Chelsea, el campeón que rompió los pronósticos al golear a Paris Saint-Germain
No era favorito, pero se impuso con amplitud, con Palmer (dos goles) de figura y Enzo Fernández como pieza importante. Un plantel joven que dio una prueba de madurez
Como era de esperar antes de que se pusiera en marcha, el Mundial de Clubes entronizó a un equipo europeo. Pero no fue ninguno de los candidatos que estaban en la primera línea, empezando por un Paris Saint-Germain que se llevó un fuerte revolcón en la final. Antes habían quedado en el camino otros pesos pesados, como Bayern Munich, Inter o Real Madrid. El sistema de clasificación había dejado afuera a Barcelona y Liverpool.
En medio de ese nutrido frente europeo se coló un Chelsea que llegaba en un segundo pelotón y terminó dando un paso al frente. En realidad fue un salto gigantesco, pateó el tablero internacional al golear 3-0 a Paris Saint-Germain. Le alcanzó un tiempo para establecer una diferencia que le quitó cualquier misterio a la resolución de la final. Fueron tres goles en la primera etapa y un ejercicio de conservación de la ventaja en la segunda. Un partido perfecto del club londinense, que hace poco había tenido figuración internacional con la obtención de la Conference League -tercer trofeo de la UEFA- al vencer a Betis. Y había finalizado cuarto en la Premier League.
Y más gloria para Enzo Fernández, doble campeón del mundo, en el nivel de selección y club, y también continental, con la Copa América que festejó hace un año en suelo estadounidense. Personalidad y jerarquía futbolística componen su perfil. Supo pilotear la tormenta interna en el plantel que le cayó tras el Mundial, con aquel video con connotaciones discriminatorias. Su ascendencia dentro del grupo quedó a salvo, al ser designado como uno de los dos capitanes.
El repertorio futbolístico de En- zo es enorme. Si en la selección irrumpió con fuerza como volante central en pleno Mundial de Qatar, en Chelsea explota sus condiciones más ofensivas, sin desentenderse del repliegue para la recuperación de la pelota. En el exitoso 4-2-3-1 que dispuso Enzo Maresca para la final, Enzo ocupó posiciones adelantadas, casi en la misma línea que el centro- delantero Joao Pedro. Recostado preferentemente sobre la izquierda, le dio profundidad y continuidad a los ataques con asistencias que fueron estocadas para la defensa de PSG. Disputó un gran primer tiempo, fue actor principal en la sorprendente goleada por 3-0. Cansado -en ese mismo estadio había sufrido un golpe de calor en la semifinal contra Fluminense-, su rendimiento bajó un poco en el segundo período, hasta que fue reemplazado a los 15 minutos, con una molestia muscular en la pierna izquierda. Se llevó la ovación de los hinchas de Chelsea y cerró su Mundial con un gol y tres asistencias. Y agrandó su saldo favorable en finales, con siete títulos (Defensa y Justicia, River, selección argentina y Chelsea) y una derrota (Carabao Cup inglesa).
La definición vino con sorpresas. Las especulaciones se desvanecieron ante la realidad que llegó desde el campo, bajo un sol que hizo subir la temperatura a más de 30 grados. Chelsea pareció sacar fuerzas y motivación de las previsiones que lo ubicaban un escalón por debajo de un Paris Saint-Germain quizá demasiado confiado de su condición de favorito. Pecó de suficiencia contra un Chelsea que se le fue al humo desde el primer minuto, dispuesto a desafiarlo, sin complejos.
Con esa mentalidad, ante un PSG con muchas lagunas y lento de reacción, Chelsea se encaminó al título con un primer tiempo impecable en lo táctico y en eficacia, con un Cole Palmer estelar, autor de dos goles y una asistencia para la deliciosa definición de Joao Pedro en el 3-0.
Bajo la mirada de Donald Trump, sentadojunto a un Gianni Infantino con el que últimamente lo une muchas coincidencias programáticas en cuanto al fútbol, el MetLife entregó un primer tiempo que pocos esperaban.
En el Mundial, Palmer ya había jugado de diez, de extremo derecho e izquierdo. Contra PSG tuvo punto de partida sobre la derecha, desde donde quedó perfilado para dos definiciones calcadas, con zurdazos que entraron junto a la base del poste derecho de Donnarumma. Completó su exhibición con el pase para Joao Pedro, el delantero recientemente contratado, que hace 10 días estaba de vacaciones en Río de Janeiro y en un abrir y cerrar de ojos se ganó el puesto con los dos tantos a Fluminense en las semifinales.
PSG tuvo más la pelota, pero no hizo daño, y cuando tuvo algo de profundidad se topó con la seguridad del arquero Robert Sánchez, que completó cuatro grandes tapadas. En defensa, el campeón de la Champions extrañó la firmeza de l suspendido William Pacho. La impotencia de PSG también quedó reflejada en la expulsión de Joao Neves (le tiró del pelo a Cucurella) y en la repudiable agresión del final de Luis Enrique a Joao Pedro.
Hace tres años, Chelsea fue campeón del Mundial de Clubes versión reducida, tras vencer 2-1 a Palmei- ras en la final. De aquella formación no queda nadie. En 2022, el club fue comprado por el empresario estadounidense Todd Boehly, cuestionado por su dispendiosa política de refuerzos, con las compras de Enzo Fernández y Moisés Caicedo por arriba de los 100 millones de euros. Nadie gastó más que Chelsea en los últimos tres años: 1600 millones en contrataciones. Conformó un plantel joven. Acudió al Mundial con uno de los grupos más novatos (22,74 años de promedio), solo superado por Salzburgo (21,89). Vuelve a Inglaterra con el fastuoso trofeo y siendo un señor equipo.»
Fuente: La Nación