De burocracia a oportunidad: el gobierno rediseña el Fondo Nacional de las Artes
Con la firma del Decreto 1029/24, el Fondo Nacional de las Artes pasa por una profunda reestructuración centrando los fondos en el apoyo directo a los artistas emergentes, reduce el gasto administrativo, establece créditos denominados en UVAs y promueve las donaciones privadas como una fuente clave para becas y subsidios.
El Decreto 1029/24, firmado por el presidente Javier Milei y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, implementó una reforma significativa en el Fondo Nacional de las Artes (FNA). Según el Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, la reestructuración busca corregir un desequilibrio en la organización, que había desviado una porción considerable de los recursos del fondo hacia gastos administrativos. En 2023, el FNA destinó el 72% de su presupuesto, financiado por los usuarios de la cultura, a estos gastos operativos.
La reforma también incluyó la modificación del Consejo Directivo, el cual pasó a ser ad honorem, eliminando los sueldos elevados que el kirchnerismo había asignado a sus miembros. Además, se redujo en un 25% la nómina de personal, lo que, según el Ministro, permitirá crear una estructura más eficiente y profesional.
El Decreto 1029/24 redefine las funciones del FNA, rescatando su propósito original de ser una fuente de financiamiento para los artistas. Establece nuevas pautas para el uso de los fondos, limitándolos a la concesión de créditos denominados en UVAs, con el objetivo de evitar la devaluación del capital. Además, el decreto sugiere una modalidad de renta contra garantías de obras o avales, lo que permitirá al FNA financiar a los artistas durante los primeros años de su carrera.
Otra de las modificaciones más relevantes es la habilitación de donaciones privadas como fuente de ingresos para el FNA, junto con las ganancias generadas por los créditos. Estos recursos serán los únicos disponibles para otorgar becas o subsidios. El objetivo es transformar al FNA en una entidad sustentable, cuyo foco principal sea ofrecer oportunidades y financiamiento, en lugar de otorgar subsidios sin control.
Este cambio en la reglamentación fue impulsado por la Secretaría de Cultura, bajo la dirección de Leo Cifelli, y contó con el apoyo de Gastón Sola y el equipo del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, con la colaboración de los equipos legales de María Ibarzabal y la Secretaría Legal y Técnica, a cargo de Juan Horacio Herrera Bravo.
Fuente: Ejes de Comunicación