Premio Nobel para los "padres" de las baterías de litio, un metal clave en la economía mundial
Los científicos John Goodenough, Stanley Whittingham y Akira Yoshino ganaron el galardón de Química. Se trata de uno de los elementos más usados en desarrollos tecnológicos y de energía limpia. Argentina es uno de los protagonistas del mercado.
El Nobel de Química 2019 que recibieron ayer tres científicos de diferentes países puso en el centro de la escena al litio. Un mineral que es fundamental para las baterías de productos cotidianos y masivos como celulares, netbooks, tablets y autos eléctricos. Y también forma parte de elementos de salud del estilo de audífonos y marcapasos, entre otros.
Los ganadores del premio que entrega la Real Academia de las Ciencias de Suecia son el alemán John Goodenough, el británico Stanley Whittingham y el japonés Akira Yoshino. El galardón recayó en ellos por el desarrollo de las baterías de iones de litio que llevan adelante.
Además de reconocer que este tipo de batería liviana, recargable y poderosa se usa en todas partes, la Academia sueca destacó que "pueden también conservar cantidades significativas de energía solar y eólica, abriendo la vía a una sociedad liberada de energías fósiles".
El motivo del premio también toca de cerca a la Argentina, ya que es el cuarto productor mundial de este metal, con 6.200 toneladas en 2018 (ver pág. 4). Australia está primera con 51.000 toneladas, y le siguen Chile con 16.000 y China con 8.000. Las principales minas de litio argentinas están en el noroeste, especialmente en la provincia de Jujuy.
"Uno de los puntos más interesantes de este Nobel es que se haya reconocido la capacidad que tiene la química básica", le dijo a Télam Galo Soler Illia, doctor en Química e investigador del Conicet. Y señaló que "lo importante del reconocimiento es que pudieron hacer una cadena en la cual fueron desarrollando tres conceptos: cómo meter al litio en una batería porque era liviano, cómo mejorar los componentes de la batería para un mayor potencial y cómo combinar esos conceptos en algo fácil de hacer, estable y portátil".
Uno de los galardonados, Goodenough, se convirtió con sus 97 años en el ganador más anciano de la historia. Nació en 1922 en Jena, Alemania y aún sigue activo.
Fuente: Clarín