La brasileña Penalty vuelve a producir botines de fútbol y ropa en el país
La firma deportiva volverá a ensamblar y fabricar artículos 100% terminados en el país en tres plantas: Chivilcoy. Olivos y el barrio porteño de Agronomía. Generará 150 puestos de trabajo
Mientras se suman empresas que dejan el país, una marca deportiva retoma la apuesta por la Industria nacional. Penalty vuelve a fabricar en el país. Tras haberse retirado -en gran parte como consecuencia de una ola importadora que la dejó fuera de juego para competir-, la empresa nacida en Brasil reactivó sus tres fábricas en la Argentina.
La marca brasileña anunció que comenzará a producir IS.000 pares de botines mensuales -un calzado del que la empresa es referente para jugadores de fútbol- y también retomará la fabricación de indumentaria.
Cada una de sus tres plantas en el país es responsable de la elaboración de un segmento específico. La de Chivilcoy, en la provincia de Buenos Aires, acaba de ser recorrida por funcionarios nacionales y provinciales porque se generarán unos 150 puestos de trabajo. Las otras dos plantas estarán en el barrio porteño de Agronomía y en la localidad bonaerense de Olivos.
Emerson Shiromaru, presidente de Penalty Argentina, explicó que "el objetivo es impulsar la producción nacional mediante, ensamble de partes y componentes, como suelas y capelladas, como así también productos terminados 100% nacionales orientados al calzado e indumentaria".
Entre las razones que llevaron a Penalty a tomar la decisión de volver a producir, Shiromaru señaló tanto al apoyo oficial como a recepción que tiene el consumidor argentino a las marcas deportivas.
La presencia de Penalty en la Argentina comenzó con su desembarcó en el país en 1998. con un importante crecimiento en el mercado local durante una década hasta que en diciembre de 2018, sufrió el efecto de la apertura importadora y debió cerrar sus fábricas de Florencio Varela.
En marzo de este año, la empresa de capitales argentinos Bicontinentar Footwear Technologies volvió a reabrir la fábrica de Chivilcoy que pertenecía a la brasileña Paquetá y desde allí producirá sus botines para abastecer al mercado interno.
La gestión, dicen, está muy ligada al embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, que, más allá de la diplomacia, se entusiasmó con el proyecto.
Fuente: El Cronista Comercial