El mundo entero llora a Quino, el padre de Mafalda
Joaquín Lavado será recordado siempre por el fenómeno de la niña de clase media, intelectualizada y rebelde que hace 56 años comenzaba a enredarse en la memoria social y política argentina y hoy sigue vigente.
La muerte del humorista gráfico Joaquín Salvador Lavado "Quino", a los 88 años -tras haber sufrido un ACV hace unos días- dejó ayer huérfanas a las miles de personas que adoptaron a la entrañable Mafalda como una más de la familia, sin olvidar a Manolito, Susanita y Felipe y a todos los personajes con los que el dibujante dio la vuelta al mundo a lo largo de casi seis décadas.
El autor, que desde hace varios años se trasladaba en silla de ruedas y venía acusando diversos problemas de salud, falleció ayer en Mendoza, la ciudad donde nació en 1932. "Estaba tranquilo, en su casa, no pasó nada más que el devenir de sus años y su salud de este último tiempo. Se murió de viejito, habiendo vivido su vida íntegramente", dijo Julieta Colombo, sobrina de "Quino", como se le empezó a llamar desde chico para diferenciarlo de los muchos "Joaquines" que había en su familia.
En los últimos tiempos, con dificultades de visión y a pesar de estar retirado del dibujo, el célebre autor siguió asistiendo a diversos homenajes a su obra. Uno de los más recientes fue a finales del año pasado en la Universidad Nacional de Cuyo, adonde se mudó a finales de 2017 desde Buenos Aires tras quedarse viudo.
Influenciado por su tío Joaquín, quien le despertó la pasión por la ilustración, la trayectoria de Quino se remonta a su más temprana juventud, cuando comenzó a estudiar dibujo en la Escuela de Bellas Artes mendocina.
Ya centrado en el mundo gráfico y la historieta, con 22 años se trasladó a la capital argentina, donde no tardó en publicar su primera página de humor gráfico y empezó a colaborar regularmente en diversos medios y a realizar ilustraciones de campañas publicitarias.
Su primer libro, "Mundo Quino", una recopilación de dibujos editados hasta el momento en revistas de la época, llegó en 1963, poco antes de que un encargo publicitario le cambiara la vida.
El nacimiento de Mafalda Las aventuras de Mafalda y de sus amigos Manolito, Susanita y Felipe, con los que Quino alcanzó el éxito en decenas de idiomas, se desarrollaron solamente de 1964 a 1973, aunque su imagen y sus atemporales e irónicos mensajes por un mundo mejor han hecho inmortal e icónica a la pequeña.
"Viendo las cosas que hice en todos estos años me doy cuenta de que digo siempre las mismas cosas, y siguen vigentes. Eso es lo terrible... ¿No?", contó el humorista gráfico en una entrevista en 2016.
Mafalda nació para ser la imagen de una nueva línea de electrodomésticos llamada Mansfield, que buscaba un personaje que comenzara con "M", pero cosas del destino, finalmente no salió adelante por el fracaso de la marca. Lejos de quedar en un cajón, Quino la rescató para sus siguientes trabajos en prensa: la pequeña amante de los Beatles, la democracia, los derechos de los niños y la paz, y detractora de la sopa, la guerra y James Bond apareció por primera vez en "Gregorio", el suplemento de humor de la revista "Leoplán".
Y poco a poco se fue convirtiendo en el símbolo que es ahora, al editarse regularmente en otras publicaciones y en libros recopilatorios.
Fuente: Diario Popular