Parque de la Costa ofreció retiros voluntarios al 20% de su personal

El futuro del centro de entretenimiento es incierto

La situación en el Parque de la Costa, ubicado en Tigre, es incierta. El parque de diversiones, al igual que el complejo acuático Aquafan y el Teatro Niní Marshall, cerrados desde el comienzo de la pandemia, son propiedad de Sociedad Comercial del Plata. La empresa le ofreció un retiro voluntario al 20% de sus trabajadores. 

El holding le comunicó a 93 empleados, de los cuales ocho son gerentes, que les ofrecía un retiro voluntario equivalente al 130 por ciento. El rechazo de los trabajadores es, por ahora, unánime. 

BAE Negocios se contactó con la empresa, que señaló que los trabajadores a los que invitaron a retirarse están fuera de convenio. Aseguraron que el total del plantel es de 550 empleados. 

Uno de los temas que más preocupa al personal es la posibilidad de que el parque de diversiones cierre. Consultados sobre el tema, fuentes de la empresa no descartaron ni tampoco confirmaron un posible cierre y señalaron: "Estamos analizando día a día la situación. El parque está inactivo desde el inicio de la cuarentena y se está haciendo el esfuerzo de pagar los salarios, a pesar de tener las puertas cerradas. Aún las autoridades no han establecido protocolos ni hay fecha definida para una eventual apertura". 

Desde la empresa no se descartó ninguna posibilidad a futuro. "La situación es compleja y seguimos atentos a diferentes alternativas", sentenciaron. 

Parque de la Costa fue fundado en 1997, Aquafan ronda los seis años y el Teatro Niní Marshall tiene ocho. Si bien los trabajadores pudieron hasta ahora cobrar su sueldo, gracias a los ATP y al aporte del holding, temen que el parque cierre. Ese sería uno de los argumentos que circulan para apurar la firma de los retiros. 

Si bien el Parque de la Costa tiene la ventaja de estar al aire libre, ya no podrá tener la capacidad de recibir a 5.000 visitantes como hasta ahora. Con suerte, creen que el número rondará los 1.500, aunque aspiran a llegar a 3.000. Saben que la situación es compleja, no por el ingreso de familias sino por la entrada de grupos de adolescentes, que serán difíciles de controlar y que cumplan los protocolos. 

Hasta ahora, la empresa continúa haciendo el mantenimiento de los juegos y se trata de diagramar cómo será la diversión en tiempos de pandemia. Por ejemplo, saben que las montañas rusas deberán dejar asientos libres. 

Los espectáculos, que se hacían en distintos horarios, podrían requerir que la gente esté sentada. Aseguran que no será fácil adaptarse a estos tiempos. 

En el Teatro Niní Marshall no hay novedades, todavía no se suspendieron las obras programadas en noviembre y diciembre, a la espera de una decisión oficial que les permita reabrir. 

Si bien la empresa propietaria cerró su concurso hace tres años, nada se sabe sobre lo que puede ocurrir en el futuro. 
 

Fuente: BAE