Eugenio Semino: 'Seis millones de personas están dejando la vida en una crisis humanitaria'
Semino reflejó la desolación de millones de jubilados al describir cómo el bono de 70.000 pesos, que apenas significaba un alivio, fue eliminado: 'Es una miseria, y la incertidumbre pesa sobre quienes subsisten con haberes grotescos y miserables'
Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad, expuso la situación alarmante de los jubilados en Argentina, especialmente tras la reciente decisión del gobierno de eliminar un bono que, aunque considerado escaso, representaba un alivio económico para millones de ancianos. En una entrevista reveladora, Semino expresa su profundo descontento: 'El bono es un disparate que no debería estar excluido de la remuneración. Los estados en el mundo no pagan sumas no remunerativas y discrecionales. Esa discrecionalidad ha llevado a una situación insostenible para los jubilados en Argentina'.
El defensor sostuvo que la incertidumbre era el principal enemigo de los jubilados, quienes dependían de la voluntad del gobierno para saber si recibirían un adicional y de cuánto sería. 'Todos los meses dependen de la voluntad del príncipe, sea el presidente, el ministro de economía o quien lo represente', señaló. Esta situación era aún más crítica considerando que, en Argentina, cerca de cinco millones de jubilados vivían con haberes que eran 'absurdos, grotescos y miserables'.
Sobre el veto a la ley que proponía incorporar el bono a la ley de movilidad, Semino lo calificó como 'un absurdo' y argumentó que 'la ley buscaba garantizar que los reajustes se realicen sobre el total de los haberes y no de manera discrecional'. Esta falta de certeza afectaba profundamente la calidad de vida de los jubilados, quienes enfrentaban una crisis humanitaria en el silencio de un sistema político que parecía ignorar sus necesidades.
Semino destacó una contradicción fundamental en las declaraciones del gobierno. 'El presidente habla de un crecimiento de cinco puntos en la economía. Esto, en teoría, debería llevar al aumento del salario real y a un incremento en la recaudación previsional', dijo. Sin embargo, lamentó que 'todo es absolutamente contradictorio', y criticó la celebración del superávit fiscal, que no se tradujo en mejoras para los jubilados.
El Defensor de la Tercera Edad también mencionó un hecho preocupante: 'El mismo día que se conoció el veto, se anunciaron restricciones en los descuentos de medicamentos por parte de PAMI'. Esto, según él, evidenció una desconexión total entre la política y la realidad que vivían millones de jubilados. 'Seis millones de personas estaban dejando la vida en una crisis humanitaria que venimos definiendo como tal', sostuvo con gravedad.
La nueva canasta del jubilado, que en marzo se estimó en 685 mil pesos, estaba a punto de superar los 800 mil pesos. 'Mientras los jubilados sobrevivían con haberes de 300 mil pesos, no se podía hablar de una solución', recaló Semino. Este desbalance reveló la falta de atención hacia las necesidades reales de los ancianos, quienes enfrentaban un costo de vida cada vez más alto.
Semino criticó la falta de una solución integral, mencionando que 'en las últimas cuatro administraciones, cada gobierno estableció su propia fórmula de movilidad, y todas fracasaron'. A su juicio, el sistema previsional argentino era más un programa de subsidios por edad que un verdadero sistema de jubilación. 'Hoy tenemos un problema estructural. Un sistema previsional que no funciona', señaló, advirtiendo que la situación no solo era insostenible, sino que también empeoraría si no se implementaba una reforma estructural.
'Cuando se hablaba de reforma estructural, no se trataba de quitar derechos, como muchos pensaban, sino de establecer una reforma progresiva que abordara la situación de los jubilados', subrayó Semino. No obstante, él enfatizó que el verdadero desafío radicaba en el financiamiento del sistema. 'En Argentina, teníamos un 50% de trabajo no registrado, y parecía que esto no era parte del problema. ¿Por qué la renta financiera, la minera, la petrolera no aportan al sistema como se hace en otros países?', preguntó, llamando la atención sobre una realidad que muchas veces quedaba fuera del debate público.
El defensor concluyó que la discusión sobre el sistema previsional debía ir más allá de ajustes y bonos. 'Si no abordamos el verdadero financiamiento y los derechos de los trabajadores activos, continuaríamos dando vueltas en un ciclo que solo beneficia a unos pocos mientras los jubilados sufren', advirtió.
Con esta contundente declaración, Eugenio Semino se convirtió en una voz crítica y necesaria en la lucha por los derechos de la tercera edad en Argentina. En un contexto donde la crisis humanitaria de los jubilados parecía ser ignorada, su llamado a la acción fue claro: era hora de un cambio real y sostenido en la política de jubilaciones en el país.
Fuente: Ejes de Comunicación