Justicia

17/10/2019

Reclaman legalización del trabajo sexual - "No es un delito y necesitamos un marco para que nos saque de la clandestinidad"

Por Radio Continental, con Dominique Metzger en el segmento "El especialista", la Secretaria general de AMMAR, Georgina Orellano, contó cómo es vivir de meretriz y pidió que las contemplen como actividad laboral

En el marco del segmento "El Especialista", del programa que conduce Dominique Metzger por Radio Continental, Georgina Orellano, secretaria de la Asociación Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), brindó una entrevista para contar en profundidad cómo es la vivir de ser meretriz en Argentina, reclamó ser comprendidas en un marco legal y aseguró: "Ser puta para mí es ser libre, sacarse los prejuicios, la condena social para dejar de agachar la cabeza y vivirlo con libertad, defendiendo la autonomía del cuerpo ante todo".

"Mi trabajo me dio mucha vergüenza y mucha culpa al principio, y cuando conocí a AMMAR lo pude desandar", relató Orellano y describió cómo sufre el juicio de la sociedad: "Hay una opresión de la mirada social que condena nuestro trabajo por los prejuicios que hay en el trabajo sexual".

En ese sentido, Georgina amplió respecto al prejuicio que sufren. "Vivimos en una sociedad machista que reduce a mujeres, lesbianas, travestis y trans a un objeto y el trabajo sexual no escapa a eso", opinó y agregó: "Se puede ser trabajadora sexual y tener pareja, estudiar en la universidad, ser mamás, tener otros trabajos". 

 

 

Por otro lado,  Orellano se refirió a la falta de legitimación de su profesión. "Ejercer el trabajo sexual, de manera voluntaria y siendo mayor de edad, no es un delito pero tampoco está contemplado como una actividad laboral", protestó y reclamó: "Necesitamos un marco legal que nos saque de la clandestinidad, incorporando la categoría de trabajadora o trabajador sexual dentro del monotributo para acceder a una obra social y tener aportes jubilatorios".

 

Más frases destacadas de la auditoría de la entrevista a Georgina Orellano (parte I, parte II):

- "Tengo 33 años y comencé a ejercer el trabajo sexual tenía 19 años. Lo hice por una necesidad económica, porque cuando terminé la escuela secundaria salí a buscar trabajo y me encontré con que la oferta laboral a la que yo podía acceder como mujer de clase trabajadora de sectores populares y una familia numerosa eran muy precarias". 

- "La mujer a la que yo le cuidaba a los 4 hijos me contó después de un año de trabajar con ella me contó que ejercía la prostitución. Yo cursaba el CBC de psicología de la UBA". 

- "Lo primero que le pregunté fue si no tenía miedo de subir a un auto con un desconocido, de no tener miedo de que la persona la violentara, y ella me contó que no trabajan solas, que se cuidan entre ellas. Y ella tuvo razón al plantearme si yo no tenía miedo al irme con un desconocido cuando iba a bailar con mis amigas". 

- "Los vecinos y las vecinas comenzaron a juntar firmas acusándonos de generar disturbios en el barrio, pero los vecinos no sabían que la policía manejaba la zona y había una alianza entre la junta vecinal del barrio y la comisaría". 

- "Yo caí -dos veces presa no estando organizada y una más estando organizada, cuando estábamos repartiendo preservativos a las compañeras que trabajan en el Camino de Cintura y la policía nos acusó de facilitar la prostitución ajena. Ahí estuvimos detenidas en la comisaría de Burzaco".

- "Mi compañera es feminista, es escritora y me conoció como trabajadora sexual, así nos acercamos". 

- "Lo que nos hizo llegar a la organización a mí y a mis compañeras del barrio de Villa del Parque fue la violencia institucional, los arreglos que teníamos que hacer con la policía, con la comisaría de la zona, para que nos dejaran trabajar tranquilas".

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