Adiós al protocolo: aglomeración y corridas por la suspensión del Roca
El servicio sufrió interrupciones; una multitud se agolpó en el hall de Constitución y luego para subir al tren
"¿Se normalizó la situación de los trenes?", preguntó una mujer junto a su hija a un oficial de la policía en la terminal de trenes de Constitución. "Sí? con demoras. Si quiere viajar como ganado ahora puede", respondió él. Eran las 19.20 de ayer y el servicio empezaba lentamente a normalizarse.
En medio del aumento de casos de coronavirus en el país, especialmente en el área metropolitana de Buenos Aires, la estación fue ayer el escenario de aglomeraciones y corridas de usuarios que esperaban que se reiniciaran los viajes tras un problema técnico del ramal Roca, que sorprendió a los pasajeros alrededor de las 17, la hora pico de la tarde.
"Hubo un problema en una de las torres eléctricas, del proveedor del servicio. Fue una especie de explosión que dejó sin energía la catenaria, que alimenta de energía la formación, y no pudieron salir los trenes. El personal de Trenes Argentinos trató de solucionar el desperfecto. Lo lograron al cabo de una hora y media, pero ya se habían acumulado muchas personas en la estación. Fue una falla de energía externa a la empresa", informó una fuente de la operadora de la línea Roca, que atraviesa el sur del conurbano.
Mientras muchos pasajeros denunciaban que los trenes van cada vez más llenos, la terminal de Constitución estuvo ayer repleta de personas hasta que comenzó a retomarse el servicio. Algunos de ellos incluso corrieron por las vías para poder conseguir lugares más rápido.
Zoilo Villa, propietario de un puesto de revistas en el lugar, comentó que hacía mucho no veía tanta gente junta en la estación cabecera. "Olvidate del distanciamiento. Eso no lo cumplió nadie. Barbijo sí usaban, pero siempre está el vivo que se cree intocable y no es así. Si todos hiciéramos las cosas como se tienen que hacer, no habría tantos problemas. Lo de hoy [por ayer] fue un caos, y podría haber sido peor: vino uno tratando de armar un disturbio. Se puso a gritar, pero por suerte la demás gente no se acopló", compartió.
Testigos Jessica es empleada de un negocio de medialunas a la entrada del edificio y fue testigo de la cantidad de personas agrupadas esperando los trenes. "Cada tanto decían, mejor dicho, insistían, que se tenía que respetar la distancia. Imaginate si van a poder lograr eso. Había un par de guardias contra un mar de pasajeros", describió, en diálogo con la nacion.
Ariel López, empleado de seguridad de la terminal del ferrocarril Roca, observaba la situación desde los molinetes. "Los trenes ahora comienzan a salir, pero esto estuvo frenado casi dos horas. Hasta que se normalice, con toda la gente que hay acumulada, va a tardar. Nosotros tratamos de pedirles todo el tiempo que cumplan con el distanciamiento social, pero manejarlo es muy complicado. Es imposible estar detrás de cada persona. Acá, de la empresa, somos más o menos 25 personas. No podíamos controlar esto", comentó.
A medida que se vaciaba el hall central de la estación y que los pasajeros ingresaban en los andenes para abordar los trenes, en el piso podían verse pegados círculos azules con la consigna de mantener por lo menos un metro y medio de distancia entre las personas. Algo que ayer estuvo lejos de cumplirse.
En tanto, fuera de la terminal de Constitución, pasadas las 20 y mientras los manteros recogían su mercadería, largas filas todavía esperaban para subirse a los colectivos y emprender el regreso a casa.
Fuente: La Nación
