El impuesto PAIS ya recauda más que el tributo a los Combustibles
El gravamen a la compra de dólares aporta este año el 1,58% del total, mientras que el de naftas y gasoil (con actualizaciones suspendidas) genera el 1,44%.
El impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) que se aplica a la compra de dólares oficiales no nació con fines recaudatorios sino con el afán de encarecer el valor de la divisa y por esa vía desalentar la demanda. Es decir, un mecanismo indirecto de devaluación. Se podría decir que lo mejor para el Gobierno sería que recaude cada vez menos, porque daría la pauta de que la demanda disminuye. Pero, en realidad, lo que está ocurriendo en 2023 es que el impuesto PAIS va ganando mayor importancia en los ingresos de la AFIP, mientras que otro gravamen, el que se cobra a la transferencia de Combustibles y sirve para engordar las arcas del fisco más rápidamente, está haciendo el camino inverso y eso está en la mira del FMI.
Este impuesto, que se aplica por suma fija a la nafta y el gasoil (unitario), es uno de los preferidos por los gobiernos porque es automático e ingresa rápidamente. En momentos de mayor consumo y actividad económica genera buenos recursos.
Según datos de la AFIP, el impuesto PAIS generó entre enero y junio $253.345 millones, lo que marca un crecimiento de 93,3%. Sólo en junio aportó $54.862,7 millones, lo que representó una suba del 122%.
El organismo señala simplemente que la mejora se debe al "incremento de la demanda". En 2022 aportó el 1,73% del total y en lo que va de este año el 1,58%.
En cambio, el impuesto a la Transferencia de Combustibles va en caída y eso no implica que esté bajando la demanda de nafta o de gasoil. En el primer semestre recaudó apenas $230.899,7 millones con un incremento del 23% nominal y una baja real de unos 28 puntos respecto de la inflación acumulada, En junio aportó $50.929 millones con un incremento del 40%. En 2022 participó con el 2,15% del total y este año lo está haciendo por el 1,44%.
El problema con este tributo es que no tiene una actualización automática.
No se liquida en base a una alícuota (ad valorem) respecto del precio del combustible, sino que es una suma que el Gobierno tiene que actualizar trimestralmente.
De hecho, lo tendría que haber incrementado a partir del 1 de julio y lo postergó para el 1 de noviembre, cuando las elecciones presidenciales hayan quedado definidas y se sepa quien va a ser el próximo presidente, con el objetivo de que no se traslade a los precios en el surtidor.
Hasta ahora el Gobierno vino pateando la medida y así postergó incrementos del 185%, según estima el tributarista Sebastián Domínguez, de SDC. Afirma que no se aplicaron las actualizaciones del tercer y cuarto trimestres de 2021; del primero, segundo, tercero y cuarto de 2022; y del primero de 2023. ?En los últimos años, solamente se practicó el ajuste del primer y segundo trimestre de 2021 y fue del 25,32% a partir de octubre de 2022?, recordó.
Domínguez advirtió que "el Gobierno se comprometió con el FMI en transformar este impuesto de unitario a ad valorem con el objetivo que aumente en función de la variación del precio de los combustibles y no sea necesaria una actualización trimestral por el IPC". No se descarta que la medida forme parte del próximo paquete de ajuste fiscal.
Fuente: Ámbito Financiero