Negocios y economía

07/12/2021

Crece el uso de las motos: en la Provincia se patentaron un 50% más que el año pasado

En el país, el incremento fue del 35%. La gente las elige por los precios accesibles, su bajo consumo y porque pueden eludir embotellamientos y piquetes.

Desde que la vida en convivencia con el coronavirus se mezcló con la apertura de las actividades, el tránsito reapareció en las calles. Y lo hizo, bajo dos formas: en grandes volúmenes y de manera individual, con medios unitarios, como la bicicleta, el monopatín, el auto y la moto. 
Un informe de la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM), a nivel nacional, señala que en agosto de este año el patentamiento de motos sumó 36.679 unidades, un 35% más que en el mismo mes de 2020. 
Los modelos más vendidos son los de baja cilindrada y de origen nacional. 
En la Ciudad no se evidencia un alza de patentamientos, sino una retracción: en septiembre de este año se patentaron 1.852 motos y en el mismo mes de 2020, 1.902. La tendencia negativa se mantiene al hacer una comparación anual. Sin embargo, en Provincia de Buenos Aires sí se observa un aumento marcado. 
En septiembre de 2021, en territorio bonaerense fueron patentadas 12.534 motos, un 50% más que en septiembre de 2020, cuando habían sido 8.328. El crecimiento puede estar dado por motociclistas como Tomás, que al entrar la Ciudad para trabajar optan por este tipo de movilidad. 
La moto, además de ser un transporte individual, es una herramienta de trabajo. Y entre quienes la usan con ese fin su presencia también crece. 
"Con la pandemia, aumentaron las ventas por internet y los envíos. Las distancias empezaron a ser mayores. 
En ese contexto, tener una moto para cubrir una mayor superficie y no cansarse tanto, en comparación con una bicicleta, empezó a ser beneficioso para el trabajador", observa Christian Leiva, uno de los encargados de prensa de la Asociación Sindical de Motociclistas, Mensajeros y Servicios (ASIMM). 
Para Leiva, la presencia cada vez más predominante de motos en calles y avenidas es evidente: "Se ven muchos repartidores. Te parás en una esquina y ves que cada vez son más, los ves en los semáforos. El problema es que está creciendo la informalidad en la contratación". Y concluye: "La moto siempre fue y sigue siendo una salida laboral rápida. Al mismo tiempo pasar de la bici a la moto es un anhelo para quien trabaja haciendo repartos". 
Un ejemplo del porqué del uso extendido de las motos es el de Tomás. 
Hace dos semanas se bajó de la suya y caminó. Agarrándola por el manubrio, como quien lleva una bicicleta con la cubierta pinchada, avanzó entre la multitud que marchaba por la avenida 9 de Julio. La manifestación era grande y recién a las tres cuadras logró atravesar el piquete. 
Era el mediodía del martes 23 de noviembre y pensó que eso que había hecho hubiera sido imposible con un auto. Desde que las calles y los accesos a la Ciudad recuperaron todo el tránsito previo a la pandemia, Tomás compara las ventajas y desventajas entre tener un auto o una moto en forma recurrente. 
En marzo de 2020 vendió la motoque usaba para trasladarse de su casa, en Boulogne, San Isidro, a su trabajo, en Barracas, al sur de la Ciudad. La idea era comprar un modelo más nuevo. Pero llegó la pandemia y recién este mes, cuando volvió a trabajar en forma presencial, adquirió otra, una Honda GLH de 150 cc. 
La comparación con el auto fue beneficiosa desde un principio. Su moto está valuada en $285.000. La compró pagando un 35% del valor por transferencia y el resto, financiado con dos tarjetas de crédito y a través de los planes Ahora 12 y Ahora 18. Hoy ningún auto puede conseguirse de esa manera. 
"El tanque de combustible tiene 10 litros y con eso hago 400 kilómetros. Es decir, gasto 1 litro de nafta cada 40 kilómetros, cuando el auto consume 1 litro cada 12. La diferencia es abismal", dice. 
Antes de la pandemia, y en especial en el último mes, se ven cada vez más motos en la calle. Tomás especula que quizás como le pasó a él, otros conductores, basándose en comparaciones sobre tiempo y economía, decidieron cambiar auto por moto o ir por esta segunda opción directamente. 
"Si viajo al trabajo en auto tengo que pagar peaje para poder llegar en un tiempo más o menos razonable, 40 minutos, si no hay piquetes. Con la moto tardo lo mismo y voy por la colectora. A la vez, si hay congestión o manifestaciones, es fácil esquivarlos o incluso te podés bajar y atravesarlos caminando, como hago yo". 
 

Fuente: Clarín

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