Deportes

10/06/2019

El reinado en Roland Garros ratifica a Rafael Nadal entre las grandes leyendas

Los 12 títulos del español en París no tienen parangón en la historia del tenis. Y hay muy pocos ejemplos de dominio similar en un torneo, una prueba o un deporte.

La culpa no la tiene Rafael Nadal, claro.  Tampoco sus competidores, que desde hace 14 años no hacen otra cosa que buscar antídotos para el veneno que llevan sus golpes y su extraordinaria manera de defender en el polvo de ladrillo. Lo concreto es que el dominio del español en Roland Garros, donde levantó por 12ª oportunidad la copa del torneo más importante en canchas lentas, es tan abrumador que cuesta encontrar equivalencias en la historia del deporte.

En el remodelado estadio Philippe Chatrier, se cumplió el mismo ritual de cada primavera parisina sobre la tierra naranja: el rival de turno, en este caso un genial competidor como Dominic Thiem, hizo lo posible para que esta vez sí cayera el rey o al menos se viera algo más de emoción que en las finales pasadas. El público aplaudió algunos golpes espectaculares y se emocionó en el final. Y Nadal hizo lo que siempre hace: ganar.

El austríaco, gran candidato a suceder en el trono a Rafa algún día -cada vez más lejano-, sólo logró su objetivo de dar batalla en los dos primeros sets, como prueba el resultado final de 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1.

No hay en el tenis una hegemonía parecida a la que el español logró en París, más allá de los enormes registros de Roger Federer en Wimbledon (8 títulos entre 2003 y 2017) o de Novak Djokovic en el Abierto de Australia (7, entre 2008 a 2019).

Sus cifras apabullan: consiguió 93 victorias en Roland Garros, donde apenas perdió dos partidos. Como para ponerlo en escala, entre Guillermo Vilas y Gastón Gaudio, los dos únicos jugadores argentinos que consiguieron ganar el título de mayores en París (en 1977 y en 2005, respectivamente), suman 78 triunfos en ese escenario durante toda su carrera.

Con la salvedad de que es imposible comparar a quienes practican deportes colectivos y dominaron sus eras, como Diego Maradona y Lionel Messi, los más cercanos a ese tipo de hegemonías son dos que fueron imbatibles en su tiempo.

Juan Manuel Fangio fue amo y señor de la Fórmula 1 y se quedó con cinco títulos mundiales entre 1951 y 1957, última temporada completa que disputó. Y Carlos Monzón reinó entre los medianos entre el 7 de noviembre de 1970 y el 30 de julio de 1977, con 14 defensas exitosas de su título para retirarse campeón.

Rafael Nadal, al cabo, escribió otro capítulo de un reinado mágico en Roland Garros, que hace dudar de una de las pocas cosas que los seres humanos tienen por seguras: todo en algún momento se termina.

Fuente: Clarín

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