Agenda del día

16/02/2020

Agenda de la Mañana

Agenda de los diarios

 

La oposición criticó el aumento a las jubilaciones y planteará la nulidad de la medida

 

 

Clarín: El ajuste por la suba de las jubilaciones alcanza a $ 5.100 millones por mes. 

Así lo calcularon expertos previsionales. Es el ahorro que hace el Gobierno con el reemplazo de la movilidad jubilatoria de Macri por el nuevo esquema de aumentos diferenciados. El ajuste superará los $ 15.000 millones entre los meses de marzo y mayo. Y, de continuar a partir de junio el mismo sistema de subas, el ahorro rondaría los $ 100.000 millones para todo el año. Reclamo en la Justicia. Lo planteará el defensor de la Tercera Edad

La Nación: Críticas por las jubilaciones. 

Juntos por el Cambio advirtió ayer que la suba por decreto de las jubilaciones puede generar "una catarata de juicios" contra el Estado, al haber perjudicado a aquellos que ganan más que el haber mínimo.

Perfil: Jubilaciones: judiciales y diplomáticos en pie de guerra. 

 

Crónica: Polémica tras el anuncio. Pedirán que se declare inconstitucional el aumento del gobierno a jubilados.

 

Otros temas

 

Anulan una cesión de bienes a la Ciudad.

La disputa entre los gobiernos nacional y porteño tendrá esta semana una nueva escalada. Mientras se espera una definición sobre la reducción de los fondos de coparticipación de la ciudad de Buenos Aires, la Casa Rosada avanzará con un decreto que da marcha atrás la cesión de inmuebles de la Nación a la Capital, dispuesta en el final de la presidencia de Mauricio Macri. (La Nación)

Adiós al Sr Oreja.

El camarista Martín Irurzun deja el control del sistema de escuchas telefónicas (Página 12)

Tecnópolis volvió a ser lo que era.

Miles de personas celebraron la reapertura del parque temático abandonado por el macrismo (Página 12)

?Evacuan argentinos de China. 

Tras su pedido de ayuda por el coronavirus trasladan a 14 personas a Ucrania. (Perfil - Popular)

Agenda Política

Internas alteran a Alberto: Disputas de kirchneristas y massistas suman presión.

En el Ejecutivo consideran que las diferencias salieron a la luz antes de tiempo y complican la capacidad de negociación. Peleas por el poder y cortocircuitos entre ministros por la falta de fondos para su gestión. (Perfil)

Agenda Económica

 

La deuda que se negocia con los bonistas ronda los US$ 100.000 millones.

Son los títulos en dólares y en euros que la Argentina emitió durante más de 15 años con los Kirchner y con Macri. Y se los debe pagar a los acreedores. Pero el Gobierno buscará estirar los plazos entre 3 y 4 años para el capital. Y lograr una quita importante para los intereses. (Clarín)

Se complica el acuerdo económico y social que impulsó Fernández.

Dos meses después de asumir el gobierno, Alberto Fernández encuentra fuertes resistencias para avanzar con el acuerdo económico y social que propuso desde la campaña electoral como un eje central de su proyecto presidencial. Sindicalistas y empresarios se muestran renuentes a embarcarse en un pacto de precios y salarios en momentos de gran incertidumbre económica, a la expectativa de la crucial renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los bonistas privados. (La Nación)

Hablan los ?dueños? de la deuda.

Los acreedores de la Argentina se organizaron en tres grupos y desafían el acuerdo rápido de Guzmán. Tras los cruces con el Gobierno, las estrategias al borde del default. (Perfil)

Tema a seguir

 

La soledad y el abandono de los niños wichis.

Desde que comenzó el año ya murieron ocho chicos de la comunidad wichi en el norte de Salta. Denuncian desnutrición, falta de agua potable y escasa atención médica. (Clarín - La Nación)

La Ciudad en Tapa

 

Alquilar, un drama.

Crecen las denuncias sobre requisitos desmedidos para rentar una vivienda. Exigen hasta $100.000 para ingresar a un dos ambientes. Los inquilinos se sienten desprotegidos y demandan mayores controles y regulación (Crónica)

Columnas

 

Joaquín Morales Solá
Cristina Kirchner abre grietas dentro del Gobierno

La grieta tiene nombre y apellido. Se llama Cristina Kirchner. Cada aparición de ella significa más metros de profundidad en ese abismo que divide a una parte importante de la sociedad argentina (40% entre unos y otros). Ahora abrió una grieta dentro del propio Gobierno, del que ella supuestamente es mentora. Alberto Fernández podrá decir que las alusiones confrontativas de la expresidenta al Fondo Monetario coinciden con viejos planteos suyos (lo que es cierto), pero no puede negar que Cristina fue cuidadosamente inoportuna. El Presidente fijó una posición propia sobre el disparate de los presos políticos y sobre la prepotencia política de Sergio Berni. Ambas polémicas tienen raíces en el cristinismo y cuentan con el silencio de Cristina. Pero prefirió, en cambio, darle la razón a su vicepresidenta en sus alusiones al Fondo y calmar la incipiente polémica.
En rigor, también Fernández venía diciendo, antes de acceder al gobierno, que los préstamos del Fondo se habían usado para que la gente comprara dólares y se los llevara a su casa.
El Fondo incumplía, entonces, su reglamento. Él y Cristina están equivocados. No conocen el organismo multilateral. Es una agencia burocrática. Cada acuerdo debe pasar por una serie de oficinas y, sobre todo, por el decisivo Departamento Legal. Ningún acuerdo es autorizado por el directorio del Fondo sin la aprobación previa de esa oficina jurídica. El Fondo hace (o hacía) revisiones trimestrales sobre el nivel de reservas y el pago a los acreedores. El Fondo le dio a Macri un enorme crédito (único en la historia por su volumen) para que les pague a los acreedores, cuando Macri ya se había quedado sin crédito en los mercados financieros internacionales. Es probable que una parte muy pequeña de esas remesas se haya usado para la salida de capitales cuando el entonces presidente rompió el acuerdo con el organismo, después de las elecciones primarias de agosto último. Eso sucedió implícitamente en el momento en que congeló los aumentos de tarifas y esquivó el déficit cero con la ilusión de dar vuelta las elecciones en las generales de octubre, que terminó perdiendo. En todo caso, fue la Argentina la que incumplió el acuerdo, no el Fondo. De hecho, el organismo no envió al país una remesa de casi 6000 millones de dólares que estaban programados para después de esa ruptura unilateral.
En el directorio del Fondo se sientan los representantes de Alemania, Francia, Italia y los Estados Unidos, entre otros países. Son esos delegados los que, según Cristina, incumplieron el reglamento del Fondo. ¿Qué les dirá Alberto Fernández a Angela Merkel, a Emmanuel Macron, al primer ministro italiano y a Trump sobre las divagaciones de su vicepresidenta? ¿Cómo les explicará que él les pide que le hagan favores en el Fondo mientras Cristina acusa al Fondo (es decir, a los representantes de aquellos líderes) de violar el reglamento?
Cristina le reclamó al organismo que incumpla su reglamento y le haga una quita de la deuda a la Argentina. En eso discrepa con Alberto Fernández. El Presidente sabe desde mucho antes de llegar a la oficina presidencial que el Fondo no puede hacer quitas de capital ni de intereses. Así lo aceptaba cuando era presidente electo. Por eso, porque sabe que cobrará todo algún día, el Fondo establece tasas de interés bajas. El organismo puede ampliar los plazos de pagos, con otro programa mediante y siempre a cambio de algo, pero no puede reducir la deuda de nadie. Cristina metió al Fondo en su pelea del día en La Habana, delante de la nomenclatura cubana. Quizá solo trató de quedar bien con sus anfitriones cubanos, a los que les debe varios favores. Un misterio rodea los viajes de Cristina a Cuba. Lo único que sabemos con certeza es que el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, aplaudió a Cristina como si esta fuera una rock star.

Jorge Fontevecchia
Perder-perder

Envejecer es un arte difícil, en muchos sentidos. Para Cristina también. Ella tampoco es ejemplo de la promesa de ?volver mejores?.
No puede superar el estigma de crecer en silencio y expulsar afectos cuando habla. Lo mismo que pasaba en su primera campaña nacional, en 2007, cuando el por entonces jefe de Gabinete Alberto Fernández se esforzaba por explicar que con Cristina el kirchnerismo entraría en la fase superior, la republicana a lo Angela Merkel. Cuando Alberto Fernández explicaba lo que ella era, crecía.
Cuando ella mostraba lo que era, producía rechazo en un sector. Quizá también por eso produce amor en otro sector.
En la polémica a favor de la existencia de presos políticos, los alineados con Cristina utilizaron el ejemplo de Nelson Mandela para desarmar el argumento de Alberto Fernández sobre que solo lo son los detenidos a disposición del Poder Ejecutivo. En la columna de ayer se explicaron las diferencias jurídicas pero lo más importante ahora son las diferencias de actitud.
Mandela, tras estar 27 años preso, se dijo al recuperar su libertad: ?Mientras salía por la puerta que conducía a mi libertad, pensé: ?Si no dejás atrás la amargura y el odio, aún estarás en prisión??.
Asumiendo que Cristina Kirchner hubiera sentido estos cuatro años de Macri haber sufrido una prisión simbólica, su triunfo elec- toral y la recuperación de gran parte del poder público deberían resultarle un abrazo sanador de gran parte de la sociedad.
Sin embargo, a diferencia de Mandela, ella prefiere continuar en la prisión simbólica de la amargura y el odio.
Transmitió el resentimiento que no puede superar y la hace prisionera del pasado al presentar su libro Sinceramente y decir: ?El componente mafioso del lawfare se tradujo en la persecución a mis hijos, pero especialmente a Florencia.
Debe ser ese componente mafioso, los ancestros de quien fuera.. como denunció un conocido periodista de Página/12 cuando habló de la ?Ndrangheta?.
Deben ser esos ancestros?, refiriéndose a la mafia de Calabria, lugar de origen de la familia Macri.
Pero Macri es insignificante y no podría ser principal sujeto de su inquina algo a lo que le asigna tanta mediocridad. Su problema es que, lejos de disfrutar este nuevo ciclo de su existencia, su rostro denota disgusto con la vida confirmando que, si fuera cierto lo que cuentan quienes tienen algún contacto con ella, hasta llora al transmitir ese sentimiento en la intimidad.
Macri también mostró en su rostro huellas de disconformidad con la vida. En las fotos de su cumpleaños 61, el sábado 8 de febrero, le aparecen bolsas en los ojos de alguien bastante mayor. En el caso de Macri, su sufrimiento no debería ser a causa de resentimiento sino de haber comprobado al ejercer la presidencia cuántos atributos menos tiene respecto de los que presuponía.
Pero esas dos caras de tristeza, la del resentimiento y la de la impotencia, son dos metáforas del rostro del país que hace 45 años fracasa sin cesar. En gran medida por la irreconciliable relación entre unos y otros.
Entre los que se quedan, no son pocos los que se van al exterior, escucho a macristas consolarse tontamente pensando que Alberto Fernández no tiene plan de crecimiento y que, cuando se evidencie, la presión social insatisfecha sumada a la interna con los cristinistas hará que todo explote, creándose las condiciones para el regreso del no peronismo. El mismo consuelo mediocre del kirchnerismo cuando perdió en 2015 pensando que, más tarde o más temprano, Macri terminaría yéndose en un helicóptero y regresaría triunfante el kirchnerismo.

Raúl Kollman
Macrismo explícito

Hipótesis I: Vicentin aprovechó que no había que traer los dólares de las exportaciones, exportó cereales por miles de millones, dejó la plata afuera, en Paraguay, Uruguay o con algunos de sus socios en el mundo, y mandó al bombo a la empresa en la Argentina, provocando efectos desastrosos en los ingresos del país, en la situación del Banco Nación y en la economía de los productores. O sea, fugó la plata al exterior ¿Les suena? Hipótesis II: Vicentin usó la plata del Banco Nación ?18.500 millones de pesos, 300 millones de dólares? para crecer de forma espectacular. Como señala Claudio Lozano, uno de los directores del Nación, entre 2015 y 2018 Vicentin arrancó en el puesto 19 de las empresas de mayor facturación de la Argentina y pasó al puesto seis y de ser la quinta cerealera llegó a ser la primera.
Además, le ganó la pulseada a Coca Cola ?nada menos? y se quedó con la división yogures de Sancor por 100 millones de dólares.
Y esa no fue la única operación de compra. O sea, jugó a endeudarse y endeudarse ¿Les suena? Hipótesis III: Vicentin fue vaciando la empresa para producir un concurso de acreedores, luego exigir una quita de toda la deuda, comprar la deuda a menos valor perjudicando a los productores, al Estado, al Banco Nación y a muchísimos más. Algo parecido a lo del Correo: ¿Les suena? Hipótesis IV: Vicentin consiguió cifras fabulosas del Nación, demoró los pagos a sus proveedores, no trajo los dólares de las exportaciones y no fue pagando los préstamos.
En paralelo, con semejantes fondos jugó al juego financiero aprovechando las altas tasas del macrismo. ¿Les suena? Tal vez la respuesta a las alternativas de las hipótesis sea una combinación de las cuatro, pero la versión predominante es un vaciamiento y acumulación de dólares en el exterior.
Según el documento de Lozano, tomado este viernes por el fiscal Gerardo Pollicita, y según todos los especialistas, el que podía quebrar por las sucesivas devaluaciones de Mauricio es mi primo Juan que importa anteojos de China: compró con el dólar a 20 y, macrismo mediante, hoy tiene que reponer los anteojos a 63 por dólar ¿Pero podía entrar en crisis un fabuloso exportador de granos y aceites favorecido por los alumnos del Newman? ¿Un pulpo que compraba soja cuando el dólar estaba a 20 y, descontadas las retenciones, exportó a 45? Vicentin estuvo siempre en el mejor lugar y creció en facturación un 67 por ciento en 2016; 35 por ciento en 2017 y 92 por ciento en 2018. Mi primo Juan, en cambio, vendió menos y menos, como le sucedió a todos comerciantes, fabricantes e importadores del país.
Javier González Fraga y otros directivos del Banco Nación afrontarán un proceso judicial.
¿Cómo es que permitieron que la entidad corriera el riesgo de prestarle 18.500 millones de pesos a Vicentin, vulnerando todas las normas? ¿cómo es que ante semejante exposición no hayan pedido más garantías? Vicentin constituyó garantías por 50 millones de dólares en el Nación y le prestaron 300. Mi primo Juan pidió un préstamo por 100.000 y le pidieron garantías por 150.000. Y, para redondearla, aceptaron que Vicentin mantenga el domicilio de Reconquista, Santa Fe, en lugar de la sede en CABA, donde se tramitaron créditos y exportaciones.
Eso le permite ahora a la cerealera tramitar el concurso en Reconquista, donde juega de local.

Fernando González
El Plan A es el póker, el Plan B es el abismo

Parece que fue hace mucho tiempo pero sucedió el 3 de febrero. Casi una eternidad para la cuarta dimensión en la que vive permanentemente Argentina. Alberto Fernández desayunaba en el hotel Regent de Berlín con un grupo de empresarios alemanes.
Ejecutivos de Siemens, de Hamburg Sud y de Deutsche Bahn. Junto al Presidente estaba el ministro de Economía, Martín Guzmán.
La primera pregunta fue la que siempre formulan los gerentes del establishment empresario de cada país poderoso. ¿Qué va a pasar con la negociación de la deuda? ¿La Argentina va a ir otra vez al default? ?Mirenmé a los ojos; yo no miento...?, es el gambito que utiliza el Presidente para captar la atención de la audiencia. Muchos años como jefe de Gabinete kirchnerista; muchos, como asistente a seminarios y reuniones reservadas muy parecidas a aquella en Berlín. Mucha experiencia como negociador de cuestiones diversas y sensibles.
Alberto Fernández utilizó una frase que quedó grabada en la memoria de los empresarios que lo escuchaban esa mañana.
- La Argentina es un país que está en terapia intensiva. Y un país en terapia intensiva puede morir. ¿Y saben qué? Los muertos no pagan las deudas.
La conclusión a la que llegó aquel grupo de ejecutivos alemanes es la misma que se está instalando en otras capitales poderosas.
De Londres a París, y de Madrid a Washington.
En la estrategia negociadora del Gobierno argentino se contempla con temor la posibilidad de volver al escenario de cesación de pagos que ya transitó el país adolescente. En Berlín, Alberto planteaba una opción de máxima en el caso dramático de que dejaran morir a la Argentina. Pero el default tan temido es ahora parte del lenguaje diario de muchos funcionarios. Aún de aquellos muy cercanos al Presidente.
- A nosotros no nos votaron para hacer una negociación exitosa de la deuda; a nosotros nos votaron para reactivar la economía y recuperar el empleo, explica uno de los ministros que mejor sintoniza el universo de Alberto Fernández. A esos funcionarios y, entre ellos al ministro Guzmán, no parece preocuparles demasiado el ejercicio de caminar por la cornisa en la negociación con el Fondo Monetario Internacional y con los acreedores privados. ?Una partida de póker como ésta se define en el último minuto?, justifican. Y piensan seguir jugando fuerte hasta el final.
Desde aquella descripción quirúrgica de Fernández en Berlín, una serie de sucesos modificó la expectativa positiva con la que el Gobierno había iniciado las negociaciones con los acreedores. El duelo de declaraciones entre Cristina Kirchner y el FMI, que comenzó con el planteo eventual de una quita en la deuda que la vicepresidenta disparó desde La Habana y que continuó en Buenos Aires desde su filosa cuenta de twitter.
Al clásico se subió Máximo Kirchner, quien aprovechó un acto en Escobar junto al intendente Ariel Sujarchuv para rescatar una figura mitológica de hace un lustro. Acusó de extorsión al Fondo y a los acreedores externos, y los encasilló bajo aquella palabra olvidada: ?los buitres?. Aves estrellas del marketing kirchnerista en tiempos del default técnico que no dieron resultado y aceleraron la victoria de Mauricio Macri en el lejano 2015.

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