La cuarta Bienalsur tuvo su puntapié inicial con color en Mar del Plata
La nueva edición del evento de arte se inició en el Museo MAR. Se desarrollará en 70 ciudades de 28 países.
"¡Vamos a tirar por barquillos!". La que profiere la invitación, como una niña feliz, es la actriz Victoria Onetto, subsecretaria de Políticas Culturales de la provincia de Buenos Aires. Es sábado por la tarde y se encuentra en el Museo MAR de Mar del Plata, donde en un rato quedará inaugurada la cuarta edición de Bienalsur, muestra de arte contemporáneo diseñada por la Universidad de Tres de Febrero, de la mano de su rector, Aníbal Jozami, y de Diana Wechsler, director general y directora artística de esta bienal respectivamente.
Onetto invita a comer barquillos porque efectivamente en el Museo MAR se pasea un barquillero como los que hace tiempo desfilaban por las playas. Cilindro metálico y rule- del 1 al 3 -y el 5 como milagrosa excepción-, para que los convidados de ocasión a esta apertura internacional giren la aguja y esa galleta crocante y dulce, al ritmo de tambores de artistas independientes que se han juntado para darle color y ritmo a la fiesta de inauguración de Bienalsur.
Así es la antesala a la apertura de EXTRA/ordinario, la muestra que da el puntapié inicial a la nueva edición de Bienalsur, que se realiza de julio a diciembre en más de 70 ciudades de 28 países de los cinco continentes, con muestras centradas en la problemática del medioambiente, las perspectivas de género, la construcción de relatos, las fake news y la democracia.
Serán en total 170 inauguraciones de arte en todo el planeta.
"EXTRA/ordinario es una muestra amable, con diferentes niveles de lectura.
Elegimos trabajar con artistas que tomaran objetos de la vida cotidiana y los resignificaran de alguna forma", explica Fernando Farina, curador de la muestra junto a Florencia Battiti, flamante directora del Parque de la Memoria.
"Es una muestra pensada para un museo popular, justo antes de las vacaciones de invierno, para que la pueda disfrutar un público no necesariamente avezado en arte contemporáneo", dice Battiti.
El primer impacto visual al ingresar al Museo MAR es lo que parece una mascarilla amarilla como las que se muestran en las normas de seguridad de los aviones. Si además está conectada a una manguera, el misterio aumenta. Si al mirar hacia arriba se ve la manguera conectada a una gigantesca nube hecha de botellas de plástico de color celeste y transparente interconectadas por el pico, la sorpresa es aun mayor.
Se trata de Un año de aire, obra del argentino Esteban Álvarez, que propone respirar el aire que circula por ellas. Las botellas de plástico, obtenidas de materias de reciclaje, volverán al circuito de reciclado una vez terminada Bienalsur, como parte de una práctica artística comprometida con la sustentabilidad del planeta.
Volverá a asombrar luego, ya en el primer piso del MAR, el arrecife de escobillones rojos de Gaspar Libedinsky, que el año pasado convocó a más de cien mil visitantes en el Museo de Arte Decorativo con la muestra Casa tomada Estos escobillones de uso cotidiano regresarán al mercado una vez finalizada Bienalsur y darán vida a mil nuevas escobas. "Es un paisaje, un arrecife con sensibilidad, que se expande hacia la ventana, hacia el mar, hacia el parque. Y es efímera porque estará montada cinco meses. Elegí un plástico reciclado que no generará desechos nuevos", señala Libedinsky.
Fuente: BAE