Deportes

25/11/2022

Qatar 2022 I Brasil exhibió su poderío ante Serbia y todas sus credenciales de candidato

Demoró un tiempo, pero al final quebró el juego fuerte de los europeos. Doblete de Richarlison: uno de rebote y otro con una tijera magistral. ¿La mala? Neymar, lesionado.

España había puesto la vara muy alta en este Mundial de Qatar. No sólo por el 7-0 ante Costa Rica, sino también por el nivel de juego que mostró. Se esperaba que Brasil, en el partido que clausuró la primera fecha de la fase de grupos, también exhibiera sus cartas y mostrara por qué es el número uno del ranking FIFA y el gran candidato. Y el pentacampeón cumplió sobradamen te con las expectativas. Tanto entusiasmó que, sobre el final, los hinchas terminaron cantando "ole, ole, ole" ante cada sucesión de toques de sus jugadores. 
Asusta su poderío. Un asterisco nada menor: Neymar dejó la cancha rengueando y con muestras de preocupación: el tobillo derecho le quedó maltrecho. 
El equipo de Tite le ganó por 2-0 a una Serbia demasiado tímida que aguantó hasta cuando pudo, más por la falta de puntería de los de verde y amarillo que por mérito propio. El siempre provocador Richarlison, uno de los cuatro delanteros que puso en cancha Tite, destrabó todo con sus dos goles. Primero un rebote. Después una pirueta maravillosa. 
Y logró un récord histórico: igualó a Alemania como la selección con la mejor racha de partidos sin derrotas en la fase de grupos en la Copa del Mundo con 16 encuentros invicto. 
Durante el primer tiempo rondó la sensación de que, de un momento a otro, el cero se iba a romper. Si bien el equipo de Tite no tuvo el monopolio de la pelota, fue el que tuvo más profundidad y el que más llegó, sobre todo cuando abría hacia los extremos para que Vinicius y Raphinha desbordaran a sus marcadores. Faltaba solo la puntada final. 
El estadio, a diferencia de lo que venía sucediendo en muchos partidos, lució colmado. Solo se notaban unos poquitos asientos vacíos. Hubo, según el reporte oficial, 88.103 espectadores, los mismos que Argentina-Arabia Saudita, aunque a la vista con mucha más gente en las tribunas. 
No era necesario mirar al campo de juego para saber cuándo Neymar se hacía cargo de los ataques. Las tribunas del Lusail, el mismo que vio cómo Argentina tropezaba contra Arabia Saudita, se venían abajo cuando el crack de PSG comandaba los ataques de los verdeamarelos. Y marcó territorio de arranque: en el primer córner probó al arco. Era gol olímpico de no ser por la reacción de Vanja Milinkovic-Savic. 
El primer tiempo se escurrió, pero Brasil no sintió la presión de haber perdonado a Serbia. Los europeos, con Dusan Vlahovic en el banco, casi no inquietaron. 
Apenas unas corridas solitarias de Dusan Tadic, que rápidamente quedaba atrapado en ese triángulo letal que conforman Marquinhos, Thiago Silva y Casemiro. 
La segunda parte fue un monólogo. 
Si en el período anterior rondaba la sensación de gol, en esta que llegara era sólo una cuestión de tiempo. Y así fue. Lo tuvo Raphinha, tras un error de Gudelj, pero no pudo con el gigante de 202 centímetros que estaba en el arco de Serbia. 
Fue la primera de las casi 20 veces que Brasil pisó el área rival, con dos tiros en los palos incluidos. Sí, siguió atacando Brasil una y otra vez, por acá y por allá, hasta que la muralla se rompió. 
Pasado el cuarto de hora, Neymar, por enésima vez, encaró hacia adelante, del centro hacia la izquierda. Se hizo espacio para rematar de zurda, pero Vinicius vio luz, se entrometió y sacó un remate que encontró el guante de Milinkovic- Savic. Sin embargo, el rebote le quedó servido a Richarlison para que la empujara al gol. 
Serbia, obligado, aunque no demasiado convencido, salió a buscar el empate. 
Pero le faltaban argumentos. Ni siquiera alcanzó con el ingreso de Vlahovic para que Allison y compañía se inquietaran. La más peligrosa llegó desde un córner desde la derecha que, tras darle un beso a la pelota, ejecutó Tadic. El área de Brasil fue un pinball hasta que llegó el despeje salvador. 
Fue el único sofocón de la noche. 
Después llegaría la tranquilidad cuando Vinicius, otra vez, surcando el carril izquierdo, envió un centro para Richarlison mostrara todos sus recursos: control y pirueta para poner el 2-0. 
Era todo alegría para Brasil hasta que Neymar encendió las alarmas. Después de una dura entrada de Nikola Milenkovic, el tobillo derecho se le torció. 
Ya en el banco, se largó a llorar. ¿Será de gravedad? Dicen que no.Habrá que esperar para ver si estará contra Suiza y Camerún. Aunque Tite no se debe preocupar, su equipo no depende exclusivamente de Neymar. 
 

Fuente: Clarín

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