La pandemia arrasó con 1.800 locales de ropa de la avenida Avellaneda
La falta de clientes del interior complica el panorama. En Once hay 1.600 comercios menos
Hace 50 años que la avenida Avellaneda en Flores se convirtió en uno de los centros comerciales a cielo abierto más importantes de todo el país. Antes de la pandemia, tenía 7.000 locales y daba trabajo a 35.000 personas. El desembarco del coronavirus lo cambió todo. Un 25% de las tiendas ya no reabrirá sus puertas.
La zona comprende casi 150 cuadras repletas de comercios. El centro es la avenida Avellaneda pero en sus laterales hay cuatro o cinco cuadras llenas de locales de ropa. El 99% son de indumentaria y hay muy pocos de bijouterie.
Si bien hace un mes reabrieron las tiendas ubicadas en los laterales, ahora ya reanudaron sus actividades todos los comercios instalados en avenida Avellaneda, entre Bahía Blanca y Terrada. Emiliano Iglesias, presidente de la Asociación de Comerciantes de avenida Avellaneda (Acoma), señaló a BAE Negocios: "Del total de 7.000 locales, un 50% es de argentinos y el resto pertenece a la comunidad coreana. Ambos sectores fuimos afectados por igual y la pandemia fue la estocada final, ya que el rubro textil venía muy golpeado en los últimos años. Un total de 1.800 locales no reabrirán, lo que significa la pérdida de 10.500 puestos de trabajo. Cada vez se ven más locales con el cartel de alquiler".
Si bien trataron de adaptarse a la venta online, muchos locales no pudieron. La App ?Estoy cerca? de Fecoba es la más utilizada por los clientes y les permite buscar locales por rubro.
"No pudimos reconvertirnos, con la venta online apenas se pudo recuperar el 10% de lo que vendía. No hay economía en el mundo que aguante una pandemia. Encima al ser un polo mayorista, el 80% proviene del interior del país y ahora no puede llegar. Abrimos de lunes a viernes de 11 a 18 horas. La semana próxima tendremos una reunión con el gobierno porteño y la Federación de Comercio para destrabar los tours de compras que vienen del interior, la apertura de locales los sábados y trataremos el tema manteros, que son una competencia desleal", señaló el presidente de la entidad.
En la avenida Avellaneda los clientes tienen que ir con documento par o impar, dependiendo el día. Se respeta el distanciamiento, se provee alcohol en gel, sólo ingresa una persona cada 15 metros cuadrados y la ropa no se puede probar. Sí se puede devolver. No se ven largas colas como en épocas normales.
Entre los cambios que generó la pandemia, está la cantidad de prendas que se pueden comprar. "Como no puede venir nuestros clientes del interior estamos haciendo ofertas y liquidaciones y en general se permite la compra de tres productos como mínimo. Queremos que vuelva el público de cercanía. Los precios están acordes a toda la situación".
Entre las marcas más buscadas el primer día de la reapertura figuran: Popys, Cuesta Blanca y Kiara, entre otras.
Panorama similar En el barrio de Once se vive una situación parecida. Durante la cuarentena, bajaron las persianas 1.600 de los 8.000 comercios que hay en la zona. En el área delimitada por Larrea, la avenida Rivadavia, Boulogne Sur Mer y Lavalle, los comerciantes están muy preocupados. Aseguran que el 60% de sus ventas provienen de clientes del interior del país y del conurbano profundo y que hasta que esas personas no puedan trasladarse libremente, la situación va a ser cada vez más compleja.
Fuente: BAE