Un derrame de petróleo en Perú pone en aprietos al gobierno
Ocurrió hace una semana a 30 kms de Lima cuando 6.000 barriles se esparcieron en el mar. Las autoridades culpan a la petrolera española Repsol.
El derrame de miles de barriles de crudo, hace una semana, a 30 kilómetros al norte de Lima está dejando un sombrío balance, con aves muertas flotando en el mar o cubiertas de petróleo y decenas de trabajadores varados en los muelles por no poder trabajar. A eso se suman críticas crecientes por la gestión de la emergencia que colocan contra las cuerdas al gobierno de Pedro Castillo.
El desastre ocurrió el sábado 15 de este mes cuando unos 6.000 barriles de crudo se vertieron al mar mientras un petrolero descargaba en la refinería La Pampilla, propiedad de la española Repsol y situada en Ventanilla, cerca de la capital peruana. Según la empresa, el accidente ocurrió por el oleaje causado por un tsunami en Tonga tras una erupción volcánica.
Pero desde entonces surgieron voces que ponen en entredicho los argumentos de la empresa, acusándola de negligencia.
"En pleno apogeo nos han cortado el brazo", dice con desazón a la AFP el pescador Bernardo Espinoza, al destacar que él y sus colegas se quedaron sin poder trabajar en medio del verano, la época en que venden más pescado.
Una semana después del vertido, el gobierno declaró este sábado una "emergencia ambiental" por 90 días en la "zona marina costera dañada" por el derrame, que se dirige hacia el norte.
Las corrientes marinas expandieron el crudo a lo largo de la costa a más de 40 kilómetros de la refinería, afectando a 21 playas, según el Ministerio de Salud, que recomendó a la gente no acudir a ellas pues tienen calificación de "no saludable". Las brigadas de limpieza reemplazaron a los bañistas en Ancón y en otros populares balnearios peruanos. La prensa constató las enormes manchas de petróleo sobre la superficie del mar y aves muertas flotando en el agua, en la bahía de Ancón.
Ayer, el diario El Comercio dijo en su editorial que "ninguna institución ha querido asumir mayor responsabilidad en el desastre ecológico (...) Los dedos acusatorios apuntan de un lado a otro: por ejemplo, hacia la falta de preparación y control de instituciones como el Ministerio del Ambiente o la decisión del Centro Nacional de Alerta de Tsunamis de la Marina de no emitir una alerta luego de la erupción volcánica en Tonga".
Perú exigió a Repsol "resarcir" los daños por el derrame con diez días de plazo para la limpieza y descontaminación.
También prohibió la salida del país del buque tanque "Mare Doricum", de bandera italiana, a menos que se presente una fianza de unos 39 millones de dólares.
Fuente: Clarín