El Obelisco porteño, el monumento emblemático de la Ciudad cumple 85 años

El domingo 23, el Obelisco cumple 85 años y lo celebra renovado y restaurado

El domingo 23, el Obelisco cumple 85 años y lo celebra renovado y restaurado, presidiendo la Ciudad con su porte de 67,5 metros de altura y sus 206 escalones -con siete descansos hasta llegar a la cúspide- y sus cuatro emblemáticas ventanas. Cada uno de sus lados rinde homenaje a un hecho histórico: las dos fundaciones de Buenos Aires -la de Pedro de Mendoza (1536) y la de Juan de Garay (1580)-, el primer izamiento de la bandera en la iglesia de San Nicolás y la Constitución de 1880, que estableció la Capital Federal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Alguna vez se lo vistió de árbol de Navidad y otra de preservativo rosa -en una campaña para la prevención del VIH-, e incluso fue intervenido por el artista Leandro Erlich, que simuló cortar su punta para exhibirla por separado en el museo Malba, aunque todo fue un mero efecto visual. 
Este año, a lo largo de dos meses -del 15 de marzo al 12 de mayo-, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana puso en valor su fachada a través de obras que incluyeron la renovación total de la pintura y la restauración de sus cuatro frentes. También se repararon las rejas que lo rodean a través de un tratamiento especial (decapado) para poner en valor el metal original de las mismas. 
El 25 de Mayo, además, el Obelisco será uno de los espacios y monumentos iluminados en celeste y blanco, junto a la Torre Monumental, el Cabildo, la Pirámide de Mayo, el Planetario, la Floralis, el Monumento de los Españoles, la Usina del Arte, el Palacio Lezama y el Puente de la Mujer. 
"No hay una interpretación oficial del monumento", explica el historiador Daniel Balmaceda. "Se comenta que podría formar un triángulo masónico junto con la Casa Rosada y el Congreso Nacional. En todo caso, a esa interpretación le falta el tercer poder que es el Palacio Judicial". Diseñado por el arquitecto Alberto Prebisch, fue inaugurado oficialmente el 23 de mayo de 1836 en la Plaza de la República. Es el símbolo que identifica a la Ciudad de Buenos Aires, además del epicentro para festejos de campeonatos futbolísticos, manifestaciones y eventos artísticos o recitales que se dieron cita a sus pies, en la Plaza de la República. 
Según el historiador Felipe Pigna, ?algunos quisieron demolerlo e inclusive hubo proyectos en el Concejo Deliberante para tirarlo abajo. Se lo consideraba, en 1936, muy feo, muy desagradable. La estructura del monumento, basada en la estética racionalista, generó más de una polémica entre los partidarios de la renovación de la ciudad y los sectores más tradicionales. Ocupó un lugar polémico porque el Radicalismo había presentado un proyecto para erigir ahí mismo un monumento a Hipólito Yrigoyen. Pero cuando se levantaba el Obelisco ya gobernaban los conservadores, de la mano de Agustín P. Justo, y no hubo nada que hacer?. 
Carácter singular Su interior es hueco y alberga una escalera recta. Tiene una sola puerta de entrada en el lado oeste y originalmente estuvo revestido en piedra, a la que se reemplazó por revoque de cemento pintado de blanco, con hendiduras que generan una imitación de planchas de piedra. Su punta es roma, mide 40 cm y hay empotrada una caja de hierro que guarda una foto del jefe de máquinas de la construcción, y un documento destinado a quien demuela el monumento. 
Para Daniel Balmaceda, ?en términos políticos, la construcción del Obelisco respondía a esa concepción de progreso y futuro que planteaba el gobierno de Justo. Se necesitaba resolver problemas de tránsito y velocidad de los vehículos. Fue cuando se crearon las avenidas Costanera Norte y 9 de julio, y se ensancharon Belgrano y Córdoba. Además se pavimentó el camino hacia la zona norte y comenzó el proyecto de la Av. General Paz. Al comienzo, a los porteños les costó habituarse, pero cuando se abrió la Avenida 9 de Julio, en 1936, ya todos estaban a gusto con el monumento?. 
Icono. El 25de Mayo, el Obelisco será uno de los espacios y monumentos que serán iluminados en celeste y blanco. 
Imponente. Tiene 67,5 metros de altura y 49 metros cuadrados de base. 
Curiosidades de un icono porteño.  
Proeza arquitectónica  
Para construirlo, se utilizaron 680 metros cúbicos de cemento y 1300 metros de piedra calcárea blanca traída desde Córdoba. 
Sitio elegido  
Para erigirlo, se aprovechó el espacio de la demolida iglesia de San Nicolás de Bari para trazar la avenida 9 de Julio. 
Trabajo veloz  
Fue creado en 60 días y trabajaron 157 operarios; se le asignó una única puerta de entrada mirando a la avenida Corrientes. 
Estructura interior  
Su escalera marinera tiene 206 escalones con 7 descansos que lleva a la cúspide; allí, hay cuatro ventanas visibles desde la calle. 
Apertura imponente  
Fue el escenario principal de la fiesta que inició los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018. 

Fuente: Clarín