Los bancos británicos aceptan compartir sucursales para bajar sus elevados costos
La medida va de la mano del menor uso del efectivo por parte de los clientes en todo el país. Pero al gobierno le preocupa que las entidades no estén cerca de quienes todavía se manejan con billetes y monedas
Como tantas otras veces sucedió en la historia económica mundial, el Reino Unido vuelve a mostrar hacia dónde se dirige el sector bancario. Con castos elevados que impactan en la rentabilidad de las entidades financieras británicas, la solución de compartir sucursales para no desaparecer del todo en un barrio o localidad se impone cada vez más.
En la Argentina todavía puede resultar impensado imaginarse ir a una sucursal bancaria donde atiendan juntos a clientes del Banco Galicia, del Santander y del HSBC. Pero eso mismo es lo que están experimentando los clientes de los bancos británicos y que, tal vez, termine imponiéndose en el resto del mundo.
De hecho, lo más común en pequeñas localidades del Reino Unido es que sean las mismas oficinas de correos las que posean un área dedicada a atender a los clientes bancarios domésticos, sin distinción de marcas.
Es que de a poco van desapareciendo las sucursales tradicionales, así como también los cajeros automáticos, una tendencia que va de la mano del menor uso de efectivo por parte de los británicos.
Cada vez más se recurre al home banking y a los monederos electrónicos, que se suman a las tarjetas de crédito y débito. Hasta la Iglesia Anglicana posee en muchas de sus diócesis un espacio para albergar a una organización benéfica que ayuda a las personas mayores a realizar sus operaciones bancarias de forma online.
Fuente: Ámbito Financiero