Hay más de 200 muertos por un suicidio colectivo en una secta religiosa de Kenia
Ayunaron hasta morir "para reunirse con Jesús". El líder, Paul Mackenzie Nthenge, permanece arrestado.
El número de presuntos miembros de una secta cristiana que ayunaron hasta morir en un bosque del sur de Kenia para reunirse con Jesucristo escaló a 201 este fin de semana, luego de que las autoridades encontraran el sábado 22 nuevos cadáveres. El caso, que sigue sorprendiendo por sus características, ocupa el centro de la atención mediática en el país africano. Los primeros indicios del episodio se conocieron a inicios de este mes, pero su dimensión real está asomando en los últimos días. Se cree que los cuerpos pertenecen a los seguidores del pastor Paul Mackenzie Nthenge, quien presuntamente ordenó a los congregantes ayunar hasta morir "para reunirse con Jesús". Mackenzie es el titular de la llamada Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas y fue arrestado a inicios de mes. El pasado miércoles, el tribunal de Shanzu, en la ciudad costera de Mombasa, ordenó extender durante treinta días su detención mientras se analiza el caso. Todavía se ignora qué fue lo que llevó a los miembros del grupo religioso a aceptar los pedidos de ayuno de su líder.
Junto a él, su mujer y otros 16 sospechosos también están detenidos.
Hasta este fin de semana, al menos 201 cadáveres han sido desenterrados de docenas de fosas comunes desperdigadas en la propiedad de Mackenzie de 320 hectáreas, ubicada en el condado costero de Kilifi.
Mackenzie insiste que cerró su Iglesia en 2019 y se mudó a su propiedad en una zona boscosa para dedicarse al cultivo.
Las autopsias realizadas a más de un centenar de cuerpos la semana pasada muestran que las víctimas murieron de inanición, estrangulación, sofocación y lesiones sostenidas por objetos contundentes.Medios locales han estado reportando casos de órganos internos faltantes, citando a los investigadores del caso.
Mackenzie, su esposa y 16 sospechosos más comparecerán ante la corte al final del mes. El comisionado regional de la costa, Rhoda Onayancha, dijo el sábado que 610 estaban reportadas como desaparecidas por sus familias.
No queda claro cuántos sobrevivientes han sido rescatados hasta el momento en los operativos de búsqueda en la extensa propiedad de Mackenzie. Algunos de ellos estaban demasiado débiles para caminar cuando fueron encontrados.
Las sectas son comunes en Kenia, que cuenta con una sociedad religiosa.
En todo el país, la policía ha interrogado a otros líderes religiosos cuyas enseñanzas se cree que son desorientadoras y opuestas a los derechos humanos básicos.
El presidente William Ruto formó la semana pasada una comisión encargada de investigar cómo cientos de personas fueron atraídas a sus muertes en la costa y para recomendar acciones a las instituciones que no actuaron. En el pasado, Mackenzie fue acusado de las muertes de menores en su Iglesia en un caso que sigue en juicio. Los residentes de las inmediaciones fueron los que alertaron cuando sus seguidores se mudaron a la zona boscosa.
La comisionada regional de policía, Rhoda Onyancha, declaró que la operación de exhumaciones se reanudará el próximo lunes, después de una semana en la que la cifra no dejó de ascender conforme se avanza en la excavación de las fosas comunes.
Asimismo, las primeras investigaciones de la Policía apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayu no aunque quisieran abandonarlo
Fuente: Clarín