Stanley juró como nuevo embajador de Estados Unidos en la Argentina
El abogado lo hizo el miércoles en su casa en Dallas por las restricciones debido al avance del coronavirus.
De ahora en más, lo que le falta al embajador de Joe Biden en la Argentina, Marc Stanley, es mudarse a este país.
Sobre el final del miércoles, él mismo publicó en su cuenta de Facebook la foto de su jura como nuevo representante de los Estados Unidos aquí.
Nadie quiere decir la fecha de su llegada a Buenos Aires, pero ocurrirá de un momento a otro. Las luces del Palacio Bosch, sede de su residencia, aún siguen apagadas de noche.
Sólo se ve desde afuera un imponente árbol de Navidad colocado cerca de uno de los balcones.
"Hace casi 40 años, la jueza de distrito de los EE. UU. Karen Scholer y yo comenzamos nuestras prácticas legales la misma semana en Strasburger & Price. Hoy, Karen gentilmente vino a nuestra casa para prestarme juramento como Embajador de los Estados Unidos en la República Argentina. Muy emocionado: Wendy y yo estamos ansiosos por llegar a este puesto", escribió sobre su íntima ceremonia de jura que fue de lo más curiosa.
Por las restricciones sanitarias del COVID 19, Stanley juró en su casa de Dallas, Texas, ante la jueza Scholer y adelante de dos banderas, una la de su país y otra de Argentina. La situación se ha vuelto a complicar tanto que la propia embajada argentina en Washington tiene tres contagiados con la variante Omicrom y el embajador Jorge Argüello la puso a funcionar nuevamente en modo virtual.
El acto de Stanley coincidió el miércoles con el día en que se conoció el informe del FMI, que hizo autocríticas al millonario préstamo que le concedió a este país por pedido de Mauricio Macri, y que contiene también críticas a la gestión del mismo.
Pero Stanley, un abogado texano que encabezó un lobby de abogados que hizo campaña por la elección presidencial de Joe Biden, y está muy vinculado a la más alta dirigencia de la colectividad judía en los Estados Unidos e Israel, también se mostró como un duro representante de los intereses políticos y económicos de Washington en términos de políticas de Estado.
Tal como ha publicado este diario, en octubre pasado, durante su audiencia de confirmación en el Senado -que pasó sin problemas pese a tener enemigos como el republicano Ted Cruz- recordó que el gobierno de Alberto Fernández no había presentado un plan macroeconómico para pagar la deuda ante el FMI. También criticó la posición argentina de derechos humanos en Cuba y Venezuela y prometió pelear para frenar el avance de la tecnología china.
"La Argentina es un hermoso ómnibus turístico al que las ruedas no le están funcionando correctamente", manifestó con metáforas en octubre ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. "La deuda del FMI, 45 mil millones de dólares, es enorme. El problema, sin embargo, es que es responsabilidad de los líderes argentinos elaborar un plan macroeconómico para devolverla, y aún no lo han hecho. Dicen que ya viene uno", ejemplificó, para luego señalar que la lucha contra la corrupción estará en las prioridades de su gestión. "A medida que EE.UU. Unidos ve una mayor competencia con China en Argentina y en otros lugares, haré que sea una prioridad mantener los pies en el fuego (frase que remite a meter presión) especialmente cuando productos como la tecnología 5G por debajo del mercado están ingresando y permitiendo que China acceda todos los datos de la gente de Argentina", dijo.
Fuente: Clarín