Violento asalto al excampeón olímpico Juan Curuchet

Los ladrones no solo se llevaron dinero, sino también la mayoría de las medallas

El excampeón olímpico de ciclismo Juan Curuchet sufrió un violento robo en su domicilio, ubicado en una zona rural de Batán, a unos 20 kilómetros al sur de Mar del Plata, donde delincuentes lo redujeron junto a su pareja y le robaron elementos de valor, incluso las medallas logradas a lo largo de casi tres décadas de carrera deportiva. 
La investigación en marcha desde la fiscalía especializada en Delitos contra la Propiedad, a cargo del fiscal Mariano Moyano, esperaba el resultado de los peritajes en el lugar del hecho para avanzar con la búsqueda de los autores. 
Según denunció el deportista y exlegislador bonaerense, fue sorprendido por al menos tres hombres durante las últimas horas del pasado domingo. Con su pareja ya estaban acostados cuando los encapuchados ingresaron a punta de pistola. "Me dijo que me veía cara conocida", comentó al reconocer que el asalto no lo habría tenido como objetivo puntual, sino que habrían elegido al azar a esa vivienda, en un campo al que se llega por la ruta 88 en el que hace tiempo se recluyó Curuchet en busca de una vida más tranquila. 
Estimó que los delincuentes permanecieron 40 minutos dentro de la casa, tiempo que se tomaron para revisar todas las dependencias, cargar todos los elementos de valor y prepararse para la fuga. 
"Se llevaron todo lo que encontraron, hasta mis medallas y reconocimientos de mi carrera deportiva", explicó el campeón olímpico de Pekín 2008. Explicó que no sufrió agresiones físicas, pero que sí fue intimidado en forma permanente con armas que "cargaban", de acuerdo con lo que pudo percibir antes de que los encerraran con su compañera en un baño. 
Tranquilo, pero dolido por el sufrimiento que significó este robo y el tiempo que pasó con los delincuentes dentro de su casa, contó Curuchet a la nacion que los llevó hasta donde tenía dinero. "Se llevaron todos mis ahorros", dijo. Y para pedirle más objetos de valor le apuntaron con una pistola en la cabeza a su novia. "Hice ciclismo, no me dediqué a un deporte en el que se gana plata", les explicó. 
Se salvó la medalla dorada lograda con aquel título de Pekín 2008, apenas pudo convencerlos de que no era de oro. "¿Dónde está?", preguntó quien manejaba el robo. "La podemos derretir", le dijo cuando la tenía a mano. Curuchet le pidió que comparara con otras de distintas competencias de menor tenor para demostrarle que eran todas parecidas, pero no de metal valioso. "Esa medalla no, dejásela", pidió uno de los cómplices, y la arrojó sobre la cama. 
En cambio se llevaron otras distinciones más pequeñas, pero en esos casos sí realizadas en oro. 
Entre ellas el pin que les entrega el Comité Olímpico Internacional a quienes han llegado a lo más alto del podio en ese tipo de competición y que se exhibe con el mayor de los orgullos. Lo había utilizado a mediados de este año, cuando entregó en donación al Museo Olímpico de Lausana la bicicleta con la que obtuvo su máximo logro en 2008. "Se quedaron con el esfuerzo de toda mi vida", lamentó, con lágrimas.

Fuente: La Nación