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26/11/2019

Obesidad infantil: la batalla (¿perdida?) contra los ultraprocesados

El exceso de azúcar, grasas y carbohidratos es parte del "combo" que lleva a que el 40% de los niños del país tengan sobrepeso; cómo lograr cambios de hábitos y la necesidad de más políticas públicas.

La cifra es alarmante: el 41,1% de los chicos y las chicas de 5 a 17 años tienen sobrepeso y obesidad en la Argentina. Una problemática presente en muchas familias y muy difícil de enfrentar. "Los entornos en que se mueven los chicos, como el quiosco del colegio, generalmente no ayudan. Y aunque algunos padres hagan todo lo que pueden en la casa, después los chicos salen al universo de Hansel y Gretel, y la bruja los lleva a la casita de azúcar", advierte Sabrina Critzmann, pediatra y una de las integrantes de los talleres de Deconstrucción Alimentaria Infantil. A ese espacio, madres y padres acuden para saber cómo romper el hechizo que los ultraprocesados hacen sobre los chicos y lograr que se reconecten con el alimento real, el que no viene ni en paquete ni acompañado por personajes como conejos, tigres o tucanes.

Los datos que reveló la 2-Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ennys 2), realizada por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, concuerdan con la tendencia mundial. El exceso de peso se convirtió en una auténtica epidemia que aumenta de manera alarmante: la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 70 millones de niños y niñas menores de 5 años tendrán sobrepeso o serán obesos para 2025. Además, estudios de Unicef sobre el tema evidencian que en América Latina los argentinos somos los más atrasados en políticas públicas (ver aparte), que tenemos el segundo puesto regional en sobrepeso en menores de 5 años, que uno de cada tres niños y niñas en edad escolar tiene exceso de peso y que en solo cinco años se duplicó la prevalencia de obesidad en la adolescencia.

"La obesidad infantil es el problema del siglo, porque realmente condena y predispone a que aumente la frecuencia de todas las enfermedades prevenibles por las que se hacen tantas campañas en el mundo. El mayor impacto lo tienen los medios, las publicidades, que apuntan cada vez más a que los niños consuman alimentos ultraprocesados, que distan mucho de una alimentación saludable", señala Mariela Di Lorenzo, especialista en nutrición y diabetes infantil del Departamento de Pediatría del Hospital Alemán. Y advierte: "También tienen que ver las pocas políticas en salud pública. No hay una clara bajada de políticas de prevención que acompañen a las familias para poder elegir correctamente lo que comen sus hijos". Por eso, en trabajar en la educación alimentaria y en la mayor regulación de la industria es en donde los especialistas ponen el foco para la prevención.

"Últimamente, del sector de pediatría nos están derivando chicos de 2 o 3 años con sobrepeso y obesidad. Cuando les preguntamos a los padres qué es lo que comen, descubrimos que toman aún mamadera con mucha leche por día, o con gaseosas y jugos derivados de la soja que están publicitados como inocuos, pero no lo son. Lo primero que hacemos es ordenar esto, enseñamos que la única manera de calmarla sed es con agua. Este es el primer paso para que el chico detenga el avance del peso", advierte Teresa Otero, médica pediatra especialista en nutrición y coordinadora del consultorio de obesidad infantil del Hospital Tornú.

Fuente: La Nación

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