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27/05/2025

Una física argentina que fue clave en "la máquina de Dios" ganó un importante premio internacional

María Teresa Dova fue reconocida por su rol en el colisionador de hadrones, un equipo diseñado por los físicos para comprender el origen del universo.

Cuando en el siglo VI aC., el filósofo Pitágoras aplicó las matemáticas para entender los intervalos musicales, eso de aspirar a ser un "polímata", es decir, un intelectual con dominio en ciencias y humanidades, era usual. Pero el mundo cambió y María Teresa Dova debió elegir entre la música y la ciencia. Hoy, esta mujer formada en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) que alcanzó la máxima categoría en el Conicet, es la física elegida a nivel regional por el Premio Internacional L'Oréal-Unesco 2025 "Por las mujeres en la ciencia". Aunque de chica casi rumbea para concertista de piano ("una Martha Argerich, buscaba ser"), mal no le fue. 
Terminó siendo referente mundial en un ítem apasionante y enigmático: la cuestión de cómo se originó el universo. 
El premio que le darán en pocas semanas reconoce a 5 mujeres, una por zona del globo. A Dova le tocará el de la categoría "Latinoamérica y Caribe". Su nombre se escribirá en el mojón número 11 de las científicas argentinas que recibieron este reconocimiento en lo que va de las 27 ediciones del evento. Por cierto, las argentinas tienen la lista más larga de la región. Y si uno las coloca junto a las otras científicas que obtuvieron este premio, las argentinas copan el 10% del total. 
Tal vez sea un aire de emoción relajada, pero algo de la entrevista con Dova permite leer "satisfacción". 
El ánimo de quien sabe que se rompió lo que había que romperse para llegar al lugar al que llegó. 
Entiende lo que busca y, cuando busca, encuentra. "Yo siempre seguí para adelante", reafirmará a lo largo de la charla, aun cuando admita que, mirando su vida retrospectivamente, algunas cosas fueron verdaderos desafíos. Ser una de las tres únicas mujeres en la camada de física en la que se formó en la UNLP, o tener que pelear lugares de trabajo, en este mundillo característicamente masculino, que alguna vez le señaló con malos modos el hecho de que estaba casada y tenía chicos. 
Pero, como las partículas suba tómicas que dieron lugar al universo, ella siempre fue para adelante, tanto en los años de formación como en su rol actual como profesora e investigadora superior del Conicet en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP. 
Qué hace exactamente Dova, es una pregunta difícil. Responderla es un desafío periodístico real, considerando que limitarse a decir que estudia las partículas elementales y las altas energías, no es muy clarificador. 
Pero, para resumir, podría decirse que desde el campo no de la física teórica sino de la experimental, Dova recrea (experimentalmente) escenarios diversos para lograr observar distintos fenómenos físicos que pretende dilucidar. 
Lo interesante es cuál es el escenario favorito en el que está enfocada hace años. La respuesta: comprender el origen del universo. 
Un instante después del Big Bang "Lo que buscamos es entender de qué está hecho el universo y cómo funciona", resume. Para lograrlo, expertos como ella usan aceleradores de partículas, esos aparatos inimaginables que generan campos electromagnéticos en los que los investigadores pueden colocar, moviéndose a gran velocidad pero de forma controlada, partículas subatómicas (más chicas que un átomo) y observar, así, cómo chocan, el resultado de los choques y su peculiar movimiento. 
Si hay un punto fuerte en la carrera de Dova son sus años de trabajo en el que hoy es el mayor acelerador de partículas del mundo. 
Le dicen "gran colisionador de hadrones" o, figuradamente, "la máquina de Dios". Está en Suiza -en el límite con Francia-, dentro del CERN, la Organización Europea para la Investigación Nuclear, y tiene 27 kilómetros de circunferencia. 
Según explicó la mujer, "la física de altas energías tiene los objetivos más simples pero, a la vez, más fundamentales", como entender "cuáles son las partículas elementales y las fuerzas que rigen entre ellas para dar fuerza a todo el universo". 
El gran hallazgo sobre el que en buena medida giró su carrera compete a algo llamado bosón de Higgs, un descubrimiento colectivo muy reciente (de 2012), de los científicos que trabajan en el CERN. Dova incluida. 
Su participación en este proyecto fue decisiva. Entre otros, para que pudiera lograr una meta personal que le quitó el sueño durante años. Y es que la Argentina como país (y no científicos argentinos "sueltos") pudiera sumarse a los proyectos de esta institución edificada sobre la colaboración internacional. 
 

Fuente: Clarín

Corrientes
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