Policiales

13/09/2021

Está acusado de un femicidio y lo arrestaron cuando fue a votar

Carlos Cassalz fue arrestado de urgencia en un establecimiento educativo de Villa Ballester; desde hoy será uno de los ocho imputados sentados en el banquillo por el femicidio de Araceli Fulles ocurrido en abril de 2017

"Hay balas en el pecho para toda la familia". La amenaza de Carlos Cassalz fue dirigida a los allegados a Araceli Fulles, la joven de 22 años asesinada en abril de 2017 en San Martín, un impactante femicidio que hoy tendrá el inicio del juicio oral con él y otros siete acusados en el banquillo. 
El imputado permaneció libre hasta ayer. Lo detuvieron cuando fue a votar a una escuela de San Martín después de haber enviado un video intimidatorio a la mamá de Araceli, Mónica Ferreyra (62). 
Durante la investigación ya había sido condenado por el delito de amenazas, y la fiscal del juicio, Mariana Piwarczuk, ordenó "un comparendo compulsivo por temor a que no se presentara a la citación del tribunal", confiaron fuentes del caso. 
Todas las mañanas, Ferreyra abraza el cuadro con la foto de su hija. La besa y le prende un cigarrillo. Es un ritual que la acerca cada día. 
Este lunes Mónica repetirá la escena, pero con los nervios de ser la primera en declarar en el juicio que tendrá en el banquillo de los acusados a Hernán Rodrigo Badaracco, su jefe Cassalz, Daniel Alaniz, Hugo Cabañas, Marcos Antonio Ibarra, Marcelo Escobedo y los hermanos Jonathan y Emanuel Ávalos. 
Todos están imputados por los delitos de "homicidio agravado por femicidio y por la participación de dos o más personas". Se enfrentan a la pena máxima: perpetua. 
La última vez que vieron a Araceli fue el 2 de abril de 2017 en una plaza cerca de donde vivía. A las siete de la mañana envió el último mensaje a su mamá: "Prepará las cosas para el mate que estoy yendo para casa". 
La búsqueda fue desesperada. La cara de Araceli estaba en las calles, en los canales de televisión y en las redes sociales. Pasaron 25 días hasta que la encontraron muerta. 
Dijeron que había sido víctima de un abuso sexual múltiple y que habían escondido su cuerpo en un freezer, pero el estado de su cuerpo impidió que las pericias pudieran comprobarlo. Lo que sí constataron es que había sido asesinada por "asfixia mecánica". La estrangularon con un precinto e intentaron esconder su cuerpo en un pozo con cal. Fue en la casa de Darío Badaracco (31), en José León Suárez. 
 

Fuente: Clarín

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