Cerró el último café clásico de Villa Urquiza y lo demolerán para construir un edificio

El Bar Bauness quedaba a una cuadra de la estación de tren. Era famoso por sus torneos de truco, pool y billar.

El Bar Bauness cerró sus puertas para siempre y dijo adiós tras más de treinta años de torneos de truco, billar y pool, y reuniones familiares y de amigos. Con su cierre, se fue el último bar clásico de Villa Urquiza.

Estaba en Bauness 2561, entre Cullen y Franklin Roosevelt. El sábado 4 de enero se terminó de vaciar luego de una subasta.

Algunos objetos que no fueron rematados, el encargado del bar, Hugo Laguzzi, los terminó regalando. Luego de la subasta, el frente del local quedó tapiado.

Ahora, todo parece indicar que se acerca el fin de una casona que data de 1907. Será demolida para que en su terreno se construya un edificio.

Mirta, de 75 años, mientras compra un pastel de papas en la rotisería La Nueva Condesa, a metros del Bauness, afirma con un tono melancólico que "ahora todo lo viejo desaparece" y con seguridad dice que era un bar al que iba gente mayor. Como experiencia personal, la que más recuerda es la vez en la que le festejaron el cumpleaños y hubo un show de tango. "Había comida muy rica", dice con una sonrisa.

El edificio, que originariamente fue la casa de los Biderman, una familia de tradición comercial en Villa Urquiza, tuvo distintas funciones: hubo un frigorífico, luego una unidad básica y a fines de los 70 comenzó a funcionar un pub nocturno, con mala fama en el barrio.

Pero en la década del 90 abrió el Bauness, que tuvo los primeros años un dueño "que estuvo poco porque era rematador", dice Ernesto López, dueño de la casa de compra y venta de antigüedades que está pegada al bar. "Con el último dueño estuvo 22 años", agrega, y recuerda que todos los días desayunaba allí.

"Había recitales de tango los sábados a la noche, con cantante y orquesta, que eran muy concurridos, incluso por poetas y gente de la cultura", le cuenta con entusiasmo Marcelo Alejandro Vega, habitué del bar, a Clarín. Y dice que le parece "una lástima" que el Gobierno o la Legislatura de la Ciudad no lo hayan declarado lugar de interés o Bar Notable. "Pero ya sabemos que no a Rodríguez Larreta no le importa la historia. Ya pasó con la pizzería de la barrera de Urquiza: los echaron y está todo a la venta", agrega.

Fuente: Clarín