Boca cortó con autoridad la racha maldita de 12 partidos sin triunfos

Fueron cuatro meses sin festejar una victoria, su peor registro en la historia. Un gol en contra le abrió el camino en Mendoza y lo definió con dos contragolpes. Russo acertó con los cambios

Por fin se alinean los planetas. Boca no solo canta victoria al pie de la Cordillera, después de cuatro meses agrios y una presión negativa; además, lo hace con autoridad y fluye algo de la identidad que venía buscando Miguel Russo. Se insertan muy bien los cambios y hasta grita un gol Alan Velasco, el jugador que vale 10 palos verdes pero ni cerca está de aquella ochentera canción dedicada a Maradona en la Bombonera. El triunfo que llega después de una docena de partidos -el peor registro en 120 años-, y que posiciona al gigante azul y oro en zona de Libertadores, invita a una pregunta: ¿será el despegue? 
Russo cambió de esquema (4-4-2) y a dos jugadores de posición: Di Lollo de zaguero y Battaglia, volante central. En este contexto, Paredes tuvo más compañía y con la presencia de Palacios buscó juntar mayor cantidad de pases para elaborar un juego más armónico. 
No obstante, la mejor cara de Boca se vio a partir del desequilibrio de Aguirre, volcado como volante por la derecha. Después de un arranque en el que tuvo que lidiar con Villa en el retroceso, se lanzó con espacios y marcó la diferencia en el uno a uno contra Souto. El problema estaba en el área, donde otra vez Cavani volvió a fallar. 
Boca fue levemente superior a su rival y lo fue empujando contra su arco con pelotas paradas. Tuvo cuatro córners en la etapa inicial, dos ejecutados por Paredes. Y fue a partir de una jugada que nació en un tiro de esquina que llegó el grito de los hinchas que coparon la popular del estadio mundialista. 
El campeón del mundo disparó desde la derecha, Di Lollo la bajó en el corazón del área, Merentiel jugó para Pellegrino, el zaguero le erró al tiro, pero Paredes recogió a la salida del córner; el centro atrás encontró una carambola entre Bottari y Centurión y se transformó en gol. Fue en contra, claramente. Sin embargo, Dóvalo se lo dio al mediocampista estrella de Boca. 
Independiente Rivadavia pareció dominar la escena de entrada a partir de la velocidad de Villa. Sin embargo, sus compañeros no lo buscaron tanto como hubiera pretendido el propio delantero. En el arranque, sacudió de media distancia y tapó Marchesín. 
En el último suspiro de la etapa inicial, Ortega pinchó para Cardillo, Marchesín despejó corto con los puños y Sartori no logró el empate porque Pellegrino salvó en la línea de sentencia. 
En el complemento, Boca tomó una postura más conservadora. Instinto de supervivencia, está claro. Y dejó que Independiente Rivadavia se acercara peligrosamente hasta Marchesín, especialmente por las bandas. Sin embargo, la situación más clara que tuvo el equipo mendocino fue a partir de un lateral de Cardillo y una media vuelta de Ortega que pegó en el travesaño. Después, no supo lastimar a la última línea xeneize. 
Russo, sentado en una silla con el Maestro Tabárez y conversando permanentemente con Claudio Ubeda, estuvo acertado en las variantes. Eso sí, tardó demasiado en desarmar el doble ?9?. Sorprendió la salida de Aguirre, el mejor de la cancha, pero entró bien Exequiel Zeballos. Cavani se fue enojado y algo le dijo al ayudante de campo. Milton Giménez estuvo mucho más activo que el uruguayo. Pero el equipo quedó mejor parado cuando ingresó Velasco y fluyó el 4-3-3. De contra, lo liquidó. 
Williams Alarcón -reemplazante de su compatriota Palacios- ya había dejado a Giménez cara a cara con Centurión, pero el atacante falló. En el segundo pase filtrado, dejó a Zeballos mano a mano con el arquero local y el Changuito no desperdició su oportunidad. 
Y en el final, para cerrar una noche redonda, Giménez habilitó a Velasco y el zurdazo del ex delantero de Independiente le dobló la mano a un flojito Centurión. Fue el tercero, el que le devolvió el alma y la felicidad a la vida de Boca, que deberá aprovechar el envión para volver a tener un equipo a la altura de su historia. 
 

Fuente: Clarín