Robo en el Museo de Arte Decorativo: desaparecieron jarrones y óleos del siglo XVII
La institución estará intervenida mientras dure el esclarecimiento del caso judicial; no había cámaras de seguridad en el lugar y están realizando un inventario
Desde el domingo, el Museo Nacional de Arte Decorativo está cerrado. Quien pase por la puerta, sobre la avenida Libertador, no verá nada llamativo, más que las puertas y celosías de las ventanas del palacio Errázuriz cerradas. El interior, en cambio, es un hervidero: desde que se denunció la desaparición de varias piezas históricas, aún no se termina de definir la magnitud de lo que en la jerga penal definen como un "robo hormiga". Peritos judiciales y policiales, agentes de Interpol y una interventora protagonizan esta investigación en curso que será, a priori, muy difícil por un detalle nada menor: en las salas no hay cámaras de seguridad.
Quien advirtió los faltantes fue el director del museo, el arquitecto Martín Marcos, el 16 de febrero. Radicó la denuncia en el Juzgado Nacional en lo Criminal Correccional Federal N°8, donde ya se abrió el expediente N° 462/2022. Ante la Policía de la Ciudad, y con las ampliaciones de la misma denuncia realizadas por Ximena Bruzzone, directora de Asuntos Contenciosos del Ministerio de Cultura, Marcos
declaró el faltante de tres jarrones de porcelana con forma de ánfora, austríacos, del siglo XIX y de 27 cm de alto, que debían estar ubicados en una vitrina que se encontró abierta en la sala antecámara Imperio. Cuando comenzaron a notar otros faltantes, hicieron denuncias anexas. Notaron que faltan seis objetos de vidrio y cristal de distintas manufacturas suecas del siglo XX, de diferentes tamaños y formas, que estaban en la sala denominada "ex boutique", del subsuelo.
Además, faltan la pintura al óleo San José con El Niño, un anónimo de la Escuela de Murillo, de España, del siglo XVII (23 x 18 cm, con marco de 60 x 50), y la pintura al óleo Retrato de Infanta, otra obra anónima de la Escuela Española del Siglo XVII, de 9 x 7 cm, que estaba -como la anterior- en la sala dormitorio de Matías Errázuriz, del primer piso del museo, y tuvo un hurto escenográfico: el marco permanece colgado en su lugar habitual, pero en lugar de la pintura dejaron una fotocopia en blanco y negro.
"Por las fotos que tenemos de salas en redes sociales y las que fuimos recabando, y los testimonios de nuestros guardias, conservadores y museólogos, la ventana temporal en la que sentimos que estos hechos sucedieron es entre el 5 de enero y el 1o de febrero. Claramente tenemos trabajando con nosotros a alguien que es desleal y eso es lo que más nos entristece y nos angustia. Hemos convivido o estamos conviviendo con un ladrón", señala Marcos, que llegó a la dirección del museo hace cuatro años por concurso.
Desde el sábado, Marcos fue apartado de su cargo para poder darle curso a la pesquisa con la Resolución 210, que firmó el ministro de Cultura, Tristán Bauer. "Toda vez que tal circunstancia se proyecta sobre el Patrimonio Cultural de la Nación, se estima prudente disponer la suspensión preventiva del agente por el plazo de 30 días, a los fines del desarrollo de la investigación y la reunión de las pruebas que conduzcan a la verdad material, evitándose cualquier intento de entorpecimiento que pudiera afectar la investigación sumarial", se lee en ese texto.
En carácter de interventora, por treinta días, ocupará su cargo su superior, la actual directora nacional de Museos, María Isabel Baldasarre, que lidera de aquí en adelante el proceso de relevamiento e investigación. "El museo está cerrado porque comenzamos un largo proceso que se llama visu (relevamiento de visualización): se trata de contrastar visualmente y describir el estado de conservación de todos los objetos que integran el patrimonio del museo, que son 6500 objetos -aclara Baldasarre-. Se verifica que la nomenclatura corresponda al número de inventario y que sea correcto el topográfico, que es donde está ubicado cada objeto. Este proceso empezó hoy, durará un mes, y está encabezado por Pablo Fasce, de la Secretaría de Patrimonio, y Belén Domínguez, del equipo de colecciones".
Sobre el valor del patrimonio sustraído, estima Baldasarre: "Los jarrones en el mercado extranjero rondan los 1500 dólares, y los vidrios, entre 500 y 1000 euros. No sabemos la cotización de las pinturas y tampoco tenemos publicadas fotos de ellas en el catálogo online. Estamos súper preocupados, pero no son las principales obras de la colección". Tampoco son las más valiosas piezas de artes decorativas europeas y orientales, esculturas y pinturas de los siglos XVI a XIX que guarda el Palacio Errázuriz
Fuente: La Nación