Pechito López. Triunfo en Brasil a los 42 y una sensación de renacer
El cordobés ganó en la segunda división de WEC y revivió tras un año malo. Nicolás Varrone sumó el primer punto en Hypercar
Debajo del podio de Interlagos, se abrazó con sus compañeros de auto, se tomó fotos con el cartel del número 1 y el puño izquierdo apretado, y le dio un golpe al Lexus. Fuerte. De euforia, pero podía ser de rabia. José María López llevaba un año sin triunfos. Y eso que había bajado un escalón en exigencia, no por desición por disposición de Toyota dados sus 40/41 años en 2024. Ahora corría en LMGT3, la segunda división del Mundial de Resistencia (WEC), pese a tener cinco coronas mundiales en dos categorías. Y ni siquiera el peldaño abajo le hizo fáciles las cosas, porque lidió todo el año con un Lexus (marca del grupo Toyota) penoso.
Ahora, julio de 2025, estaba el propio Pechito con el mismo modelo en el corralito de los ganadores de la quinta fecha de WEC. Festejando casi como si no tuviera encima 35 años de automovilismo, y los galones. Era Brasil, sí, siempre especial. Pero era también el zénit de un proceso que tomó tiempo y premió un trabajo a fondo, de dar vuelta todo para algo más que ser competitivo: ganar.
López se impuso en la división LMGT3 en las 6 Horas de San Pablo, una carrera que terminó siendo de 216 vueltas y compartió, turnándose al volante, con el rumano Petru Umbrarescu (primer triunfo) y el austríaco Clemens Schmid, al que le tocó padecer a su turno el castigo por el único error significativo en una magistral tarea de cordobés: un exceso de velocidad en la entrada de la calle de boxes, por una pifia con un botón. El pase y siga de multa que saldó Schmid fue ampliamente compensado por un trabajo sensacional de López, que cuando tomó el control del Lexus RC F hizo una luz de 37 segundos de ventaja. Un colchón tranquilizador ante eventuales equivocaciones ya no tan menores.
Del trío de compañeros, el tramo final le fue asignado al cordobés, que terminó con 14 segundos de diferencia, sin exigencias, sólido. Dispuesto a festejar como si el triunfo no fuera uno más entre sus incontables. "Cuando uno ha ganado carreras y ha sido exitoso en varias categorías, está bueno también tocar fondo y saber lo duro que es. Pasó un año sin ganar; valió la pena la espera", contó en las entrañas del paddock de Interlagos, un sitio singular para levantar un trofeo siendo piloto albiceleste.
"Quiero dedicárselo a los argentinos: es un orgullo ganar y representar al país. Y si tuviera que elegir un lugar para ganar, Brasil ería el primero. Estoy cerca de casa. Estuvieron mi papá, mis hermanos, algunos amigos, así que fue muy especial", se complació, en una jornada que completó una asistencia de 84.741 espectadores en Interlagos. Y en la que el automovilismo de su país tuvo otra satisfacción: Nicolás Varrone, que corre en la división mayor de WEC, Hypercar, cumplió el objetivo de terminar 10° con el Porsche 963 del equipo "privado" alemán Proton Competition y conseguir el primer punto de la temporada.
Un mérito concluir en esa posición entre 18 autos, 16 de los cuales son respaldados por escuadras oficiales de fuertes automotrices (Ferrari, BMW, Peugeot, Aston Martin, Cadillac, Alpine, Toyota), y el restante es semioficial (y con Robert Kubica venció en las 24 Horas de Le Mans el mes pasado). "Es el mejor resultado del año, en una carrera áspera. Sumar un punto en un logro grande para nosotros, así que estoy superfeliz por el equipo", comentó Varrone, de 24 años.
Fuente: La Nación