Los colectiveros amenazan con parar el jueves, tras la huelga del transporte
La UTA no llegó a un acuerdo con las empresas por un aumento salarial, pero se diferenció del resto de los gremios del sector y convocó a la medida de fuerza para pasado mañana; de todas formas, las negociaciones siguen abiertas
La Unión Tranviarios Automotor (UTA), el gremio que nuclea a los trabajadores de las principales líneas de colectivos, anunció ayer un cese de actividades para este jueves 31 de octubre ante un nuevo fracaso de su negociación por un aumento salarial.
La medida fue confirmada a la nación por fuentes del sindicato, quienes precisaron que el paro se extenderá durante 24 horas y afectará los circuitos de corta distancia en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
De esta manera, la UTA no se pliega al paro general de transporte convocado por los gremios del sector para mañana y, en su lugar, protagonizan su propia medida "por no haber acuerdo paritario con las cámaras", lo que provocará dos jornadas en las que los medios de transporte no funcionarán de forma habitual.
De todas formas, el Gobierno convocó al gremio de colectiveros para una nueva ronda de negociaciones mañana (ver aparte).
El final, por lo tanto, sigue abierto.
La UTA estaba en conflicto con las cámaras empresarias del sector y ayer se venció el plazo para una conciliación obligatoria, que no podría ser extendida por la Secretaría de Trabajo.
La UTA había solicitado un salario básico conformado para agosto de $1.160.000; septiembre, $1.200.600; octubre, $1.242.621; noviembre, $1.283.627, y diciembre, $1.322.136.
Sin embargo, ayer no hubo ofrecimiento de ningún porcentaje de aumento, según precisaron cerca de Roberto Fernández, el jefe de la UTA.
El conflicto salarial de la UTA no es uno más del rompecabezas de paritarias porque esconde una pelea que involucra de manera directa al Estado. La balanza de los subsidios estatales para garantizar el servicio se fue desequilibrando con el avance del tiempo. En el área metropolitana el sistema funciona actualmente con $170.000 millones mensuales, de los cuales un 70% son aportados por el Estado y el 30% por el precio de las tarifas, según precisaron fuentes empre- sarias.
El Gobierno estaría dispuesto a ceder $18.700 millones mensuales más en concepto de subsidios, pero no aceptaría una suba de tarifas porque considera que podría tener un impacto negativo en la inflación, según argumentaron fuentes del sector consultadas por la nación.
El objetivo de la medida de fuerza de mañana es expresar el desacuerdo con la política económica de Javier Milei y lograr el aumento en boletos en estas áreas tras la quita de subsidios. Está protagonizada por un conjunto de gremios de buena sintonía con el kirchnerismo.
El paro será a nivel nacional y afectará en gran parte los servicios de transporte público y de carga: camiones, trenes, aviones, barcos y subtes, que se sumaron en último lugar.
El impacto Según pudo confirmar la nación con los sindicatos, tanto los trenes y los subtes, los servicios que más afectan a los usuarios del transporte público, dejarán de funcionar a partir de la medianoche de hoy.
El cese de actividades en ambos casos se extenderá hasta la medianoche de mañana.
La medida de fuerza es total, por lo que no se verán formaciones en movimiento durante todo el 30 de octubre.
Según pudo saber la nación, el gobierno nacional no tiene previsto dictar la conciliación obligatoria para frenar el cese de actividades al que los gremios de transporte llamaron para este miércoles.
De esta manera, el Gobierno intenta exponer a los gremios como los responsables de las demoras e inconvenientes que generaría la medida de fuerza entre los usuarios.
La medida de fuerza fue anunciada luego del plenario de los referentes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Unión General de Asociaciones Sindicales de Trabajadores del Transporte (Ugatt) que se realizó el pasado martes 8, por la mañana. En ese entonces, se aclaró que se trata de "una paralización de actividades", lo que quiere decir que no habrá movilización de los gremios.
Fuente: La Nación