Miles de fanáticos fueron al Obelisco para despedir al creador de Dragon Ball
Akira Toriyama murió el 1° de marzo, pero la noticia se conoció el viernes. Hubo cosplayers, canciones y tributos.
Aunque el cielo de ayer no resplandecía en el centro porteño (y, de hecho, amenazaba lluvia), eso no fue obstáculo para que miles de fanáticos se congregasen allí a brindar un último adiós a Akira Toriyama, creador del mítico manga Dragon Ball, que luego se convertiría en uno de los animés más vistos de la historia. Toriyama falleció el 1° de marzo, pero la noticia se conoció recién el viernes pasado.
La plaza estuvo llena de fans vestidos con remeras de Dragon Ball y haciendo pogo mientras cantaban los temas de la serie. Quizá porque consideran que -como sonaba en la cortina en español del animé- para llorar no es el tiempo ahora, cada tanto también levantaban sus brazos al cielo, emblema inconfundible de los momentos cruciales de la serie en los que todos los seres vivos prestaban energía a Goku, el protagonista.
Si bien asistieron fanáticos de todas las edades, una gran parte ya peinan canas en sus cabezas y barbas: jóvenes de entre 30 y 40 años que crecieron viendo Dragon Ball y jugando videojuegos cuyos personajes también fueron dibujados por Toriyama, como Chrono Trigger y Dragon Quest.
La obra de Toriyama logró, además, unir a varias generaciones.
Una madre reconoce: "Yo miraba la serie cuando era chica, pero ahora mis hijos también la ven y ellos me pidieron venir".
Aunque la cita estaba pactada a las 16, a las 17.30 todavía llegaba gente. Algunos con parlantes, otros, sólo con sus palmas hacia el cielo para sumar su respeto y brindar su energía. Cuando se les preguntaba por qué fueron, la respuesta era unánime: "Para mi, Dragon Ball es mi infancia".
También hubo gran cantidad de vendedores ambulantes que tuvieron muy buenas ventas. Fernando, por ejemplo, vende productos relacionados al animé y suele participar en ferias y convenciones, pero ayer aprovechó la jornada para vender específicamente productos de Dragon Ball. A las pocas horas ya había vendido casi todo.
Fuente: Clarín