Adiós a las burbujas y a casi todos los protocolos en escuelas porteñas
Padres, directivos y pediatras expresaron su satisfacción por la vuelta a una normalidad muy cercana a la prepandemia en las aulas para facilitar la socialización, el aprendizaje y la previsibilidad durante el nuevo ciclo
Volver a la normalidad. Esa será la premisa del inicio de clases en la ciudad de Buenos Aires, de acuerdo con los anuncios que hizo ayer el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. "Desprotocolizar", volver a una dinámica lo más parecida posible a la previa al comienzo de la pandemia. Sin burbujas, sin recreos pasivos, sin flechas que marquen por dónde caminar. Y sin barbijo obligatorio hasta tercer grado inclusive.
No será sencillo. Cuando faltan dos semanas para que empiecen las clases en la ciudad, los colegios todavía no sabían cuál iba a ser el protocolo de acción para la vuelta al aula. De todas maneras, la noticia fue bien recibida por docentes y autoridades escolares, así como por padres que están convencidos de que, después de dos años atípicos, lo que sus hijos necesitan es un espacio de normalidad donde poder relacionarse libremente con sus pares.
En la práctica, que desaparezcan las burbujas significa que los chicos de un grado y otro van a poder compartir espacios y actividades. Ya a fines de año habían llegado cambios a las escuelas porteñas: el aula completa pasó a considerarse una burbuja y también cambiaron las reglas de aislamiento. Esto es, ya no se aislaba por caso sospechoso, sino por caso confirmado. El cambio que llega ahora es que, durante el ciclo lectivo que comienza, no se van a aislar los contactos estrechos, solo al alumno o al docente positivo. Si está vacunado, tendrá que guardar siete días de aislamiento y si no, diez.
"No nos sorprendieron las medidas, estamos muy contentos de volver a tener a los chicos juntos e interactuando. La idea es que sea lo más parecido a antes de la pandemia. Y es lo que ellos necesitan. Este es un regreso muy esperado", afirmó Patricia Zinno, directora general y apoderada legal del colegio Galileo Galilei, de Almagro.
Fuente: La Nación