Internacional

08/05/2019

Guerra comercial entre EE.UU. y China: cinco preguntas para entender que está pasando y cómo impacta en el dólar

¿Pueden ambos países reanudar las conversaciones y poner fin al conflicto? Aquí, algunas respuestas.

Por Paul Wiseman

Las tensiones agudizadas entre Estados Unidos y China espantan a los mercados financieros y enfrían las perspectivas para la economía global.

Los funcionarios chinos se dirigen a Washington para intentar reanudar las conversaciones con el objetivo de superar el punto muerto entre las dos economías más grandes del mundo, acerca del empuje agresivo de Beijing por desafiar la dominación tecnológica estadounidense. La 11ª ronda de negociaciones fue fijada para el jueves y viernes en Washington.

Es improbable que su llegada detenga a los Estados Unidos en su avance para incrementar los impuestos a las importaciones en 200 mil millones de dólares en productos chinos a primera a las 00.01 del viernes, en una escalada dramática de la guerra comercial que ya lleva un año.

La disputa está perturbando a los inversores. El promedio industrial Dow Jones bajó más de 500 puntos el martes a la tarde después de caer levemente el lunes.

A continuación, un panorama de lo que sucede:

¿Qué salió mal?

Durante semanas, la administración Trump había sugerido que las conversaciones avanzaban firmes y que los mercados financieros parecían haberse apreciado gracias a una resolución pacífica de la disputa comercial. Pero el domingo, el presidente Donald Trump inesperadamente expresó frustración por el ritmo de las conversaciones y juró aumentar los aranceles de 200 mil millones de dólares a los productos chinos, de 10% a 25%. Los aranceles más altos abarcarían miles de importaciones chinas, desde guantes de béisbol hasta alarmas contra robos.

?El Acuerdo Comercial con China continúa, aunque demasiado lento, ya que ellos intentan renegociar. ¡No!?, tuiteó Trump.

Un día después, el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin y el negociador comercial más importante de EE.UU., Robert Lighthizer, dijeron que China estaba incumpliendo una promesa sobre los compromisos realizados en rondas de negociaciones anteriores. Los funcionarios de EE.UU. afirman que imaginaban los cambios de opinión de China en las conversaciones de la semana pasada en Beijing, aunque el retroceso se hizo más evidente en los intercambios del fin de semana. No identificaron los temas específicos involucrados.

¿Por qué se están peleando? 

Estados Unidos acusa a China de recurrir a tácticas depredadoras en un impulso por darle a las compañías chinas, una ventaja en las tecnologías de avanzada como inteligencia artificial, robótica y vehículos eléctricos. Estas, sostiene Estados Unidos, incluyen el acceso ilegal a computadoras de compañías estadounidenses, con el fin de robar secretos comerciales, obligando a las compañías extranjeras a manejar tecnología sensible a cambio de acceso a los mercados chinos y subsidiar injustamente a las firmas tecnológicas chinas.

Trump también se ha quejado en repetidas ocasiones del déficit comercial enorme de Estados Unidos con China; el año pasado el récord fue de 379 mil millones, del cual el presidente culpa a las negociaciones débiles e ingenuas de parte de las administraciones estadounidenses anteriores.

En julio del año pasado, Trump comenzó gradualmente a asestar un golpe a los aranceles de las importaciones chinas. Ahora Estados Unidos le impone impuestos por 10% sobre 200 mil millones en productos chinos y 25% sobre otros 50 mil millones. Beijing contragolpeó mediante la focalización por un valor de 110 mil millones de importaciones estadounidenses, especialmente productos agrícolas como la soja, en un esfuerzo deliberado por infligir un golpe a los seguidores de Trump en el corazón de los Estados Unidos.

¿Avanzaron las dos partes?

Sí. La semana pasada, Myron Brilliant, director de asuntos internacionales en la Cámara de Comercio de EE.UU., quien había sido informado de las negociaciones, les dijo a los periodistas que?94,5%? de los temas estaban resueltos y que las conversaciones habían llegado al ?final del juego?. Se esperaba que China fortaleciera la protección de los secretos comerciales y ofreciera a las firmas extranjeras, acceso al mercado chino.

Pero los obstáculos continuaron, aun antes de que Trump acusara a China de retroceder en lo que ya había acordado.

Los funcionarios estadounidenses insisten en que cualquier trato sea estrictamente puesto en vigencia, de manera que China cumpla con sus promesas, algo que, según ellos dicen, Beijing no ha cumplido en repetidas oportunidades en el pasado. Tampoco queda claro qué sucedería con los aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas. China quiere que se levanten; Estados Unidos quiere mantener los aranceles como influencia para presionar a los chinos y que cumplan con todos los acuerdos.

¿Cuáles son las perspectivas de una resolución?

Ambos países tienen un incentivo para llegar a un acuerdo. La economía de China se está desacelerando; el Fondo Monetario Internacional espera que el crecimiento de la economía china descienda de 6,6% el año pasado, a 6,3% en 2019 y 6,1% en 2020. La guerra comercial con Estados Unidos ha perjudicado a los exportadores chinos y erosionado la confianza de las empresas y los consumidores.

Las tensiones comerciales también han golpeado a los mercados financieros, poniendo en riesgo la recuperación del mercado de valores estadounidense que Trump considera como un voto de confianza en sus políticas económicas. Y los aranceles de represalia de China infligen daño a los agricultores, sector clave en la base política de Trump.

Sin embargo, los grupos empresariales y los parlamentarios demócratas insisten en que Trump, al haber tensado las relaciones entre EE.UU. y China al extremo, espera un acuerdo que requiere que los chinos cambien genuinamente su comportamiento, reformen su economía y se abran a las compañías extranjeras.

El presidente chino Xi Jinping gobierna un estado de un solo partido y no tiene que responder directamente a los votantes. Aunque también enfrenta la presión de no ceder a las exigencias estadounidenses. ?También tienen su política interior?, dijo Michael Pillsbury, director del Centro en Estrategia China del Instituto Hudson y asesor de la Casa Blanca en la administración Trump.

¿Cuál es la consecuencia económica?

Los pronosticadores en el FMI y el Banco Mundial ya han revertido el panorama de la economía global. El enfrentamiento de EE.UU.-China está reduciendo el comercio mundial y creando incertidumbre para las empresas que deciden dónde comprar insumos, construir plantas industriales y hacer inversiones. Un aumento de aranceles tendrá como consecuencia un aumento en el precio de insumos, y por la tanto inflación, lo que obligaría a la FED a subir las tasas, haciendo que el dólar sea el mejor refugio para el inversor.

El aumento programado del viernes en los aranceles podría intensificar el daño económico. Steven Cochrane, economista principal para Asia Pacífico en Moody?s Analytics, dijo que la consecuencia del aumento programado del viernes en los aranceles podría reducir el crecimiento de la economía de EE.UU. (2,9 el año pasado), en 1,8 puntos porcentuales.

Y podría reducir el crecimiento chino a alrededor de 5%. ?Si la amenaza de Trump se hace realidad,?, dijo Cochrane, ?será un cambio radical para la economía mundial?.

Fuente: Clarín

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