La pobreza subió al 42% en 2020 y hay 19 millones de personas que la sufren
En un año se sumaron 3 millones de personas a esa condición; la indigencia afectó al 10,5% en el segundo semestre; aumentó la cantidad de niños pobres y son 6,3 millones
En el primer año de Alberto Fernández como presidente, luego de meses de pandemia, cuarentenas estrictas y extendidas para preparar el sistema de salud y contener el virus que provocaron un derrumbe en la economía -y en el empleo-, la pobreza se disparó 6,5 puntos en un año y cerró 2020 con el 42% de la población afectada.
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec informó que la pobreza alcanza a 19 millones personas si se hace una proyección a todo el país. De ese total, 4,8 millones son indigentes (10,5% de la población). Entre 20l9 y 2020, unos tres millones de argentinos cayeron bajo la línea de pobreza. A fines del año pasado un 57,7% de los niños menores de 14 años eran pobres. Son 6,3 millones. Es una suba de casi 5,5 puntos en un año.
La Argentina fabrica pobres desde, por lo menos, principios de este siglo. Si Cristina Kirchner cerró su segundo mandato en 2015 con una pobreza estimada por índices alternativos de 29% -la actual vicepresidenta y Axel Kicillof, entonces ministro de Economía, decidieron dejar de medir este flagelo tras falsificar por años los datos oficiales- y Mauricio Macri terminó su gobierno con 35,5%, tras prometer "pobreza cero", ahora la gestión de Fernández, en un marco de pandemia, logró empeorar las estadísticas en una magnitud mayor y en menos tiempo.
La región con mayor pobreza fue el Gran Resistencia, con un 53,6% de la población bajo esa línea. Le siguieron los partidos del conurbano bonaerense, con un 51%, y Concordia, Entre Ríos, con un 49,5%.
El dato anterior del Indec, del primer semestre de 2020, ya indicaba que la pobreza había pegado el salto hasta un 40,9%. Sin embargo, los especialistas que siguen de cerca este tema calculaban que sólo en el segundo trimestre, marcado por el cierre total de la producción de bienes en medio de la cuarentena más rígida, subía hasta 47%. En ese trimestre, el PBI se derrumbó un 19% y cerró el año con un desplome de 9,9%.
El desempleo subió dos puntos (de 8,9% a 11%) en 2020 y sumó 360.000 desocupados en todo el país. Sin embargo, por el impacto de la cuarentena, muchos dejaron de buscar trabajo activamente y fueron registrados como inactivos. El año pasado hubo 1,1 millones de ocupados menos. En el peor momento de las restricciones, en abril, mayo y junio, ese dato llegó a 3,7 millones. Desde entonces, y gracias a la flexibilización de las restricciones, la economía se recupera lenta y heterogéneamente. En enero se registró la novena suba mensual de la actividad, pese a que aún no alcanzó el nivel pre-Covid.
El trabajo independiente y cuentapropista y el informal, que fueron los que más sufrieron en la cuarentena pese a los programas oficiales de contención, resultaron también los primeros en recuperarse. El empleo de calidad en el sector privado -hubo en 2020 unos 202.100 asalariados registrados menos pese a las trabas para despedir- es el que más lento rebota. La precarización es un hecho. Juntos, independientes e informales ya superan a asalariados registrados.
"Los datos oficiales confirman que la Argentina mantiene niveles de pobreza elevados y que a su vez afectan en mayor medida a la niñez y la adolescencia", afirmó Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social y Monitoreo de Unicef Argentina. "El 2020 fue un año condicionado por los efectos de la pandemia. En este contexto, el alza de la pobreza se vio amortiguado en gran medida por el alcance y la magnitud de los programas de protección de ingresos. No obstante, los niveles de pobreza en la niñez y la adolescencia vigentes requieren profundizar los mecanismos existentes de protección de ingresos dirigidos a las familias con niñas y niños en situación de vulnerabilidad", agregó.
"El dato es un promedio de dos trimestres", señaló Agustín Salvia, coordinador del Observatorio de la Deuda Social de la UCA. "El tercer trimestre, que dio un 39% de pobreza; y el cuarto, cerca de 46%. El tercer trimestre incorporó los aguinaldos y los programas como el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) y cierta recuperación incipiente del trabajo informal. En el cuarto ya no están los programas sociales y pese a que hay una franca recuperación de la economía aparece una alta inflación", detalló.
"Los programas sociales cumplieron un papel muy importante en el momento más crítico, pero con las ayudas sociales que hoy existen un 35% de los hogares recibe una asistencia, ya no el IFE, en un escenario que muestra que lo que falta es creación de empleo", estimó el sociólogo, y concluyó: "El empleo que se recuperó es el peor en términos de precariedad y con ingresos reales por debajo de lo que había anteriormente. Esto es falta de inversión e incertidumbre, no sólo económica sino también política. A eso se suma una inflación reciente que ha golpeado la remuneración real tanto de los formales como de los informales", afirmó Salvia, que además recalcó que crecieron las brechas de pobreza e indigencia.
"La tasa del 42% ?esconde? un aumento del porcentaje de personas debajo de la línea de pobreza en el último trimestre de 2020, que fue de alrededor de 45,2%, sólo dos puntos debajo de la medición del segundo trimestre del año pasado, cuando con las restricciones para enfrentar la pandemia la economía estuvo paralizada", afirmó Martín Rozada, director de la maestría en Econometría de la Universidad Torcuato Di Tella, para quien la pobreza está hoy en el 43% y será difícil que baje del 40% este año.
Fuente: La Nación