El ocaso de Puerto Madero: cerró el 30% de los restaurantes
Los que siguen funcionando perdieron el 90% de su facturación. Sin oficinistas ni turistas, el barrio sucumbió
Ningún barrio escapa del golpe que la pandemia le provoca a la gastronomía. Incluso, los más top sienten el cimbronazo. Puerto Madero se convirtió en una zona que los comerciantes describen como "fantasma": sin turistas, ni oficinistas ni asistentes a eventos empresariales, los clásicos visitantes de sus restaurantes.
En el sector, dicen que se t rata de la peor crisis en la corta historia de este barrio porteño, hoy, con cuadras completamente desoladas. El coronavirus ya liquidó a 12 de los 40 establecimientos gastronómicos ubicados sobre la avenida Alicia Moren u de Justo, en la arteria comercial que se extiende desde Córdoba hasta Brasil.
Entre el 30% de los que bajaron las persianas de forma definitiva, se encuentran nombres emblemáticos, como La Parolaccia Casa Tua. La Bistecca, Sottovoce, Le Pain Quotidien, Fabric Sushi, Burger King y Brasas Argentina Sur.
Los que cerraron no pudieron soportar el alto costo de los alquileres, con un precio del metro cuadrado que parteen u$s 4. ?Si lo multiplicamos por los 500 metros cuadrados que suelen tener estas locaciones como superficie mínima, da un alquiler mensual de u$s 2000 (al tipo de cambio de la fecha, equivale a $ 322.000)", explica una fuente gastronómica, que maneja varios locales de la zona.
Los que quedaron en pie sobreviven acosta de los pocos comensales que las visitan, especialmente, los fines de semana. "Hasta la aplicación de las nuevas restricciones, la afluencia de público era de, aproximadamente, el 20%. Ahora, tras las medidas recientes, estamos en el orden del 10%", dice Carlos Yanelli, presidente de la Cámara de Restaurantes y gerente general de Estilo Campo, una famosa parrilla que fue declarada de interés turistico por la Legislatura porteña en 2019.
La Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías, Cafés y Bares (Ahrcc) calcula que, en 2020, se perdieron más de 3.5 millones de cubiertos en estos locales, preparados para recibir 500 visitantes diarios, que, ahora, no superan los 30.
Varios restó implementaron delivery, con escasos resultados. Los ingresos por este canal representan, en promedio, el 5% de la facturación habitual. Algunos abrieron unos días bajo este formato pero decidieron dejar de ofrecer el servicio por las pocas ganancias que obtienen y el gasto que implica hacer envías desde una zona alojada de otros puntos de la Ciudad.
Es que el nivel de ventas actual no alcanza a cubrir la alta estructura de costos que tienen los dueños de estos negocios. ?Son salones que están preparados para recibir público, no para hacer delivery o take-away, porque no rinde", se queja un comerciante del barrio.
Pero la debacle no comenzó con la llegada del Covid-19, sino con la obra del Paseo del Bajo. Ocasionó una merma del 40% en la cantidad de clientes, caída que minease revirtió, con una catarata de pedidos de Procedimiento Preventivo de Crisis.
Fuente: El Cronista Comercial