Las tormentas, la nieve y la variante ómicron alteran miles de vuelos en el mundo

Parálisis. El mal clima y los nuevos brotes del virus obligaron a cancelar y reagendar viajes demorados en las últimas horas; Estados Unidos, China y Japón fueron los más afectados

NUEVA YORK.? Cientos de miles de pasajeros de todo el mundo quedaron varados en tierra durante el fin de semana de Navidad y la situación continuó ayer, en una combinación de fenómenos naturales que frustró festejos y encuentros con seres queridos justo cuando los viajes comenzaban a retomar un viso de normalidad.

Fuertes temporales que hacían arriesgado o decididamente imposible cualquier intento de despegue, sumados a la expansión de la variante ómicron de coronavirus, obligaron a masivas suspensiones y cancelaciones de vuelos.

Según datos del sitio Flightaware, al menos 8800 conexiones aéreas internacionales y domésticas fueron anuladas y otras 11.000 no salieron a tiempo entre el viernes y ayer, para desgracia de quienes volvían a viajar después de la más que restringida Navidad de 2020.

El caos aéreo continuó ayer, con más de 2300 vuelos cancelados y más de 5600 demorados, según Flightaware. Gran parte de estos incidentes estaban relacionados con viajes desde, hacia y dentro de Estados Unidos, que experimentó más de 800 vuelos anulados y al menos 1300 retrasados.

Las aerolíneas europeas también están experimentando una pequeña cantidad de cancelaciones en medio de un número récord de casos de Covid- 19 en varias naciones europeas.

La situación no mejorará de cara a las celebraciones de Año Nuevo, según las autoridades aéreas: para la jornada de hoy se confirmaron 790 cancelaciones y 46 demoras, y para mañana se cancelaron otros 186 vuelos y se demoraron tres.

Las acciones de las aerolíneas American, United, Delta y Southwest cayeron entre un 0,2% y un 0,8%, un clima bursátil que reflejó la tempestad que dejó anclados los aviones de las principales compañías estadounidenses.

Las fuertes tormentas complicaron especialmente el panorama aéreo en el oeste de Estados Unidos.

Fuente: La Nación