratorio creativo sobre el futuro con foco en política, economía, medios y educación donde la creatividad surja de la asociación libre de ideas en el marco de conclusiones que no resulten vinculantes.
Por Perfil, Débora Waizbrot coordinará las reuniones del Consejo de Asesores y el director de Perfil Educación, Rodrigo Lloret, será el secretario del Consejo.
Y sus diez integrantes iniciales son personalidades muy destacadas en diferentes ámbitos: Alberto Abad, ocho años administrador federal de Ingresos Públicos de la Nación y dos años síndico general de la Nación.
Pierpaolo Barbieri, his- toriador económico de las universidades de Harvard y Cambridge, y fundador de la aplicación financiera Ualá.
Eduardo Costantini, economista de la Universidad de East Anglia, Inglaterra, y fundador de Consultatio, Nordelta y el Malba.
Guibert Englebienne, ingeniero en Sistemas, por la Universidad Unicen, cofundador de Globant y presidente de la Junta Directiva de Endeavor.
Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires durante diez períodos consecutivos y ex presidente de la Federación Iberoamericana de Bolsas.
Miguel Galuccio, ingeniero en petróleo por ITBA, ex CEO de YPF y actualmente presidente y CEO de Vista Oil & Gas y miembro del directorio de Schlumberger, la mayor empresa de servicios petroleros del mundo.
Gustavo Grobocopatel, ingeniero agrónomo de la Universidad de Buenos Aires, donde ejerció como profesor, integra el Consejo Asesor la Universidad de Columbia y es fundador de la Cámara Argentina de Biotecnología.

Irina Hauser
¿Hay Bonadio tras su muerte?

El jueves último se hizo en Comodoro Py el sorteo informático de la denuncia por presuntos pagos del Estado al arrepentido Alejandro Vandenbroele en el caso Ciccone. El bolillero se detuvo en el juzgado número 11, que hasta dos días antes tenía como titular al fallecido Claudio Bonadio. Nadie salía del asombro en tribunales, donde es sabido que las causas calientes de los últimos años le tocaron en su mayoría a él. ?¿Se olvidaron de desactivar la bolilla de oro??, fue la humorada del día. Tal vez lo que más sorprendió fue que cuando muchos creían que tras la muerte de Bonadio empezaba una nueva etapa en los tribunales de Retiro, una misteriosa inercia se empeñara en oponer resistencia. La realidad es que aunque quede sobrevolando un fantasma, nada será igual. Por más que a muchos funcionarios judiciales les parezca un tanto brutal decirlo en público, la ausencia del juez ?pistolero? viene a descomprimir de manera categórica la tensión entre el fuero federal porteño y el Gobierno. Le quita también urgencia a la reforma anunciada ya por Alberto Fernández que, de por sí, viene demorada. Sin contar que hay cosas que probablemente no vuelvan a pasar, como el abuso de las prisiones preventivas y la caza de arrepentidos.
Política y ensañamiento Durante estos días se puso el foco en un rasgo que hizo de Bonadio uno de los grandes protagonistas de la información: su decisión de atacar y cercar con su poder como juez a la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Llegó a citarla a indagatoria ocho veces en un mismo día, ordenó su prisión preventiva en cinco expedientes, pidió su desafuero, subdividió causas para multiplicar acusaciones en su contra, le atribuyó delitos gravísimos como el de traición a la patria.
Incluso lo hizo transformando decisiones de gobierno, como el Memorándum con Irán o la política sobre el dólar futuro, en delitos, lo que deschavaba su saña.
Manejaba los tiempos de los casos como para mantener una amenaza latente. De hecho, la mayor parte de esas medidas no las impulsó cuando CFK tenía fueros sino después. Toda esta ofensiva con foco en la ex presidenta, que se expandió sobre muchos otros ex funcionarios, se apoyó en el respaldo del macrismo.
Del juzgado de Bonadio salieron procesos y operaciones de todo tipo, en sociedad con los servicios de inteligencia y los medios de comunicación. Se habla mucho de los casos que Bonadio logró llevar a juicio oral como el del Memorándum ?que se basó en la denuncia del fallecido Alberto Nisman? o el de Los Sauces ?sobre negocios inmobiliarios de la familia Kirchner?, a los que se sumó la causa de los cuadernos o sus fotocopias. Los dos primeros tuvieron en común que eran causas ?mellizas? de otras que el juez se empecinaba en instruir para consolidar su ataque. La del Memorándum porque otro juez, Daniel Rafecas, había declarado la inexistencia de delito; la de Los Sauces, porque la Cámara Federal lo había apartado de Hotesur (que era calcada) porque Bonadio impedía a las defensas participar de un peritaje clave. Estos artilugios, solo un ejemplo entre decenas, constituyen lo que sus propios colegas en Comodoro Py llamaban ?el código Bonadio?, lo que explicaba que su juzgado fuera conocido como ?La Embajada?, donde sólo regían sus leyes. ?Y qué querés, es Bonadio?, era la frase con la que otros funcionarios judiciales justificaban que para él estaba todo permitido. Inspiraba temor.

Fernando González
Los universos paralelos de Alberto y Cristina

Alberto Fernández y Cristina Kirchner gobiernan en universos paralelos. El Presidente transitó esta semana la órbita del capitalismo consolidado en las grandes democracias del hemisferio norte. Estuvo en Berlín con Angela Merkel y en París con Emmanuel Macron, ambos con sillón en el decisivo directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional.
Estuvo con Pedro Sánchez en Madrid y venía de reunirse con el Papa Francisco en el Vaticano. Su ministro de Economía, Martín Guzmán, también compartió en Roma seminario económico con el Pontífice, sentado junto a la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, y a su mentor académico, el Premio Nobel Joseph Stiglitz. En todos esos encuentros, el eje principal fue la deuda de la Argentina. La misma deuda que agigantó hace cuatro décadas la última dictadura militar y a la que ningún presidente de la democracia restaurada en 1983 pudo hallarle una solución definitiva.
El otro satélite que experimentó el universo de Alberto fue el de Donald Trump.
El presidente más poderoso del planeta recibió el jueves al embajador Jorge Argüello para aceptar sus cartas credenciales. Con el pecho inflado por su victoria aplastante en la interna republicana de Iowa (97% de los votos) y por el final del juicio político en su contra que apuró el Senado de EE.UU., Trump le dedicó ocho minutos al principal diplomático de un país impredecible que debe decidir en las próximas diez semanas si vuelve o no a hundirse en el conocido fango del default.
?How is Argentina??, le preguntó Trump a Argüello con una de sus sonrisas temibles y como si no supiera la respuesta.
Hizo un gesto formal de apoyo a las dificultades argentinas pero no mencionó ninguno de los puntos conflictivos de la agenda bilateral. No hacía falta. Fernández, Guzmán, el canciller Felipe Solá y Argüello los conocen perfectamente. Cuba, las crisis políticas en Bolivia y en Nicaragua, y el laberinto de la decadencia en que se ha convertido Venezuela estarán en el corazón de la campaña electoral del presidente de EE.UU. a la reelección. Allí es donde tenderán a separarse los universos paralelos de Alberto y Cristina.
La física cuántica ha profundizado durante los dos últimos siglos en las teorías de los universos paralelos, pero no es mucho todavía lo que se conoce al respecto.
Lovecraft en la literatura fantástica y Strangers Things en la era de las plataformas digitales han jugado también con la idea. Y todos se ilusionan con la existencia de agujeros negros que puedan conducir de uno hacia otro universo. El gran interrogante de este tiempo podría ser: ¿hay agujeros negros que puedan conectar el universo de Alberto con el de Cristina? En los dos meses que lleva como presidente, Fernández intenta algunas aproximaciones que le den sustento a este experimento de coalición que es el Frente de Todos.
Ha modificado mágicamente su opinión sobre la responsabilidad de Cristina en el Pacto con Irán y sobre las circunstancias que rodearon la muerte del fiscal Nisman.
Hubiera priorizado las políticas de seguridad del massista Diego Gorgal pero eligió las de su ministra actual, Sabina Frederic, más vinculadas al garantismo K. Y, aunque lo niegue, hubiera preferido que dirigentes como Carlos Zannini, Aníbal Fernández o Martín Sabbatella no regresaran jamás al poder en estos tiempos.

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