Deportes

29/07/2024

Demichelis dijo adiós en una tarde de emociones fuertes que terminó bien por el golazo de Mastantuono

El tiro libre del pibe a quien hizo debutar el técnico saliente calmó a los hinchas, que sufrían porque River no podía quebrar el muro defensivo que le había planteado Sarmiento.

La modorra que había en la cancha fue sacudida recién al final cuando la gente se levantó con todo y alentó a pleno. Coincidió con el momento en el que Franco Mastantuono acomodó la pelota para patear un tiro libre ideal para un zurdo. El pibe de 16 años lo ejecutó como un experto y rompió el cero para que el Monumental se uniera en un grito de gol y aflorara la emoción en Martín Demichelis, quien dirigió su último partido como técnico de River, con una victoria sobre Sarmiento por 1 a 0. 
Los jugadores le regalaron un triunfo a Micho y los hinchas, tras el pitazo final, lo despidieron con aplausos, mientras él los retribuyó saludando con los brazos en alto y revoleando besos al aire, al mismo tiempo que se le caían las lágrimas. 
Después, el ahora ex entrenador de River se abrazó con cada uno de ellos y con los principales dirigentes, quienes bajaron del palco al campo de juego para saludarlo. 
También estuvo el Beto Alonso. Y recién una vez que Micho se metió en el túnel sonó el "Muñeecoo, Muñeecoo" en las tribunas para pedir por el regreso de Marcelo Gallardo. 
Más allá de los aplausos y la respetuosa despedida de los hinchas a Demichelis, la tarde en el Monumental no estuvo completamente edulcorada. Los hinchas apuntaron a los jugadores ya desde el momento en el que estaban haciendo la entrada en calor, cuando se escuchó el famoso cántico de guerra. 
"A ver si nos entendemos los jugadores y la popular, ustedes mátense en la cancha que acá en la tribuna los vamos a alentar... Pongan más huevo, pongan más corazón, como ponemos nosotros en el tablón", entonaron. Y la secuencia, con más fuerza todavía, se repitió antes del comienzo del partido cuando los equipos estaban ya formados en el campo de juego. 
La salida de Demichelis, en definitiva, descomprimió la candente situación pero el foco de conflicto se trasladó a los jugadores, los que, al fin y al cabo, deciden los destinos futbolísticos en la cancha. 
Sobre el césped, a los jugadores, les costó el partido. Pero, de todas maneras la victoria fue merecida. 
River fue el que más buscó y tuvo 29 remates al arco contra 2 de Sarmiento. 
Eso sí, la victoria por la mínima se explica en la escasa efectividad: apenas 9 de esos disparos fueron al arco. 
River también tuvo la pelota la mayor parte del tiempo ya que Sarmiento prescindió de ella y se dedicó a defenderse. Pero, en la primera parte, no pudo profundizar el juego y crear demasiado peligro al arco de Lucas Acosta. Tuvo, de todos modos la chance de convertir y lo hizo a través de Manuel Lanzini pero había sido favorecido de un rebote en el brazo de Miguel Borja y el tanto fue bien anulado. 
El mediocampo de River tuvo prolijidad para manejar la pelota. 
Desde los buenos pases de Kranevitter, el aporte de Santiago Simón y el manejo de Lanzini y Mastan tuono, quienes entraron en acción y trataron de filtrar pases y llegar a posiciones de gol, aunque sin éxito. 
Manu, además, se hizo cargo de un tiro libre de riesgo pero no tuvo la mejor ejecución. 
En los minutos iniciales del segundo tiempo River contó con las mejores chances pero no estuvo certero a la hora de definir. Y cuando los remates fueron al arco, Lucas Acosta respondió. Como cuando le sacó un fuerte disparo Borja. 
Sarmiento se conformó con cerrar su arco. Fiel al estilo de Israel Damonte, se paró muy atrás y le quedó muy lejos el arco de Franco Armani, que ni siquiera transpiró. 
Es que el equipo de Junín tampoco se preocupó demasiado por inquietarlo. 
Era evidente que, la cabeza de los jugadores de River no estaba metida cien por ciento en el juego. Y que no pudieron abstraerse de la atmósfera de la cancha, que, por momentos fue hostil con ellos. En un pasaje del complemento atronó: "Movete, River, movete". Y un rato más tarde sonó: "Escuchen los jugadores, pongan más huevos si quieren salir campeones". 
Los futbolistas quedan ahora en el ojo de la tormenta. Y más allá de las cuestiones internas de vestuario, se los vio afectados por la salida de Demichelis. Y cada uno se fundió en un abrazo con el entrenador que dejaba su cargo. Como lo hizo Mastantuono, a quien Micho hizo debutar en Primera este año, tras su lindo gol de tiro libre.  
 

Fuente: Clarín

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