Los porteños dejan de usar el barbijo al aire libre y en los recreos

La medida rige desde hoy; la Ciudad espera alcanzar en esta jornada el 70% de la población vacunada con esquema completo

La Ciudad necesitaba aplicar ayer 27.426 segundas dosis o monodosis para alcanzar la meta del cobertura efectiva contra Covid-19 de sus más de tres millones de residentes. Pero habrá que esperar hasta hoy para que eso ocurra y el distrito sea el primero en el país en lograrlo. Será el mismo día en el que deja de ser obligatorio el uso del barbijo en espacios públicos abiertos y, también, durante los recreos escolares, según se anunció ayer. 
"Hoy [por ayer] vamos a llegar al 70% de la población vacunada con las dos dosis", había anticipado el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, en el vacunatorio en el club River Plate. 
Con un stock disponible de185.370 dosis y la capacidad de vacunar más de 30.000 personas por día, las estimaciones ya anticipaban anteayer por el ritmo de aplicaciones de los últimos días que el objetivo del 70% con esquema completo se alcanzaría entre ayer y hoy, si no había demasiado ausentismo. 
En los últimos días, el Ministerio de Salud había enviado 29.500 turnos para ayer, con 22.000 para segundas dosis, además de monodosis. Eso sería suficiente, según planteaban oficialmente, como para llegar al número esperado de porteños efectivamente protegidos: 2.152.500 de los 3.075.00 residentes de la ciudad, según estimó la nación a partir de los datos que se tienen en cuenta en el Ministerio de Salud para estimar las intervenciones. 
La experiencia internacional indica que lograr ese nivel de cobertura, aun cuando las variantes del virus, la propia enfermedad o la capacidad de las vacunas de cortar la transmisión en la comunidad hagan más difícil calcular el umbral para lograr la inmunidad colectiva, es un paso más para aumentar la protección contra la forma grave y fatal de Covid-19. 
"Nos vamos a concentrar en que las personas puedan recuperar sus actividades cotidianas de forma cuidada" dijo Fernán Quirós, ministro de Salud porteño, junto al jefe de gobierno durante la conferencia de prensa en River Plate. 
Los primeros días de septiembre, una semana antes de las PASO, desde la cartera sanitaria porteña habían pronosticado que ese mes se alcanzaría "el 70% de los porteños con dos dosis". Aclararon, a la vez, que eso dependería de la disponibilidad de dosis enviadas por el Ministerio de Salud de la Nación. 
Según los datos del distrito, a partir del 12 de septiembre bajaron los promedios diarios de aplicación que el 26 de julio había alcanzado un valor máximo de 39.315 dosis administradas en una jornada. "Con un 70% de población vacunada con doble dosis, a la variante delta le cuesta circular por la comunidad -había explicado Quirós-. Queremos estar cerca de ese número antes de liberar el uso del barbijo". Ayer más temprano, aún con el 69,11% de los porteños con esquemas completos, se anunció que a partir de hoy dejará de ser obligatorio el uso del tapaboca en espacios al aire libre y, en las escuelas, durante los recreos. 
Sobre delta, entonces, Quirós dijo: "Sabemos que circula en la Argentina y en la ciudad. En todo este tiempo hemos logrado que si hubiese aumento de casos, sean situaciones clínicas leves y no requieran internación ni generen daños fatales". 
El uso obligatorio del barbijo estaba vigente desde el 4 de mayo de 2020. "Continuará siendo obligatorio en espacios cerrados, donde aumenta el riesgo de la transmisión viral, lugares abiertos con concentración de personas donde no se encuentre garantizada la distancia social y en eventos masivos", precisó el gobierno porteño. 
La recomendación de sostener el lavado de manos, el uso de alcohol en gel, la distancia entre personas, la ventilación de los espacios cerrados y los testeos se mantiene vigente. "También dejará de ser un requisito la toma de temperatura antes de ingresar a espacios cerrados -se indicó-. Los chicos de establecimientos escolares públicos y privados podrán realizar actividades en espacios abiertos, como los patios, sin usar tapaboca". 
 

Fuente: La Nación