Medio millón de personas sobreviven en la calle. Graciela Moreno revela el impacto de la economía informal en Buenos Aires
Graciela Moreno, periodista de BAE Negocios, profundiza en la creciente crisis de la economía informal en Argentina, revelando que medio millón de personas sobreviven vendiendo en la calle. Su investigación expone el aumento de trabajadores en la informalidad en Buenos Aires y los desafíos que enfrentan, desde desalojos hasta la falta de protección social, mientras el gobierno intensifica su campaña contra los manteros y vendedores ambulantes.
En un exhaustivo análisis publicado en BAE Negocios, la periodista Graciela Moreno explora la compleja realidad de la economía informal en Argentina, un sector que involucra a aproximadamente medio millón de personas. En su artículo titulado "Medio millón de personas trabajan como manteros, feriantes y vendedores ambulantes", Moreno desentraña la vida de estos trabajadores del espacio público, desde los manteros en las plazas hasta los feriantes en los barrios.
En su entrevista con Fernando Amato, Manu Polo y Loren Álvarez, Moreno profundiza en cómo estos trabajadores se han convertido en una parte esencial de la economía no formal, destacando la reciente ola de desalojos ordenados por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. "Esto comenzó, digamos, esta última etapa de desalojos comenzó primero con el barrio de Mujica, con la iglesia 31, después siguió con Parque Patricios, el fin de semana fue Parque Centenario", explica Moreno.
Moreno detalla que el perfil de los trabajadores informales incluye a personas con escasos recursos económicos, como mujeres mayores de 50 años y jubilados con pensiones mínimas. "Solamente en la Ciudad de Buenos Aires desde enero hasta ahora se duplicó la cantidad de gente que trabajaba en la calle. Hoy hay alrededor de 60,000 manteros y vendedores ambulantes en capital", comenta Moreno. Ella añade: "La mayoría de estos trabajadores se enfrentan a un panorama incierto, donde la falta de apoyo gubernamental y la constante amenaza de desalojo complican su subsistencia diaria".
El análisis de Moreno también destaca las dificultades económicas que enfrentan estos trabajadores. "Los que menos tienen plata, los que casi no tienen nada, bueno, que juntan con suerte dos mil pesos, tres mil pesos", dice Moreno. Además, el artículo revela que en algunas zonas, como Once y Avellaneda, los manteros deben pagar un "peaje" diario de alrededor de 5,000 pesos para poder trabajar. "Ellos dicen que más o menos les cobran alrededor de 5,000 pesos por día para poder trabajar", explica Moreno.
Moreno también aborda la cuestión de la organización entre los trabajadores informales. Aunque algunos han formado grupos de apoyo para enfrentar los desalojos y las dificultades económicas, la falta de estructura formal y la alta rotación de trabajadores dificultan la cohesión y la representación efectiva de sus intereses. "Ellos me contaban que hacen colectas entre ellos para poder conseguirle algo de dinero para que vuelva a arrancar", señala Moreno.
En cuanto a la situación a nivel nacional, Moreno señala que el fenómeno de la economía informal no se limita a Buenos Aires. "En todo el país, las ferias y los mercados informales están en expansión, especialmente en tiempos de crisis económica", añade Moreno. Ella concluye: "La economía informal no solo proporciona un ingreso vital para estos trabajadores, sino que también es una respuesta a la falta de oportunidades en el mercado laboral formal".
Con esta investigación, Graciela Moreno ofrece una mirada profunda y crítica sobre un segmento vital pero a menudo olvidado de la economía argentina, planteando preguntas importantes sobre el futuro de estos trabajadores y la necesidad de una política más inclusiva y comprensiva.
Fuente: Ejes de Comunicación
