Deportes

27/03/2023

Independiente ganó después de dos meses y logró un poco de paz en tiempos turbulentos

En La Plata, con técnico interino (Pedro Monzón), hizo valer la diferencia de categoría y consiguió un triunfo necesario. No mostró consistencia en su juego pero sí algunas sociedades que desequilibraron: Marcone-López y Cazares-Vallejo.

Una buena para Independiente. Recupera algo de paz la mitad roja de Avellaneda. Mientras sigue en la búsqueda de un nuevo técnico, goleó 3- 0 a Ciudad Bolívar en La Plata y avanzó a los 16avos de la Copa Argentina, instancia en la que se enfrentará con Central Córdoba de Santiago del Estero o Comunicaciones. Y así, volvió a ganar después de dos meses de no conseguir una victoria. 
Fue uno de esos duelos de David y Goliat que tanto se dan en la Copa Argentina. 
Y en el que se dio la lógica. Al margen de que el más débil intentó plantarse ante el poderoso, la jerarquía del equipo más grande se impuso. 
Si bien tardó en liquidar el encuentro, el Rojo ganó sin problemas. Incluso más allá de algunas llegadas de Ciudad Bolívar (hace dos años juega en el Federal A) que pusieron en riesgo el arco de Rodrigo Rey. En una de ellas, no llegó a empujarla Aguerre y en otras dos oportunidades estuvo atento el arquero. 
Tal vez por el magro presente, lleno de dudas y con resultados adversos en la Liga, Independiente salió a jugar con algunas inseguridades, las que se fueron disipando con el correr de los minutos. Encontró rápido la ventaja y después jugó con más tranquilidad. 
Cuando se llevaba apenas jugado un cuarto de hora, Independiente usufructuó la jerarquía que tenía por sobre su rival para abrir el marcador. 
Se aprovechó de un error de Aguerre, quien hizo un mal control y la pelota le quedó larga, y armó un muy buen contraataque entre Cazares y Vallejo que terminó con la pelota en la red luego de que Cauteruccio la empujara casi debajo del arco. 
Con un tanto tan rápido, podía presumirse una marea roja en La Plata. 
Sin embargo, no fue tan así. Más allá de las enormes diferencias entre un equipo netamente profesional, de los más grandes del país, y otro que tiene a jugadores que no pueden dedicarse exclusivamente al fútbol y realizan otras actividades laborales, las diferencias no fueron tan grandes en el desarrollo del juego. 
Ciudad Bolívar no se achicó, a pesar de sus limitaciones. Se animó a jugar el equipo de Hernán Darío Ortiz cuando tuvo la pelota y no mostró temor de quedar expuesto por los espacios que inevitablemente dejaba, ya con uno menos en el segundo tiempo, cuando Troncoso fue un irresponsable al pegarle un codazo a Elizalde e irse expulsado. 
Independiente no tuvo consistencia en el juego. Así y todo, contó con chances claras como para aumentar la ventaja mucho antes de lo que lo hizo. Cavallotti se lo sacó dos veces a Cauteruccio, una en cada tiempo. Y tuvo otras dos chances en los pies de Cazares, una de jugada y otra de pelota parada (un tiro libre que dio en el palo y recorrió la línea de meta) y una más de Kevin López que se fue por arriba. 
De todos modos, el saldo para el equipo ayer dirigido por Monzón de manera interina, fue positivo. 
 

Fuente: Clarín

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