Agenda porteña

17/11/2020

Paran médicos porteños en rechazo del aumento salarial ofrecido por la Ciudad

Les ofrecieron un 23% en tres veces, pero los profesionales sostienen que el impacto real es del 15%; un grupo de autoconvocados marchará además hacia la sede gubernamental

"Somos esenciales. Queremos que nos paguen como esenciales". En plena pandemia, aun con el alivio que están dando sus cifras en la ciudad, los médicos de los hospitales porteños gritan la consigna con el cansancio de meses de ponerle el cuerpo a la emergencia sanitaria. Y, también, lo hacen con fastidio. 

Desde la semana pasada, están haciendo asambleas y recorren las calles alrededor de los hospitales para reclamar a las autoridades de la Capital una mejora salarial de fondo y definitiva. 

Hoy, harán un paro de 24 horas en contra del aumento que les ofreció la Ciudad en paritarias: un 23% en tres veces (13% este mes, 5% el mes que viene y 5% en enero), además de un bono de $12.000 para enero y febrero. La Asociación Médicos Municipales (AMM), que participa de la negociación, rechazó la propuesta. 

En diálogo con la nación, integrantes de un movimiento de médicos y residentes autoconvocados que está surgiendo con fuerza en la mayoría de los hospitales afirman que eso se traduce en un 15% real, más los dos bonos. Esto es porque se está incorporando un incremento del 7,9% adeudado del año pasado, pero que ya se venía cobrando. 

Según anticipan los organizadores, el paro no afectará la atención de las guardias, las áreas críticas ni las consultas espontáneas por sospecha de Covid-19. Pero se reprogramará la atención con turnos. 

Los autoconvocados, además, marcharán a la sede del gobierno porteño para diferenciarse de su representación gremial histórica, la AMM. La medida se está viralizando como #PrimaveraMédicos y concentra la reacción de los profesionales tras la propuesta oficial. 

"Nuestra intención es empujar al gremio a que haga lo que tiene que hacer", dice Francisco Paulin, médico internista e inmunólogo clínico del Hospital Fernández. Ahí, dirigió la primera sala que se habilitó para pacientes con Covid-19. "Hay mucho nerviosismo. El personal está mal emocionalmente", agrega. 

Además de en el Muñiz y el Argerich, la voz de los autoconvocados viene tomando fuerza en los hospitales Elizalde, Álvarez, Santojanni y Borda, entre otros. 

Solo en el Fernández, 430 médicos y residentes de un total de 680 firmaron un petitorio de cuatro puntos: recomposición del 100% del salario de bolsillo; eliminación de los ítems no remunerativos, que son casi la mitad del salario y es lo que más reclamos judiciales genera a través de la AMM; jubilación con el 82% móvil, y actualización de los pagos a los residentes. 

De acuerdo con los recibos de sueldo de profesionales de planta con distinta antigüedad y funciones, un médico que recién ingresa a trabajar a un hospital cobra de bolsillo unos $53.000, mientras que uno con 14 años y una especialidad clínica tiene un ingreso de $68.000. El sueldo de un jefe de servicio con 36 años de antigüedad en la carrera municipal es de unos $124.600. 

Los autoconvocados, que son los profesionales que estuvieron en la primera línea de atención de Covid-19, arrancaron como un grupo de WhatsApp en el Hospital Fernández que a las horas había sumado 254 participantes. Tuvieron que cambiar a Telegram para agregar más colegas, hasta alcanzar a los 330 entre residentes y médicos de planta de todos los servicios. Lo mismo fue ocurriendo en el Muñiz y el Argerich, y siguió en el resto de los hospitales, de acuerdo con la mayor o menor fuerza de las dos principales listas enfrentadas en la AMM. 

El viernes pasado, en una asamblea virtual, representantes en 30 de los 33 hospitales definieron que hoy, además del paro de 24 horas que impulsó la AMM, harán una marcha blanca hacia la sede del gobierno porteño en Parque Patricios, que partirá a las 10.30 desde la puerta del Ministerio de Salud, ubicado en Monasterio y avenida Amancio Alcorta. 

Participará también de la marcha la Asamblea de Trabajadores, Residentes y Concurrentes de la Ciudad de Buenos Aires. 

"Se prendió una mecha y explotó -resume Paulin-. Al personal se le acabó la paciencia. Todos estos meses nos pusimos los barbijos, las antiparras, y a trabajar. Nos lo tienen que reconocer las autoridades. La sociedad lo hace. Nos tocan bocina, nos aplauden, reconocen nuestro trabajo. Lo vemos cada vez que, después de una asamblea, salimos a dar una vuelta al hospital para visibilizar nuestro reclamo y lo hacemos respetuosamente. No nos vamos a manifestar molestando a la gente que está yendo a trabajar. Es la sociedad la que, cuando nos ve con el guardapolvo blanco, nos agradece y alienta". 

La principal queja hacia el gremio es el retraso salarial respecto de la inflación desde hace cinco años. "Llegamos hasta ganar un 20% menos. Las negociaciones siempre fueron pésimas", agrega Paulin. 
 

Fuente: La Nación

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