Internacional

13/06/2023

Adiós a Berlusconi: Italia lo despide mañana con luto nacional y funerales de Estado

Fue cuatro veces premier y murió de leucemia a los 86 años. Marcó tres décadas de la política italiana. Lo velan en su mansión y el sepelio será en el Duomo de Milán.

Le atribuyen una frase que lo pinta con claridad: "Soy el Jesucristo de la política, me sacrifico por todos". Silvio Berlusconi, cuatro veces primer ministro de Italia, político intenso y controvertido, ha sido un personaje inevitable en la historia moderna de la península. Una versión anticipada de Donald Trump con giros populistas y debilidad casi asombrosa por las mujeres e incluso las niñas. 
Tras su muerte ayer a los 86 años por una leucemia, el gobierno de su socia en la alianza oficialista, Giorgia Meloni, declaro luto nacional y ordenó funerales de Estado para mañana en la catedral de Milán, su ciudad de origen. La capilla ardiente se mantendrá dos días en su mansión privada. 
La historia de Berlusconi es de movilidad social y empeño. Fue el primer hijo de un bancario y de una empleada de Pirelli. Estudió abogacía, se hizo millonario y gobernó Italia apoyado en una derecha personalista y caudillesca. Se casó tres veces. 
Su histrionismo reconoce algunas raíces poco conocidas. De joven, antes de terminar la universidad, fue animador musical y también cantante melódico en los barcos cruceros que recorrían el Mediterráneo. Tenía dos pseudónimos, Il Cavaliere y Sua Emittenza, como le llamaban con sorna sus compatriotas. Extravagante incluso en la manera de relacionarse, famoso por sus mentiras y una ausencia de límites en su locuacidad. 
Sus metidas de pata son históricas, sobre todo cuando llamó en 2008 al primer presidente negro de EE.UU., Barack Obama, "joven, guapo e incluso bronceado", al referirse a su color de piel. En 2006 aseguró que la China de Mao "no se comía a los niños crudos, sino que los hervían para fertilizar los campos". En 2009, invitó a los sobrevivientes del devastador terremoto de L?Aquila, hospedados en carpas, a que "lo vivieran como si fuera un fin de semana de camping". 
En esa serie de derrapes figura en el tope cuando describió a la ex canciller Angela Merkel como una "culora na inchiavabile". Fue en una charla con el director del diario Avanti, a quien le dijo que la líder alemana era una "una culona con la que no habría manera de tener sexo", aunque las palabras no fueron tan prolijas. 
Ha tenido algunas otras semejanzas con el magnate norteamericano. 
Su escala al éxito económico comenzó a los 23 años en Milán, cuando ya dirigía una empresa de construcción. 
Con esa experiencia fundó dos compañías dedicadas a complejos residenciales y comerciales. 
Eso sucedía a inicios de la década de los 60. Más de tres lustros después logró comprar su primera cadena televisiva, Telemilano Cavo. Ese fue el primer paso de un crecimiento que en 1994 devino en el holding Fininvest, que concentraba el control mayoritario de tres de las cadenas de televisión más importantes del país, dos diarios, revistas, la editorial de libros Mondadori, el club Milan AC que catapultó su popularidad hacia la política, y almacenes. De esa estructu culora se abrieron luego ramas financieras y de seguros. Se convirtió en un magnate y ese poder económico lo respaldó en su carrera política, también en sus opacidades. 
El mismo año del nacimiento de Fininvest creó su partido Forza Italia, que buscó siempre coaliciones con fuerzas de derecha tanto la Liga Norte o la Alianza Nacional, pactos necesarios en un sistema parlamentario para armar los gobiernos que nacen y mueren en el Legislativo. 
Con fama de eficiente empresario que repicaban sus medios, debutó como primer ministro en 1994 con un dato elocuente sobre sus elecciones como dirigente: impulsó un proyecto luego fallido para recortar los poderes de los jueces que dirigían las investigaciones contra la corrupción, a quienes trataba de "comunistas". 
Son innumerables los casos de corrupción por los cuales fue señalado o sospechado. En ese primer gobierno descubrió el pantano en el cual debía moverse. Una lluvia de acusaciones de fraude fiscal y de soborno a políticos y funcionarios le cayó como una tromba, muchos de los cargos absolutamente ciertos y con huellas en toda la etapa anterior. 
La fortuna política volvió a sonreírle en las elecciones europeas de junio de 1999, en las que Forza Italia obtuvo el 25,2% de los sufragios y 32 eurodiputados, superó por primera vez a los Demócratas de Izquierda (DS, ex comunistas) y se convirtió en el primer partido del país. 
Elegido eurodiputado, pese a su escaso entusiasmo europeísta, Berlusconi logró que Forza Italia fuera aceptada como miembro en el Partido Popular Europeo que aglutina a grupos democristianos y del centroderecha en el Parlamento de Estrasburgo. 
Los resultados de las elecciones regionales del 16 de abril de 2000 confirmaron la estrategia del Cavaliere, de nuevo convertido en jefe infatigable de la oposición. Forza Italia y los partidos afines lograron un claro triunfo con más del 50% de votos, un verdadero sismo que precipitó la caída del gobierno de Massimo d?Alema y el regreso de Berlusconi al gobierno. 
El Polo de la Libertad de 1994 devino la Casa de las Libertades con los mismos socios: la Alianza Nacional, posfascista y nacionalista, y la Liga Norte, de tendencias separatistas, xenófobas y antieuropeas. 
Su último capítulo en ese alto cargo fue en 2008, de donde fue eyectado en 2011 en medio de una crisis financiera descomunal, con Italia en riesgo de default, y sus socios europeos temiendo por el euro. 
Tras esa derrota sin paliativos, empezó, bajo sospecha, su travesía del desierto, acosado por la Justicia, denostado por los intelectuales y traicionado por algunos de sus aliados. 
Su escudo en gran medida era que contaba con la mayor fortuna de Italia y mantenía los mejores titulares que movían sus medios. La revista Forbes lo había situado en el puesto 14 en la lista de las personas más ricas del mundo ya en 2001. 
De esa época es el famoso informe que publicó el prestigioso semanario liberal británico The Economist, que hizo una pormenorizada investigación sobre las andanzas financieras limpias o sucias del Cavaliere y concluía que no estaba habilitado para gobernar un país de la importancia política y económica de Italia. 
Notable, tuvo un formidable defensor, Giovani Agnelli, el patriarca de Fiat, que estaba más ofendido por el tratamiento a su país como una república bananera que por lo que decían del ex premier. Del otro lado, plantado en la vereda de la crítica, se encontraba el escritor Umberto Eco, quien sostenía que las elecciones debían ser un referéndum moral que impidiera que el patrón de Fininvest regresara al gobierno. 
En realidad, nunca se iría, como dueño del poder o bien gritando desde la oposición. Pero la política no ha sido su único costado polémico. Las mujeres son la otra galería que lo pinta de un modo controvertido y extravagante, aunque sus electores, su gente, le perdonaba todo incluso hasta sospechas de pedofilia y ese perfil incesante de viejo verde que no perdió ni en sus últimos años ancianos. 
Dos matrimonios, una novia muy joven y muchas amigas. "Soy una persona alegre, amo la vida y a las mujeres", solía confesar desdeñando las críticas, los escándalos y las exageraciones de los medios sensacionalistas. 
Se burlaba de sus críticos sosteniendo que "un sondeo dice que 33 por ciento de las jóvenes italianas dicen que les encantaría acostarse conmigo. El resto de las mujeres dice: ¡ehh! ¡Otra vez!!!" Padre de dos hijos con su primera esposa, Carla Dall?Oglio, y de tres con la segunda, Verónica Lario. Una tercera relación importante fue con la joven Francesca Pascale. Acorralado por la justicia por sus escándalos sexuales, el ex primer ministro fue procesado por prostitución de menores durante sus veladas al ritmo de "bunga bunga" con una joven menor de edad, mejor conocida como "Ruby roba corazones", juicio por el que fue absuelto. 
Pero fue juzgado nuevamente bajo ese mismo asunto legal pero por sobornar testigos, tras haber pagado millones de euros a varias participantes de aquellas fiestas que eran en realidad orgías. En 2010, criticado por uno de los múltiples escándalos sexuales, dijo que era "mejor tener la pasión por las mujeres bellas que ser gay". Y añadió: "He gastado 1.000 millones de dólares para pagar a los 105 abogados que me han defendido". 
Acusado de evasión fiscal, de prostitución de menores, de financiación ilegal de partidos políticos, de corrupción, el magnate ha encarado más de 30 procesos judiciales, la mayoría de ellos han sufrido prescripciones, amnistías, o simplemente los cargos que se le imputaban han desaparecido del código penal gracias a leyes adoptadas a su medida. 
En sus últimos años, era hospitalizado con frecuencia. En realidad, lo hacía para escapar de la citación de los jueces. Esta vez, no fue así.   
 

Fuente: Clarín

Corrientes
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