A la crisis en Garbarino se suma la de Ribeiro: cerró locales y busca un socio
Acosada por las deudas y sueldos impagos, dejó de operar la semana pasada y tampoco vende por la Web
Al igual que Garbarino, que atraviesa una situación financiera muy delicada, estalló la crisis en otra cadena de electrodomésticos. Acosada por las deudas y los sueldos impagos, Ribeiro cerró la semana pasada todos sus locales, su portal eCommerce dejó de funcionar y sus dueños están a la búsqueda de un comprador o un socio que aporte capital fresco. Nacida en San Luis hace 110 años y con fuerte presencia en el interior del país, a fines de 2018 Ribeiro contabilizaba 1.900 empleados y 85 sucursales, figuraba en el top five del retail especializado pero su futuro hoy es más que incierto.
Toda la operación de Ribeiro (locales, oficinas y centros logísticos) está prácticamente paralizada. Históricamente, su fuerte fue la financiación a medida a través de sus planes Minicuotas Ribeiro y del crédito Minicuotas Alta Confianza (MAC). Hoy, la compañía conducida por miembros de la tercera generación familiar bajo el liderazgo de Manuel Ribeiro, afronta un panorama sombrío en un mercado en pleno proceso de reconversión.
Falabella y Garbarino son apenas dos ejemplos.
En el sector coinciden en que la crisis de Ribeiro comenzó hace dos años. Por participación de ventas, llegó a ser una de las principales cadenas especializadas, detrás de Garbarino, Frávega y Musimundo, pero fue quedando relegada por las dificultades financieras y la contracción de la demanda. De hecho, en la "Central de Deudores del Sistema Financiero" del Banco Central, la firma aparece con deudas a diversos bancos y en "situación 5", es decir como "irrecuperable".
Ningún ejecutivo de la cadena respondió los llamados de Clarín.
En el mercado aseguran que Ribeiro busca comprador al menos desde hace año y medio. De hecho otorgó un mandato para la venta a dos grandes consultoras, sin éxito. "Si están con los locales cerrados, seguramente no tienen ninguna negociación avanzada", razonan en voz alta. Otra fuente explicó que son los actuales dueños no quieren ceder el control de la compañía. "La idea -agregó- es tener un socio que aporte capital".
Las dificultades de Ribeiro son muy similares a la de Garbarino, pero de diferente envergadura. "En los últimos años, el negocio se achicó el 50% en unidades, por lo cual la agonía de Ribeiro viene desde hace mucho tiempo", explicó un alto ejecutivo de la industria de larga trayectoria.
Garbarino era líder. También de origen familiar, la cadena fue vendida en junio pasado a Carlos Rosales, dueño también de la aseguradora Prof y dirigente de San Lorenzo.
A su llegada, tenía una deuda estimada en $ 12.000 millones, 200 locales a la calle y 4.325 empleados. Así sumó a Compumundo (46 locales), Garbarino Viajes, Fiden (que emite las tarjetas de fidelización) y 2 plantas en Tierra del Fuego: Digital Fueguina y Tecnosur. Hoy al grupo le quedan 105 sucursales (muchas sin operar), otras 34 de Compumundo y unos 3.800 empleados.
Fuente: Clarín