Sin Messi y sin fútbol, Argentina dio un paso en falso en Ecuador y cerró la Eliminatoria con una derrota
La Selección jugó uno de sus peores partidos, agravado por la expulsión de Otamendi, y se fue de Guayaquil masticando bronca. También, con algunas lecciones que deberá aprender.
Argentina sufrió un baño de realidad en Guayaquil. No de su propia realidad, sino de la realidad del fútbol moderno, ese en el que a un determinado nivel, cualquiera le gana a cualquiera. De esas Eliminatorias Sudamericanas -dicen los que la juegan, las más difíciles del mundo- que dominó de principio a fin, pero que lo dejará con un sabor amargo por haber cerrado con peor partido en la derrota 1-0 contra Ecuador, que se afianza como uno de los rivales más duros del continente y un cuco de cara al sorteo del Mundial 2026, el próximo 5 de diciembre en Washington.
El "ole, ole" con el que las casi 60.000 personas deliraron en el cierre del encuentro en el estadio Monumental de Guayaquil también respondía a cómo esperaba este partido, después de dos antecedentes en los que había estado muy cerca y hasta por momentos mereciendo vencer a la Albiceleste. El último triunfo en casa para los ecuatorianos databa de 2009, rumbo a Sudáfrica. Vaya paradoja, llegó cuando al DT argentino Sebastián Beccacece más lo cuestionaban por su falta de efectividad en el arco contrario, con un gol en los últimos cinco partidos hasta ayer.
El del primer tiempo fue uno de los peores rendimientos de la Selección Argentina en todas las Eliminatorias, quizás comparable con Maturín, en el 0-0 contra Venezuela, pero aquel tuvo el condicionamiento de un barrial provocado por fuertes lluvias. Acá, menos el campo de juego, todo el resto también fue incómodo.
Más allá del contexto amigable con el que se recibieron a los jugadores campeones del mundo -hubo hasta un "aplausómetro" cuando vieron la formación en los altoparlantes que lo ganó Rodrigo De Paul, dentro de la cancha eso no existió.
Con la intensidad propia de un equipo dirigido por Beccacece -suspendido, no estuvo en el banco de suplentes después de haber sido abucheado por los hinchas en la previa pese a la clasificación mundialista asegurada y le dejó su lugar a Guillermo Marino-, Ecuador dominó territorialmente y anímicamente a la Argentina.
En los primeros quince minutos, tuvo cuatro chances. Un cabezazo de Gonzalo Plata que cruzó toda el área, un mano a mano inmejorable de Enner Valencia que Dibu Martínez tapó con la pierna izquierda, un bloqueo de Montiel justo sobre el remate del capitán ecuatoriano y otra atajada del marplatense de 33 años ante un tiro al primer palo de Nilson Angulo, cuya gambeta fue indescifrable para Montiel y Giuliano Simeone.
La presión alta bien incómoda desde el mismo saque desde el arco, al biceleste obligaba a la Scaloneta a hacer algo que no le gusta: saltear líneas. La identidad de este equipo se construyó desde los pases internos, las asociaciones para generar superioridad y como la pelota en posesión le duraba segundos, quedaba siempre en un rol defensivo. Apenas dio 151 pases en todo el primer tiempo.
Claro que la ausencia de Lionel Messi y cambiar la mitad del equipo puede resentir un funcionamiento, pero la postura fue la que eligió Argentina. Ese dibujo 4-5-1 (con Giuliano Simeone y Nico González retrocediendo a custodiar las bandas) le daba mucho espacio y tiempo a Ecuador para tomar decisiones.
Para colmo, llegó la expulsión de Otamendi, inobjetable y que además lo dejaría afuera del debut en el Mundial 2026. Lo que sí es cuestionable es no haber presionado un pelotazo de 60 metros y que Enner Valencia gane tan fácil la posición con el cuerpo sobre Balerdi.
La inferioridad potenció la postura de la Argentina, aunque paradójicamente ya no hubo chances de peligro. Hasta el penal. En el tiempo cumplido, Preciado fue a buscar arriba un rebote y Tagliafico se elevó con el brazo estirado. Wilmar Roldán interpretó primero que era una acción propia del juego, pero al ser convocado por el VAR la foto del impacto sobre la cara del futbolista ecuatoriano cambió todo.
Así, la fiesta para Enner Valencia, que cumplió este martes 100 partidos con la Selección de Ecuador recibió un reconocimiento en la previa con pasillo de sus compañeros incluido, fue completa con un tiro al medio del arco.
Todas las dudas estaban presentes en el estadio Monumental de Guayaquil y Scaloni eligió no cambiar para el complemento. La expulsión de Moisés Caicedo fue la solución parcial de los problemas de Argentina. ¿Por qué parcial? Porque si bien empezó a dominar la posesión, le faltaba profundidad, esa frescura y soltura que se le envidió tanto tiempo.
Fue por obligación y por jerarquía la Selección. Un remate de Lo Celso que rebotó y se fue cerca, un cabezazo de Tagliafico que recorrió toda el área y no mucho más. Hernán Galíndez terminó sin atajadas, todo un síntoma.
Dibu Martínez fue el bálsamo en otra intervención mano a mano contra Kevin Rodríguez, después de un pase fallido de Mastantuono, que con la número 10 en la espalda ya estaba en la cancha, pero pese a su empuje no pudo cambiar la historia torcida.
Se va masticando bronca la Selección de Guayaquil, pero también con una lección: defender la corona de Qatar 2022 necesitará de algo más. No solo de Messi, tampoco de Dibu Martínez, sino de saber y poder jugar estos partidos complicados y cuesta arriba.
Fuente: Clarín