Fuerte cacerolazo en la Ciudad y frente a la Quinta de Olivos por las nuevas restricciones
Tras los anuncios, hubo protestas espontáneas en Palermo, Núñez, Belgrano, Recoleta y otros barrios porteños.
Minutos después de que el Presidente Alberto Fernández anunciara nuevas medidas de restricción ante el avance de la pandemia del coronavirus, vecinos de distintos puntos de la Ciudad y en la puerta de la Quinta de Olivos, se manifestaron con sus cacerolas para mostrar sus descontento ante el anuncio.
Palermo, Núñez, Belgrano, Barra- cas, Recoleta y Flores fueron los primeros barrios porteños en donde más se escuchó el ruido metálico desde las casas y los edificios.
Pero con el correr de los minutos se replicó en puntos de casi toda la Ciudad. Algunos con bocinas, silbatos o simplemente con las palmas de sus manos.
Uno de los focos de la protesta fue la puerta de la Quinta de Olivos, desde donde el primer mandatario anunció las medidas. Hasta allí llegaron cientos de manifestantes con banderas argentinas para expresar su descontento.
Las redes sociales sirvieron como difusor en donde se publicaron videos y fotos con el sonido ambiente de los cacerolazos en los barrios.
El foco del reclamo estuvo en la suspensión de las clases presenciales, que tomó por sorpresa a todos.
También hubo rechazo al cierre de los comercios a partir de las 19 y a la prohibición de circular desde las 20.
El director del Hospital Fernández (ubicado en Palermo), Ignacio Previgliano, fue uno de quienes se manifestó contra las decisiones: "Tuve que cerrar las ventanas por el cacerolazo que hay acá. Estamos en estado de sitio, con el ejército en la calle", comenzó en diálogo con el canal IP.
"Realmente creo que son medidas muy fuertes, que impactan, el nivel de contagios es alto pero el sistema público de los hospitales de la ciudad de Buenos Aires no está en situación de saturación", afirmó en contra del anuncio oficial que habló de una crisis sanitaria en los centros médicos.
En la esquina de Juncal y Uruguay, en el edificio donde tiene un departamento la vicepresidenta Cristina Kirchner, los vecinos también salieron a rechazar los anuncios.
Quienes salieron también a expresar su furia fueron los gastronómicos, quienes a partir del viernes podrán seguir trabajando solamente con delivery en el horario nocturno.
"El sector gastronómico está conformado en un 90% por Pymes. Es una locura adelantar todavía más la hora de cierre de los locales, es un decreto de muerte. Ya perdimos más de 20.000 puestos de trabajo y más de 2.000 establecimientos", dijo Dante Camaño, titular del gremio de los trabajadores gastronómicos porteños.
"Si cerramos a las 19, perdemos el 90% de nuestra facturación. Al mediodía vienen apenas el 10% de nuestros clientes", dijo Agustín Latorre, dueño de los restaurantes Osaka de Palermo y Puerto Madero.
Desde la oposición salieron a criticar el anuncio presidencial. Se enfocaron en especial en la suspensión de las clases presenciales y un tuit de ayer a la tarde del ministro de Educación, Nicolás Trotta.
"El ministro de Educación sostuvo a las 17 que la presencialidad en las escuelas se basa en protocolos estrictos.
A las 21, el Presidente suspendió las clases presenciales en AMBA. La improvisación es la marca de un gobierno que ya no tiene más crédito social. Aulas abiertas", posteó el radical Mario Negri, jefe del interbloque de Juntos por el Cambio de Diputados.
También se sumó al reclamo el radical Alfredo Cornejo: "El Presidente anuncia que cierran las escuelas otra vez. Su ministro hace horas negaba la suspensión de las clases. Un gobierno de improvisados, sin brújula y sin diálogo entre ellos".
La titular del PRO, Patricia Bullrich, tuiteó: "Presidente, decide en contra de los que trabajan, de los padres que llevan sus hijos a la escuela, de los comercios que se funden. Decide por los que tienen la vida resuelta contra los que trabajan. Esa es la grieta que usted ha generado. Ganó la oligarquía de los burócratas". La dirigente fue anoche a la protesta en Olivos.
Fuente: Clarín
