Agenda porteña

23/01/2023

Crece la cantidad de chicos que piden limosna en las calles de la Ciudad

Unos viven acá y otros vienen del GBA con sus familias. Deambulan y duermen en las veredas porteñas, en situaciones de riesgo. Faltan respuestas oficiales.

En Cabildo y Sucre, frente a la sucursal Belgrano del Banco Nación, un nene de 9 años está solo, sentado sobre cartones y con la cabeza gacha. Sostiene un vaso de Burger King donde la gente que pasa le deja dinero. 
Una señora se acerca a él y le regala una bolsa con tres paquetes de galletitas. 
La historia de Joe se repite en distintos puntos de la Ciudad. Son muchos los chicos que piden. Unos minutos después aparece Edgar, su papá, junto a Johnny, de 8 años, el hermanito menor. Como el más chiquito quiso ir al baño, su papá lo llevó a Mc Donald's y por eso el de 9 quedó solo en la calle un rato. 
"Me lastimé el dedo con la amoladora hace una semana, por eso venimos a pedir porque en la Provincia no hay plata. Trabajo en la construcción y en el Mercado Central, y vivimos en González Catán", cuenta el padre, en diálogo con Clarín, mientras levanta la gasa que tapa la herida de su mano derecha que tiene inmovilizada. 
A tan solo tres cuadras, tres niños y dos jóvenes piden dinero en la puerta de la Parroquia Inmaculada Concepción, en Belgrano. También en la entrada del supermercado Jumbo, en Santa Fe y Bonpland (en Palermo), está sentada Dori (39) con dos de sus nueve hijos. "Somos de José C. Paz. Hace cuatro años venimos a pedir, estaba embarazada de ella. Yo soy ama de casa, mamá soltera y tengo la pensión por tener más de 7 hijos, tenía 10 pero uno se me murió", cuenta. 
Dori prefiere que la ayuden con comida en vez de plata. Una señora que se acerca con una bolsa, se suma a la conversación y señala a la nena de 4 años: "De ella estabas embarazada cuando empezaste a venir acá". 
A una cuadra del shopping Alto Palermo, en Santa Fe y Billinghurst, justo en la esquina de un bar piden ayuda un nene y su madre. Tan solo un vidrio los separa de las personas que meriendan en el local. 
Esos dos mundos también se ven en la peatonal Florida. En la puerta de un negocio de Adidas, donde plotearon la vidriera con la foto de la Selección Argentina levantando la Copa del Mundo, Florencia y dos de sus hijos pasan sus días pidiendo dinero para pasar la noche en un hotel en la Ciudad. "Durante el día estamos seguros en la calle. A la noche no dormimos en los refugios del Gobierno porque te roban aunque no tengas el último celular", explica mientras su hija e hijo caminan a su alrededor con un difusor de aromas que se volvió su juguete. 
En la mano de enfrente canta su marido y lo acompaña su otra hija. "Vivíamos en Burzaco pero perdió el trabajo hace una semana, por eso vinimos a la Capital. Me habían ofrecido limpiar casas pero era una miseria", sostiene Florencia. 
Desde el Gobierno de la Ciudad intentan desligarse de esta postal negra de Buenos Aires. Funcionarios de Desarrollo Humano y Hábitat explican que su programa Buenos Aires Presente (BAP) solo da asistencia a familias que viven en la calle. Pero admiten que no contempla brindar ayuda a quienes piden durante el día en la Ciudad. 
 

Fuente: Clarín

Corrientes
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