Perseverance: llegó con éxito la mayor misión científica a Marte de la historia
Espacio. El vehículo se posó en el cráter Jezero, con el fin de hallar rastros de vida pasada; pesa menos de dos toneladas; se apoyó en el planeta rojo a una velocidad similar a la de una persona caminando
MADRID.- La mayor misión a Marte de la historia ha aterrizado con éxito en el planeta rojo. El vehículo de exploración Perseverance -un prodigio de la técnica de una tonelada desarrollado por Estados Unidos junto a otros países europeos, incluida España- ha tomado tierra ayer en el cráter Jezero a las diez de la noche, hora peninsular española (las 18.55, en la Argentina). Comienza ahora la misión más ambiciosa de la NASA hasta la fecha con el objetivo de encontrar rastros de vida pasada.
"Perseverance está vivo en la superficie de Marte", se ha escuchado en el centro de control de la NASA poco después del aterrizaje, entre los largos aplausos del equipo de la misión.
Si este viaje hubiese sucedido hace 3500 millones de años, Perseverance estaría en medio de un gran lago de 45 kilómetros de diámetro alimentado por un río que arrastra sedimento, pues así se piensa que era el cráter Jezero en aquella época.
Marte era entonces un planeta azul como la Tierra y se sabe que en este gemelo helado de nuestro planeta se dieron las condiciones básicas para que surgiese la vida. Fue justo en esa era cuando en nuestro planeta comenzaron a surgir los primeros seres vivos: microbios que probablemente habitaban lagos, ríos o mares. Pero hace millones de años el planeta rojo comenzó a perder su atmósfera, se rompió su equilibro y dio un giro mortal hasta convertirse en el desierto helado que es hoy.
"Perseverance [perseverancia en inglés] es el vehículo de exploración marciana más ambicioso que ha lanzado la NASA", ha explicado Thomas Zurbuchen, jefe de ciencia de la agencia espacial de Estados Unidos. El destino al que se dirige esta misión es "el más complicado en el que se haya intentado hacer aterrizar hasta la fecha", había resaltado el científico.
Fuente: La Nación
