Estupor internacional por el bombardeo ruso a un hospital maternal en Mariúpol
Al menos 17 adultos resultaron heridos durante el ataque que fue calificado como ?atroz? y ?bárbaro? por EE.UU. Las tropas del Kremlin avanzaban.
Kiev - Los soldados rusos llegaron ayer hasta las proximidades de la capital ucraniana, Kiev, en medio de nuevos esfuerzos para evacuar a civiles de zonas urbanas asediadas como es el caso de Mariupol, en el sureste del país, donde un ataque contra un hospital pediátrico de la ciudad derivó en generalizados repudios.
Las columnas de blindados de Rusia, que hace cinco días se encontraban a unos cientos de kilómetros al noreste de Kiev, se hallaban ayer a unos quince kilómetros.
Las sirenas antiaéreas sonaron ayer de modo intermitente en la capital mientras el Ejército reforzó las defensas en localidades cercanas para intentar frenar el avance del convoy enviado por el Kremlin.
En Mariúpol, al menos 17 adultos resultaron heridos en el bombardeo a un hospital pediátrico, anunció un responsable regional, Pavlo Kirilenko, y precisó que según los primeros reportes ?no hay ningún niño? entre ellos ni ningún fallecido.
"Es atroz ver el uso bárbaro de la fuerza militar contra civiles inocentes en un país soberano?, reaccionó la Casa Blanca, mientras el primer ministro británico, Boris Johnson, calificó este ataque de ?inmoral?.
La ONU, por su parte, pidió ?el cese inmediato de los ataques a las instalaciones de salud, hospitales, trabajadores de la salud, ambulancias?.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, subió a redes sociales imágenes del hospital destruido en un mensaje en el que volvió a hacer público su enojo con la OTAN por negarse a declarar una zona de exclusión aérea sobre su país: ?¿Cuánto tiempo más el mundo será cómplice ignorando el terror? ¡Cierren el cielo ahora mismo! ¡Basta de matanzas!?. La ciudad portuaria de Mariúpol es el escenario de una de las situaciones más desesperantes desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, hace 14 días: los bombardeos destruyeron edificios y dejaron a su población sin agua, electricidad, calefacción, servicios telefónicos y de cloacas.
Autoridades locales dijeron que planeaban empezar a cavar fosas comunes para los muertos y la Cruz Roja informó ayer que la gente derretía nieve o esperaba que lloviera para poder tomar agua.
Se estima que miles de personas, entre militares y civiles, fallecieron desde que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el comienzo de la invasión con la meta declarada de proteger a ucranianos rusoparlantes del Gobierno de Kiev y de impedir que Ucrania ingrese a la OTAN, como quiere Estados Unidos.
El número real de víctimas es incierto, varía según lo informado por cada parte y crece a medida que se intensifican los combates.
La ONU dijo ayer que tiene constancia de 516 fallecidos, entre los que figuran al menos 37 niños, en un balance que además da cuenta de 908 civiles heridos, 50 de ellos identificados como menores de edad.
Por otra parte, continúa el éxodo de ucranianos hacia países vecinos: según el alto comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, entre ?2,1 millones y 2,2 millones? de personas partieron desde el 24 de febrero.
Rusia y Ucrania acordaron la apertura de corredores humanitarios por 12 horas para permitir la evacuación de civiles de varias zonas arrasadas por los bombardeos.
Estos corredores pautados van de Energodar hacia Zaporiyia (sur), de Izium a Lozova (este) y de Sumy a Polatava (noreste). También se abrirán rutas hacia Kiev desde zonas situadas al noroeste de la capital como Bucha, Irpin o Gostomel.
Fuente: Ámbito Financiero