Por la emergencia sanitaria, los hospitales de la Ciudad sumarán 100 camas

Además, incorporarán 200 enfermeras, 50 médicos para terapia intensiva y comprarán 80 respiradores.

Con el coronavirus como pandemia declarada, el sistema de salud porteño tomó una serie de medidas para reforzar la prevención y la atención médica. Se agregarán cien camas en áreas de cuidados intensivos, llamarán a 200 enfermeras y enfermeros retirados recientemente para que vuelvan a prestar servicios e incorporarán 50 médicos especializados en terapia intensiva. También se decidió comprar 80 respiradores y cinco ambulancias.

Por otra parte, mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia, el Gobierno nacional dispuso la emergencia sanitaria por un año. En la misma línea, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, decretó hoy la emergencia sanitaria por 180 días. El Ministerio de Salud bonaerense, podrá disponer "las medidas necesarias y/o de reorganización del personal que la situación de emergencia amerite para cubrir eficientemente la prestación del servicio de salud, facultándolo a suspender las licencias anuales del personal que preste servicio en los establecimientos hospitalarios y a resolver la contratación de personal temporario, en el marco de la emergencia declarada".

La Ciudad puso en marcha un plan de activación progresiva de salas de internación para los primeros casos, y se diseñó otro más intensivo que se implementará si el número de pacientes aumenta exponencialmente. Además, la línea 107 incorporó un equipo de epidemiólogos para asesorar en su atención telefónica.

"Activamos salas de internación de cuidados generales, intermedios e intensivos de pacientes aislados en el estadio actual. Cuando una sala se activa, hay otra de reserva y, cuando la primera se llena, se activa la otra y se abre otra más de reserva. Es una lógica de colas. De esa manera siempre hay salas preparadas", explicó a este diario el ministro de Salud porteño Fernán Quirós.

Actualmente están ocupadas parcialmente una en el Muñiz y otra en el Ferrer, mientras que hay otra en el Santojanni y una más en el Rivadavia, de reserva. Eso implicará que, en la medida en que se vayan necesitando salas para atender esta enfermedad, "empiecen a suspenderse los cuidados programados, entre ellos las cirugías programadas", había aclarado el ministro más temprano, en una nueva edición de Gabinete Abierto, la reunión transmitida en vivo por redes en la que los vecinos les hacen preguntas a los funcionarios porteños.

A su vez, este plan se ajusta con la estructura de camas privadas y de la seguridad social. De hecho, hoy la mayoría de los infectados están internados en centros privados. En la Ciudad se confirmaron hasta este miércoles 15 casos de coronavirus, incluido el de Guillermo Abel Gómez, quien murió este sábado.

Este es el plan en el estadio actual, cuando los casos se suman de manera lineal en lugar de multiplicarse. Si ocurriera lo segundo y las infecciones aumentaran de forma exponencial, se pondría en marcha otra etapa del plan.

En esa segunda fase, los pacientes leves, que representan el 80% del total, dejarían de estar internados y recibirían un tratamiento fuera del hospital. Así, los graves, que corresponden al 20% restante, serían los únicos hospitalizados.

En cuanto a los insumos, Quirós indicó que ya se compraron los correspondientes a todo un año y "ya están en el depósito, por lo cual no hay posibilidad de faltantes". Entre esos insumos figuran los de protección personal (guantes, camisolines, barbijos y gafas) y los radiológicos, así como reactivos de laboratorio, activos complementarios y medicamentos.

Según los últimos datos oficiales disponibles, en la Ciudad hay unas 6.986 camas en 29 hospitales públicos. De ellas, 347 corresponden al Muñiz y 18, al Ferrer, los dos centros sanitarios que por ahora están involucrados activamente en el plan de salas de internación para coronavirus.

Ante la consulta de Clarín, en el ministerio no pudieron precisar aún cuántas de esas camas se afectarán a la atención de infecciones por coronavirus. Lo determinarán basándose en datos de las experiencias china e italiana y cruzándolos con la demografía porteña, especialmente en relación a la edad, un factor clave en el grado de gravedad de los casos.

Fuente: Clarín